jueves, 30 de abril de 2015


Gracias, Señor, por el día


Buenos días, amigo/a

San Pablo a los colosenses los animaba a “vivir dando gracias a Dios”. Es apropiado por lo tanto comenzar la jornada ambientándote con sentimientos de gratitud por todos los bienes que recibes del Señor. Aquí tienes un poema que te impulsará a reconocer las bendiciones que Dios te trae con el nuevo día.

Gracias, Señor, por el día, por tu mensaje de amor que nos das en cada flor;
por esta luz de alegría, te doy las gracias, Señor.

Gracias, Señor, por la espina que encontraré en el sendero, donde marcho pregonero
de tu esperanza divina; gracias, por ser compañero.

Gracias por este camino, donde caigo y me levanto, donde te entrego mi canto
mientras marcho peregrino, Señor, a tu monte santo.

La oración de acción de gracias te ayudará a vivir la relación con Dios de una forma concreta y existencial, descubriendo con gozo los dones que te regala a cada paso. Es una oración que ensancha el corazón y descansa la mente; favorece la alegría y la esperanza. Acostúmbrate a practicarla. P. Natalio.

miércoles, 29 de abril de 2015


Tus límites son señales


Buenos días, amigo/a

Nada mejor para amarnos y amar, que aceptarnos y aceptar a los otros, percibiendo con objetividad nuestras limitaciones y las ajenas, nuestras fortalezas y las de los demás. Se genera así un amor tolerante que nos lleva a ser realistas, sin dejar de luchar por mejorar día tras día. Te abres a descubrir nuevas metas y a ver incluso el flanco positivo de tus mismos límites.

Tus limitaciones no son sólo barreras, sino que son también indicaciones de Dios para iluminar tu camino. ¿No hablas bien? ¿Acaso no será señal de que debes sobre todo escuchar? ¿No eres intelectual? ¿Acaso no estarás designado para una acción concreta? ¿Eres tímido? ¿Acaso no deberás recibir a los demás en lugar de imponerte y arrastrar? En la medida en que compruebes, aceptes y ofrezcas tus límites a Dios, descubrirás que tu pobreza se convierte en inmensa riqueza. El humilde auténtico nada teme, ni siquiera a sí mismo, ni sus cualidades, ni sus limitaciones, ni a los demás, ni a las cosas. Teme a Dios.

Aceptarte a ti mismo es ponerte de tu lado, volverte amigo de ti mismo. No se puede comenzar ninguna labor de crecimiento si te rechazas a ti mismo. Aceptarse a sí mismo es negarse a fomentar, conciente o inconcientemente, una relación de confrontación y permanente pelea consigo mismo. Por lo tanto conoce, acepta y ofrece al Señor tus límites. P. Natalio.

martes, 28 de abril de 2015


Una vida sin fin


Buenos días, amigo/a

La vida del cristiano es un confiado caminar hacia la Casa del Padre, y la muerte es la puerta. Junto a ella está esperando Dios Padre para introducirnos en la eterna fiesta de su inmenso corazón. ¿Por qué tememos la muerte? Sencillamente, porque no podemos imaginar lo maravilloso que será vivir junto a Dios. “Nadie vio ni oyó y ni siquiera puede pensar aquello que Dios preparó para los que lo aman (1Cor 2, 9).

San Francisco de Borja, desde los dieciocho años estaba en la corte de Carlos V, y a los veintinueve fue nombrado virrey de Cataluña. Ese mismo año, recibió la misión de conducir los restos mortales de la emperatriz Isabel hasta la sepultura real de Granada. Él la había visto muchas veces rodeada de aduladores y de todas las riquezas de la corte. Al abrir el féretro para reconocer el cuerpo, la cara de la difunta estaba ya en proceso de descomposición. Cuando vio el efecto de la muerte sobre la que había sido la bellísima emperatriz, quedó vivamente impresionado. Comprendió con gran nitidez la caducidad de la vida terrena, y tomó entonces su famosa resolución: «¡Nunca más servir a señor que se me pueda morir!».Y se hizo jesuita.

Todos tememos la muerte, pero, ¡qué distinto es ver la muerte desde la fe en la vida eterna y no desde el vacío de la incredulidad, o desde la frivolidad de una vida mundana! “Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles (Sal. 30). Se nutrirán de lo sabroso de tu Casa, les darás a beber del torrente de tus delicias, (Sal. 35)”.  ¡Qué maravillosa esperanza! P. Natalio.

lunes, 27 de abril de 2015


Purificación de los recuerdos


Buenos días, amigo/a

Hoy te traigo una importante oración. Te ayudará a dejar ese lastre que a veces te traba para avanzar hacia tus metas. Hay recuerdos que siguen hiriéndonos. El Señor desea pacificarte y purificarte de todo lo que te impide correr por el camino de su voluntad. Jesús, Médico divino del cuerpo, la mente y el espíritu, quiere sanarte y liberarte de esas cadenas.

