sábado, 31 de mayo de 2014

Bendice a mi familia


Buenos días, amigo/a.

La oración es la llave que abre los tesoros del cielo. Es el puente siempre accesible por el que llegamos a Dios. El arte de orar es el arte de amar al Señor. Pero orar bien es un regalo de Dios. Por lo tanto, implora que envíe su Espíritu para que llene tu corazón con el fuego de su amor.

Señor, bendice a mi familia, a mis amigos y a sus familias. Revélales tu amor y tu poder. Señor, muéstrate en este momento: que donde haya dolor, nos des paz y consuelo y donde haya duda, tengamos confianza porque creemos en ti. Jesús, visita mi casa y llévate mis problemas, angustias y dolores. Señor, contágiame tu fuerza, para que yo también pueda aceptar la voluntad del Padre. Hoy vengo a ti, lleno de dolor, a llorar mis penas en tus brazos, Recurro a ti para que me libres y destrabes de todos los males que me acechan y me impiden ser feliz. Espero confiadamente en ti. Vivo confiadamente en ti.

La familia que reza unida permanece unida y reproduce el clima de la casa de Nazareth: Jesús está en el centro, se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino. Esa oración alcanza su culmen cuando la familia participa de la Misa del domingo. P. Natalio.

viernes, 30 de mayo de 2014

El escarabajo y el picaflor


Buenos días, amigo/a.

En el trabajo, en los grupos humanos, en las luchas políticas y sindicales, en el mundo profesional y artístico la envidia es la yerba más amarga y frondosa de las relaciones humanas. Probablemente, es la causa principal por la que más sufre la gente. Lo que pasa es que ella se disfraza como víbora bajo el follaje de razones y explicaciones.

Cada uno, en este mundo, tiene su modo de ser, sus cualidades y sus defectos. El escarabajo es útil como estercolero, el picaflor es bonito. Pero el escarabajo envidiaba al picaflor, de quien todos ponderaban la gracia y la gentileza, la hermosura y el brillante plumaje. Es un haragán presumido –decía–, incapaz de trabajar; saquea a las flores, pero no sabe hacer miel. Dicen que es bonito; será, pero no piensa sino en lucirse. Yo no soy así –agregaba–,  siempre trabajo calladito, sin tratar de lucirme  Pero  todo el mundo sabe que un escarabajo vale más que un picaflor. Y así lo creía él. (G. Daireaux – adaptación).

Es fundamental convencerme que si quiero ser yo mismo, el único punto de referencia para superarme soy yo. No necesito compararme con nadie más. Lo correcto es conocer mis talentos y habilidades, alegrarme de lo que tengo y cultivarlo. Aceptaré, por otra parte, mis límites y carencias. Piénsalo… y vive en armonía y paz tu propia realidad. P. Natalio.

jueves, 29 de mayo de 2014

Dios, amigo del silencio


Buenos días, amigo/a.

Santo Tomás de Aquino, tan santo como sabio, dejó estos breves consejos a los que anhelan la sabiduría que viene de lo alto: “No hables demasiado, ni te entregues a distracciones. Ama la pureza de conciencia. Entrégate a la oración. Ama la soledad, si quieres llegar un día a la morada de la sabiduría”.   

Necesitamos encontrar a Dios y no lo hallamos en medio del ruido y de la agitación. Dios es amigo del silencio. Miren cómo la naturaleza empuja hacia el silencio. Miren cómo las estrellas, la luna, el sol se mueven en silencio. ¿Nuestra misión no consiste en dar a Dios a los pobres sin techo? No a un Dios muerto, sino a un Dios vivo, que ama. Cuanto más recibimos en el silencio de la oración, tanto más entregaremos en nuestra actividad. Necesitamos el silencio para mover a las personas. Lo importante no es lo que decimos nosotros, sino lo que Dios nos dice, y lo que dice a través de nosotros.  Teresa de Calcuta,

El cardenal Carlos Martini, arzobispo de Milán, cuyos libros se vendían como pan caliente, escribió: “Aun en la vida cotidiana más afanosa y complicada, estoy seguro que es posible reservarse algunos momentos de silencio, si lo deseamos de verdad, para retomar la conciencia de sí mismo y mirar desde ahí alrededor”. ¡Advertencia muy sabia! P. Natalio.

miércoles, 28 de mayo de 2014

La olla caliente


Buenos días, amigo/a.

Sufrir tentaciones es una situación normal del hombre. Surgen de nuestra naturaleza inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o de ese mundo que vive al margen de la ley divina. La tentación es una incitación a pecar. También los santos pasaron por tentaciones. Pero lucharon y triunfaron, porque recurrieron a Dios.

Abba Poimén fue un célebre Padre del desierto. Se conocen de él más de 300 apotegmas. He aquí uno famoso. En cierta ocasión alguien le preguntó al Abba Poimén: —¿Cómo puedo apartar de mí las tentaciones? Él contestó: —Mientras la olla está fría, todo el mundo puede tocarla y romperla; en cambio, cuando está bien caliente sobre el fuego, nadie, ni el animal más feroz, se anima a tocarla. Así pues, mientras tú ardas en amor a Dios, nada ni nadie podrá hacerte daño.

Jesús nos aclara que para vencer las tentaciones necesitamos estar atentos y orar pidiendo fortaleza para no caer en las seducciones del mal. Está claro también que no debes buscarte las ocasiones de fallar porque “el que busca el peligro en él perecerá”. Que Dios te proteja y bendiga. P. Natalio.

martes, 27 de mayo de 2014

El poder de la oración


Buenos días, amigo/a.

“La oración me salvó la vida. Sin ella estaría loco hace ya mucho tiempo. Si conseguí salvarme de la desesperación fue gracias a la oración”, dijo Mahatma Gandhi. “Sólo por la oración podemos alcanzar la completa y armoniosa unificación del cuerpo, mente y espíritu, que le da a la frágil constitución humana su fortaleza invencible”, escribió Alexis Carrel. .

William Parker, el psicólogo que se empeñó en demostrar, desde el punto de vista científico, la eficacia de la