Pasa, Señor, por mi memoria, porque tú la creaste para que recordara tu amor y tus regalos. Despierta los buenos recuerdos, que me motivan a seguir adelante. Quema con tu fuego toda vergüenza y toda angustia que venga de los malos recuerdos. Purifica esos recuerdos, para que ya no me lastimen ni me inquieten. Señor, tú que eres puro amor, tú que perdonabas a los que te crucificaban, quita de mi interior todo el veneno de los recuerdos que me llenan de rencor y de tristeza. Derrama en mi interior el deseo de perdonar y la gracia del perdón. Con tu amor me perdono a mí mismo por mis errores pasados. Quiero mirarme a mí mismo con tu compasión y misericordia. Reina, Señor, en este mundo de mis recuerdos, y pacifícalos con tu presencia luminosa. Amén.

Esta oración del P. Víctor Fernández debe ser rezada lentamente, con todas las repeticiones y énfasis que necesites para interiorizarla, porque además de ser una excelente súplica te ofrece materia de reflexión para alimentar tu mente profunda. Aprovéchala. P. Natalio.

sábado, 25 de abril de 2015


Señor, ven en mi auxilio


Buenos días, amigo/a

Expertos en oración aseguran que no hay un modo tan fácil de encontrarse con Dios como los salmos. Son antiguos cánticos muy aptos para sumergirnos en variados estados de ánimo y ponernos en la presencia de Dios. Aquí tienes una secuencia de fragmentos que te pueden ayudar a recogerte en oración para suplicar y agradecer el auxilio al Señor.

Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio (118). Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua (62). Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale mi pie (120). En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio (62). ¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? (115). Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides nunca sus beneficios (102). Toda mi vida te bendeciré, alzaré las manos invocándote y mis labios te alabarán jubilosos (62). Doy gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su amor, porque eterna su misericordia (117).

El P. Ignacio Larrañaga te da un valioso consejo: “¿Por qué no aprendes de memoria, poco a poco, ciertas estrofas cargadas de riqueza, que te servirán de alimento para cualquier circunstancia?” Comprobarás que unos renglones del salterio bastan para empezar una valiosa oración, haciendo contacto con Dios. P. Natalio.

viernes, 24 de abril de 2015


El herrero y su perro


Buenos días, amigo/a

Aquí tienes notables pensamientos sobre el trabajo, para que valores tu esfuerzo de cada día: 
- Dios ha puesto el trabajo como centinela de la virtud. Hesíodo.
- El aburrimiento ha entrado en el mundo por la puerta de la pereza. La Bruyère.
- Denme un hombre que cante mientras trabaja. Seguro que trabajará más, que trabajará mejor, que trabajará por más tiempo. Tomás Carlyle.

Un herrero tenía un perro pequeño, mimado por su amo y su compañero constante. Mientras él martilleaba sus metales el perro permanecía dormido; pero cuando el herrero iba al almuerzo y se disponía a comer, el perro se despertaba y meneaba la cola, como pidiendo una parte de su comida. Su amo un día, fingiendo estar enojado y golpeándolo suavemente con  su palo, le dijo, ¡Usted pequeño holgazán atrevido! ¿Qué le haré? Mientras martilleo en el yunque, usted duerme en la estera; y cuando comienzo a comer, después de mi duro trabajo, usted se despierta, menea la cola y pide alimento. ¿No sabe usted que el trabajo es fuente de  bendiciones, y que ninguno, sólo aquel que trabaja, tiene derecho a comer?  Quien no trabaja, no come.

- El trabajo nos aparta de nuestros tres males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad. Voltaire.
- Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. Refrán popular.
- La pereza es negarse a colaborar con Dios en el perfeccionamiento de sí mismo y en el perfeccionamiento del mundo. Michel Quoist. Junto con la sonrisa de la anécdota atesora la sabiduría de las reflexiones de hoy. P. Natalio.

jueves, 23 de abril de 2015


Alegría del corazón


Buenos días, amigo/a

La oración es el clima adecuado para que prosperen y se desarrollen las tres grandes virtudes: fe, esperanza y caridad. Y cuando estas virtudes teologales, que nos relacionan directamente con Dios, se adueñen de tu corazón, te sentirás arraigado también en la paz, la alegría profunda y la fortaleza de ánimo. Aquí te ofrezco un mensaje de la Reina de la Paz.

“¡Queridos hijos! También hoy los invito: oren, oren, oren. Solamente en la oración estarán cerca de mí y de mi Hijo, y se darán cuenta de cuán breve es esta vida. En su corazón nacerá el deseo del Cielo; la alegría reinará en su corazón y la oración fluirá como un río. En sus palabras habrá solamente agradecimiento a Dios por haberlos creado, y el deseo de la santidad llegará a ser realidad en ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

En las causas de personas propuestas para ser declaradas santas por la Iglesia, se examina, en primer lugar, si se distinguieron por vivir en forma heroica las tres virtudes teologales. Te sugiero, pues, pedir cada día al Señor, con fervor de espíritu, que imprima en tu corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad. P. Natalio.

miércoles, 22 de abril de 2015


Decisiones de invierno


Buenos días, amigo/a

Tomar decisiones acertadas requiere sabiduría y, especialmente, mucha prudencia. Una norma elemental es no decidir nada mientras estamos sacudidos por alguna emoción violenta, como el miedo o la cólera. Ya pasará la ofuscación, verás más claro y podrás desdramatizar toda exageración. Una anécdota que ilustra el tema.

Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos. Mi padre dijo: "Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco". Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: "Nunca olvides esta importante lección. Jamás cortes un árbol en invierno”.

Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará y el sol volverá a salir.

martes, 21 de abril de 2015


Humildad y paciencia


Buenos días, amigo/a

Santa Teresa de Ávila, dio una certera definición de la humildad, quizá la mejor que existe: “Una  vez estaba yo meditando por qué razón Jesús nuestro Señor era tan amigo de la humildad, y con toda claridad comprendí esto: la ama tanto porque Dios es la suma Verdad, y la humildad es caminar en la verdad”. “La humildad es la madre de todos los bienes. Paciencia, dulzura, dominio de sí mismo, confianza en los otros, todos estos frutos del Espíritu, de los cuales habla san Pablo, crecen en un árbol cuya raíz es la humildad”, (Monje del monte Athos).

Toma la costumbre de alegrarte cuando se te presente una ocasión de practicar la humildad o ejercitar la paciencia. Es totalmente superfluo querer crear estas situaciones, porque podrías caer en lo artificial y perderte en la complacencia por tu virtud. Ten la seguridad de que encontrarás tantas ocasiones de humillarte y ser paciente como sean necesarias, y serán exactamente las que te hagan falta. Si adviertes que has dejado escapar alguna, repróchate esta negligencia, porque has actuado como el marino inexperto que no supo aprovechar el viento favorable.

Según santo Tomás de Aquino, Cristo nos recomendó por encima de todo la humildad, porque con ella se anula el principal impedimento para santificarnos Todas las demás virtudes derivan de ella su valor. Sólo a ella le concede Dios sus dones, y los retira cuando ella desaparece. Pide a Jesús te enseñe a ser paciente y humilde de corazón. P. Natalio.

lunes, 20 de abril de 2015


Meditar


Buenos días, amigo/a

Repetidas veces en la Biblia se recomienda la meditación. Es propio del hombre justo y recto meditar amorosamente la ley de Dios y su palabra, las obras maravillosas del Señor, su bondad y misericordia. No dedicarse con afán a esta tarea es señal de olvido, negligencia y necedad. En la meditación se mantiene y crece la fidelidad, la ardorosa búsqueda de Dios. He aquí algunos textos de ejemplo:

Salmo 1: ¡Feliz el hombre cuyo gozo es la ley del Señor, y la medita de día y de noche! Salmo 118, 97-103: ¡Cuánto amo tu voluntad!: todo el día la estoy meditando; soy más docto que todos mis maestros, porque medito tus preceptos. Eclesiástico 3, 29: El corazón inteligente medita los proverbios, y el sabio desea tener un oído atento. Proverbios 2, 11-12: La reflexión cuidará de ti y la inteligencia te protegerá, para librarte del mal camino, del hombre que habla con perversidad. Sabiduría 6, 15: Meditar en la sabiduría es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. Lucas 2, 19: María conservaba (recordaba) estas cosas y las meditaba en su corazón.
      
El hábito de meditar es valiosísimo porque orienta tu vida. Sosiega el espíritu y lo pacifica. Es fuente de felicidad y fecundidad. Aumenta la capacidad de vivir. Reanima. Te da certezas sobre lo que piensas y deseas verdaderamente. Te da solidez en medio de las vicisitudes de la vida. Despierta y fecunda tus energías latentes. Te ayuda a revisar tus valores morales. Da a tu vida equilibrio: distingues lo principal de lo secundario. Vale la pena el esfuerzo, ¿verdad? P. Natalio.

sábado, 18 de abril de 2015

¡Cuida por dónde caminas!


Buenos días, amigo/a

En san Pío de Pietrelcina, junto con sus virtudes heroicas, nos deslumbran los maravillosos carismas de profecía, clarividencia espiritual, visiones, aromas místicos, bilocaciones y curaciones milagrosas, que lo convirtieron en una celebridad internacional.

Un hombre fue a San Giovanni Rotondo para conocer al Padre Pío, pero era tal la cantidad de gente que había que tuvo que volverse sin ni siquiera poder verlo. Mientras se alejaba del convento sintió el maravilloso perfume que emanaba de los estigmas del padre y se sintió reconfortado. Unos meses después, mientras caminaba por una zona montañosa, sintió nuevamente el mismo perfume. Se paró y quedó extasiado por unos momentos inhalando el exquisito olor. Cuando volvió en sí, se dio cuenta que estaba al borde de un precipicio y que si no hubiera sido por el perfume del Padre hubiera seguido caminando... Decidió ir de inmediato a San Giovanni Rotondo a agradecer al Padre Pío. Cuando llegó al convento, el Padre Pío, el cual jamás lo había visto, le gritó sonriendo:¡Hijo mío! ¡Cuida por dónde caminas!

En la Biblia la palabra “camino” se usa en sentido simbólico: “estilo de vida o norma de conducta”. Por lo tanto, “cuida por dónde caminas”, significaría ”está alerta para no tomar el camino del mal”. El salmo 119 dice: “Señor, he examinado mi camino, para enderezar mis pies a tus preceptos”, y además, “Ensánchame el corazón para correr por el camino de tus mandatos”. Que mires e imites a Jesús cuya vida es “camino” de salvación. P. Natalio.

viernes, 17 de abril de 2015


Un corazón generoso


Buenos días, amigo/a

La generosidad caracteriza al corazón noble y compasivo. Más allá del acto caritativo, implica el desarrollo de una cierta sensibilidad – o compasión – que nos vuelve dispuestos a dar nuestra posesión más preciada, que somos nosotros mismos. Aquí tienes una oración para liberarte del egoísmo y/o indiferencia con los demás. Es del P. Víctor Fernández.

Señor, mira mi corazón. Tú sabes que a veces pierdo el entusiasmo porque a mi vida le falta generosidad, sensibilidad frente al mal ajeno, y estoy demasiado pendiente de mí mismo. A veces me desanimo porque no recibo elogios o no veo los frutos de mis esfuerzos. Dame un corazón más generoso, para que realmente me interese la felicidad de la gente, para que de verdad me duelan los problemas ajenos, y no solamente los míos. Libérame del egoísmo y de la indiferencia. Así pondré toda mi pasión para ayudar a los demás y me entregaré con entusiasmo. Tómame, Señor, utilízame para derramar tu poder y tu luz en el mundo. Amén.

En la curación de la suegra de Pedro se destaca un detalle importante: la mujer, no bien fue curada, se puso a servir a los presentes. Cuando busques a Dios con el deseo de ser curado de tus dolencias o angustias, suplícale con la intención de servir mejor a los demás y no solamente para gozar de bienestar, encerrado en tu propio interés. P. Natalio.

jueves, 16 de abril de 2015


Lloraba sin consuelo


Buenos días, amigo/a

Un profesor de química al mismo tiempo que hacía experimentos solía dejar enseñanzas inolvidables. Una vez que tenía en la mano una botella de leche, la dejó caer en la batea del agua. Quedaron los vidrios y toda la leche se escurrió por el desagüe. “La leche está perdida, dijo. No podemos rescatarla más. Seamos más cuidadosos y no lloremos nunca por la leche derramada”.

Un borracho estaba en el cementerio tomando una botella de vino y de repente se le cayó y se rompió. El bebedor desconsolado se puso a llorar. Un hombre que pasaba por allí lo vio, sintió lástima ante tal dolor y le preguntó: ¿Era familiar? El borracho respondió: —¡No, de un litro no más.

Hay una oración muy buena para recordar cuando nos sucedan esas cosas desagradables que no tienen más solución: “Señor, concédeme fortaleza para solucionar lo que tiene solución; valor para aceptar lo que ya no tiene solución; y sabiduría para reconocer la diferencia”. Es una buena lección que se resume así: “Aceptar, olvidar, y seguir adelante”. P. Natalio.

miércoles, 15 de abril de 2015

Aroma agradable


Buenos días, amigo/a

Cuando el salmista ora a Dios le dice: “Señor, suba a ti mi oración como incienso en tu presencia” (Sal. 140). Hermoso símbolo de la fuerza que tiene la oración humilde y confiada. También el israelita al quemar una víctima en el altar del Templo, imagina que el humo elevándose lleva a Dios el aroma agradable de la ofrenda. Otra imagen poética muy expresiva.

Génesis 8, 20-21: Luego Noé levantó un altar al Señor, y tomando animales puros y pájaros puros de todas clases, ofreció holocaustos sobre el altar. Cuando el Señor aspiró el aroma agradable, se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su juventud; ni tampoco volveré a castigar a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo”. Éxodo 29, 18:   Después dejarás que todo el carnero se queme sobre el altar. Este es un holocausto para el Señor, una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor.

San Pablo usa la metáfora del “aroma agradable” en la carta a los filipenses (4, 18): “Por el momento, tengo todo lo necesario y más todavía. Vivo en la abundancia desde que Epafrodito me entregó la ofrenda de ustedes, como perfume de aroma agradable, como sacrificio  aceptable y grato a Dios”. Que el Señor te conceda, al leer su Palabra, percibir su belleza. P. Natalio.

martes, 14 de abril de 2015


Zeus y la zorra


Buenos días, amigo/a

A veces las personas creen que con el cambio de ciertas condiciones todo está solucionado. Pero no es así, porque somos el resultado de los hábitos que poco a poco han modelado nuestro carácter. Hace falta empeño y constancia para cambiar un mal hábito por otro bueno. Para lograr ese objetivo  se necesita una fuerte motivación, que nos comprometa por entero.

Admirado Zeus de la inteligencia y finura de la zorra, le concedió el reinado sobre los animales. Quiso, no obstante, saber si al cambiar de condición había mudado también de inclinaciones, y, hallándose el nuevo rey de paseo en su litera, dejó Zeus caer un escarabajo ante sus ojos. Entonces la zorra, incapaz de contenerse, viendo al escarabajo revolotear alrededor de su trono, saltó fuera de éste y, despreciando las conveniencias, intentó atrapar al escarabajo. Indignado Zeus de su conducta, volvió a la zorra a su antiguo estado.

Cuando se convirtió Clodoveo, rey de los francos, san Remigio, en el bautismo, le dijo claramente: "Valiente guerrero, desde  ahora quema lo que has adorado, y adora lo que has quemado". No le era fácil dejar las costumbres paganas y adoptar de corazón el Evangelio de Cristo. Pero tenía una motivación fuerte: había invocado y visto el auxilio de Cristo cuando su ejército en desbandada se sobrepuso y venció a sus enemigos. P. Natalio.

lunes, 13 de abril de 2015

Importante decisión


Buenos días, amigo/a
Quien ha descubierto el inmenso, inimaginable amor que Dios le tiene, ha encontrado suficiente motivación para orientar su vida como respuesta coherente y jubilosa a la convicción que se ha apoderado de él. Este impulso interior de agradar a Dios en todo, sea la simple norma de tu pensamiento y acción. La Reina de la paz  te agradece hoy por haberte decidido por la santidad y por la paz.

“¡Queridos hijos! Con inmensa alegría en mi corazón, les agradezco todas las oraciones que en estos días han ofrecido por mis intenciones. Sepan, hijitos, que no se arrepentirán ni ustedes ni sus hijos. Dios les recompensará con grandes gracias y merecerán la vida eterna. Yo estoy cerca de ustedes y agradezco a todos aquellos que, a través de estos años, han aceptado mis mensajes, los han transformado en vida y se han decidido por la santidad y por la paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”.

Cuando la fe es una vivencia dinámica llega a realizar esas maravillas que Jesús simbolizó en la  expresión “mover montañas”. Sí, con la fe superarás dificultades de todo tipo, no te dejarás abatir por las tribulaciones, tu vida será recta y luminosa, porque estás arraigado en quien es luz, paz, vida plena, fuerza y energía sin límite. P. Natalio.

sábado, 11 de abril de 2015

Hoy… cada día


Buenos días, amigo/a

“Viviré este día como si fuese el último día de mi vida. No perderé ni un momento siquiera en lamentarme por las desgracias del ayer, las derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer. Olvidándome del ayer, no pensaré tampoco en el mañana. ¿Debo preocuparme de acontecimientos que quizá nunca contemple? ¡No! El mañana yace sepultado con el ayer, y no pensaré más en él” (sigue).

Cada día hagamos algo de lo que podamos sentirnos orgullosos al día siguiente. Cada día, pensemos que es el primero, para vivirlo con sorpresa; y el último, para aprovecharlo como nuestra última oportunidad. Cada día, busquemos nuestra felicidad haciendo más feliz a alguien que está a nuestro lado. Sembremos una semilla de cuyos frutos podamos vivir mañana. Renovemos nuestro corazón de tal manera que no quede amargura alguna para el día que vendrá. Y no guardemos nuestras sonrisas de hoy para mañana. Sólo podremos sonreír mañana, si hemos sonreído hoy.

“Este día es todo lo que tengo, y estas horas son ahora mi eternidad. Saludo este amanecer con exclamaciones de gozo, como un preso a quien se le conmuta la sentencia de muerte. Elevo mis brazos con agradecimiento por este don inapreciable de un nuevo día. Trataré con ternura y afecto cada hora porque sé que no retornará jamás. Haré de este día el mejor día de mi vida”, (Og Mandino). Tienes hoy a la vista un material precioso para reflexionar. Aprovéchalo. Y toma tus decisiones. P. Natalio.

viernes, 10 de abril de 2015


La paz del corazón


Buenos días, amigo/a

“Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor, y de alegría perpetua a tu derecha” (Sal 16). Esta dicha inmensa te está reservada si, adherido a Cristo por la fe y el amor, lo sigues en el camino del Evangelio. “¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles! (Sal 31,19) Se nutren de lo sabroso de tu casa (¡Dios!) y les das a beber del torrente de tus delicias”, (Sal 35). La Reina de la paz te da la clave para lograrlo: ¡santidad y oración!

“¡Queridos hijos! También hoy los invito a poner en práctica y a vivir los mensajes que les doy. Decídanse por la santidad, hijitos, y piensen en el paraíso. Sólo así tendrán paz en sus corazones, la cual nadie podrá destruir. La paz es el don que Dios les da en la oración. Hijitos, busquen y trabajen con todas sus fuerzas para que la paz triunfe en sus corazones y en el mundo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

La paz y la serenidad son valores importantes que debes cuidar con diligencia. Con la ayuda del Señor, no te dejes perturbar por pequeñeces que debes despreciar y olvidar. Desde que te levantes elige conscientemente estar sereno y tranquilo. La persistente interiorización de estos valores, producirá sus frutos. P. Natalio.

jueves, 9 de abril de 2015


Salir de uno mismo


Buenos días, amigo/a

Te ofrezco hoy, Jueves Santo, día de Jesús, humilde servidor, una reflexión sobre la importancia de salir al encuentro de los demás. “Si el grano de arena no forma duna, se lo lleva el viento. Si la gota de agua no se confunde con el torrente, la evapora el calor. Si tú no te unes a la comunidad, viviendo en ella y para ella, fácilmente te puedes perder”, (Alfonso Milagro).

Partir es, ante todo, salir de uno mismo, romper la coraza de egoísmo que intenta aprisionarnos en nuestro propio “yo”. Partir es dejar de dar vueltas alrededor de uno mismo, como si ése fuera el centro del mundo y de la vida. Partir es no dejarse encerrar en el círculo de los problemas del pequeño mundo al que pertenecemos, cualquiera sea su importancia. La humanidad es más grande, y es a ella a quien debemos servir. Partir no es devorar kilómetros, atravesar los mares o alcanzar velocidades supersónicas. Es, ante todo, abrirse a los otros, descubrirlos, ir a su encuentro; abrirse a otras ideas, incluso a las que se oponen a las nuestras. Es tener el aire de un buen caminante. (Mons. Helder Cámara).

“Hazme comprender, Señor, que fui creado no como un ser acabado y encerrado sino como en tensión y movimiento hacia los demás; que debo participar de la riqueza de los demás y dejar que los demás participen de mi riqueza; y que encerrarse es muerte y abrirse es vida, libertad, madurez”.  Busca hoy ocasiones de trabar un fructuoso diálogo con tus semejantes. P. Natalio.

miércoles, 8 de abril de 2015


Cambio de domicilio


Buenos días, amigo/a

Cultiva una actitud mental positiva. No juzgues nunca el día por el clima. Protégete de los mensajes negativos. Enumera tus bendiciones y agradécelas a Dios. No pierdas nunca tu admiración por la belleza del universo. Te presento una persona que cada mañana toma una excelente decisión:

La pequeña y bien perfumada anciana de 78 años, con su cabello arreglado a la perfección, se muda hoy a un asilo. Recientemente ha fallecido su esposo a los 80. Después de esperar con paciencia en el recibidor del nuevo asilo, sonrió con dulzura, cuando se le dijo que su cuarto estaba listo. Mientras se desplazaba en andador hacia el ascensor, le describieron los detalles de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de la ventana. "Me encanta", afirmó con entusiasmo. "Sra. Páez, no ha visto el cuarto, espere". "Eso no importa", respondió. “La felicidad es una decisión que tomo cada mañana, cuando me levanto. Puedo elegir: pasar el día en la cama, repasando las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las que sí funcionan". "Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos pensaré en el nuevo día y en los recuerdos felices que alegran mi vida”.

Aquello que te dices a ti mismo afecta radicalmente la calidad de tu vida y tu habilidad para hacer cosas efectivamente. Eres lo que piensas. Si tu discurso interior es negativo, serás pesimista y trabado en todo. Por el contrario, si tu conversación interior es positiva, serás dinámico, entusiasta, decidido. Está alerta, vigílate,  y desecha todo lo perjudicial. P. Natalio.

martes, 7 de abril de 2015

Para dinamizarte


Buenos días, amigo/a

Hoy además de una oración del P. Víctor Fernández, te ofrezco unas consignas de Og Mandino para animarte a llenar fructuosamente cada  jornada: “Saludaré con gozo y agradecimiento el don inapreciable de este nuevo día. Trataré con ternura cada hora porque sé que no retornará jamás. Eludiré con ahínco todo aquello que mata el tiempo. No escucharé a labios ociosos, ni me quedaré donde hay manos inactivas”.

Señor, coloca en mi interior el anhelo de ser fecundo, de ser útil, el sueño de producir algo bueno para los demás. Sana toda pereza, todo desánimo, toda indiferencia, para que no te ofenda con pecados de omisión. Todo lo que me diste es para que lo comunique y lo haga fructificar. Que pueda levantarme cada mañana con muchos deseos de hacer el bien a los hermanos. Ayúdame a descubrir mejor mis talentos, para gastar bien mis energías y dejarle a este mundo algo bello y verdadero. Arranca de mi interior todo egoísmo, toda indiferencia y toda comodidad, para que entregue mis energías y las libere en el servicio y el trabajo. Amén.

“A la indecisión la destruiré con la acción. Sepultaré las dudas bajo la fe. No perderé un momento en lamentar las desgracias, derrotas y sufrimientos del ayer. Haré de este día el mejor de mi vida. Los deberes de hoy los cumpliré hoy. Hoy me sacrificaré y me consagraré al trabajo. Hoy tengo la oportunidad de convertirme en el hombre que yo sé que puedo ser”. P. Natalio.

lunes, 6 de abril de 2015


Penicilina al bautizado


Buenos días, amigo/a

En la Biblia se da mucha importancia al nombre de las personas: en cierta manera indica su naturaleza y su misión. Jesús dice al Padre que él había «manifestado su nombre a los hombres» (Jn. 17:6), es decir, su misma naturaleza divina. El cambio de nombre significa que la  persona adquiere nuevas capacidades para una nueva misión. Por ejemplo: Jesús pone a Simón el nombre de Pedro: le da firmeza como para ser fundamento de la Iglesia

Un padre misionero que llegó al pueblito, se dedicaba no sólo a cuidar la salud espiritual de los fieles sino también la salud física. Una tarde un paisano llegó del campo para hacer bautizar a su hijita. —Mire, padrecito, ando con ganas de cristianar a mi niñita. —Cómo no, mi amigo, para eso estamos. Al empezar la celebración el sacerdote vio una infección en el bracito de la nena y pensando que era necesaria una curación inmediata, dijo al paisano: —Mire, señor, a esta chica hay que ponerle penicilina. A lo que el paisano un poco enojado le respondió: —No, no, no, usted a mi hija le pone “Ruperta”, o ya mismo la llevo a otro cura.

Lo del cambio del nombre es tan notable en la Biblia, que un día todos los que entren triunfantes en la Jerusalén celestial recibirán un nombre nuevo, adecuado a los redimidos del Señor (Ap. 3:12). Alabemos a Jesús, que significa “salvador”, porque para eso nació para salvarnos del pecado y de la muerte eterna. P. Natalio.

viernes, 3 de abril de 2015

Viernes santo

Buenos días, amigo/a

“Para un hombre no hay momento más dramático que el de su muerte. El paso de esta vida a la eternidad produce un desgarrón profundo. Nuestro ser se deshace al separarse el alma del cuerpo. Quienes fuimos testigos de la muerte de alguien muy querido, lo sabemos. Y ahora delante nuestro está Jesús sufriendo, está muriendo. Su muerte, siendo tremenda, es distinta, porque entrega su vida por ti, por mí y por todos. Nadie se la quita. El libremente la ofrece para que tengamos vida”.

«Desde el mediodía hubo oscuridad sobre la tierra hasta las tres de la tarde. Y alrededor de esta hora clamó Jesús con fuerte voz: «Elí, Elí, ¿lemá sabactaní?» es decir, «Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?», Pero Jesús dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el Espíritu», (Mateo 27, 45-46.50).

“La misión salvadora de Jesús no termina con su muerte, continúa en su resurrección y alcanzará su plenitud cuando él se haga presente al fin de los tiempos para juzgar a vivos y muertos. A nosotros nos queda convertirnos a Cristo que sigue viviendo resucitado. ¿Aceptamos nuestra .condición humana con sus limitaciones e impotencias? Jesús la aceptó en todo menos en el pecado. El no tuvo ningún pecado, pero nosotros que somos pecadores, ¿estamos dispuestos a convertirnos?”, (P. Carlos Heredia). Acompaña hoy a Jesús en el viacrucis. P. Natalio.

jueves, 2 de abril de 2015


Convertida por la Eucaristía


Buenos días, amigo/a

Isabel Ana Seton nacida en la religión anglicana (1774) en nueva York, se casó con un rico comerciante y fue madre de cinco hijos. Quedó viuda a los 30 años. Movida de amor a Jesús presente en la Eucaristía, se hizo católica cuando tenía 31 años (1805). Fundó una congregación para educación de las niñas. Es la primera santa estadounidense elevada al honor de los altares (1975).

En un último intento para restaurar la salud de su esposo, Isabel había partido para Livorno, Italia, llevando también a la hija mayor (8 años). Pero su esposó empeoró y murió. Regresó a Nueva York y buscó la paz en su propia Iglesia anglicana. Un día se sentó en una silla de su templo, desde donde podía ver la torre de la vecina iglesia católica, y mirando el altar vacío de su templo, comenzó a hablar con Jesús, presente en la Eucaristía de la iglesia católica cercana. Así empezó a sentir un profundo amor a Jesús Sacramentado, que la atraía como un imán, y éste fue el comienzo de su conversión.

En Italia Isabel se había hospedado en casa de una familia católica muy amiga. Un día encontró Isabel un libro de oraciones. Lo abrió al azar y comenzó a leer: “Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir...” Cada palabra le llegaba al alma con inmenso consuelo. Desde ese día pidió a Nuestra Señora le mostrase el camino que debía seguir. P. Natalio.

miércoles, 1 de abril de 2015


Metas posibles


Buenos días, amigo/a

Al fijar las metas de tu vida, sé realista. Reconoce tus límites y tus fortalezas. “Aunque se acusa a los hombres de no reconocer sus flaquezas, también es verdad que son pocos los que saben hasta dónde llegan sus fuerzas. Con los seres humanos ocurre como con ciertos suelos, que encierran una veta de oro y su dueño lo ignora”, (Jonathan Swift).

Muchas veces se tiene la impresión de que la gente prefiere que le vaya mal en la vida. Si tú tienes deseos de amargarte la vida, hay una forma muy sencilla y eficaz de lograrlo: fíjate un objetivo imposible de realizar, y tendrás tu amargura asegurada. Si no quieres fracasar, no te propongas cosas imposibles, ni pierdas tiempo en lamentarte por no alcanzarlas. Deja a un lado los amores imposibles, los trabajos imposibles, los proyectos imposibles, los cambios imposibles. No pierdas tiempo en lamentarte. Concéntrate en lo posible, y te sentirás mejor.

En la vida hay que ser realista: ser feliz con lo poco, lo sencillo y tratando de avanzar un poquito cada día, hacia una meta pensada, deseada, discernida y definida”, (Santiago Alberione). Sabio consejo para  ajustar tus sueños a la realidad personal, a tus verdaderas posibilidades. Que sepas discernir con prudencia tus metas. P. Natalio.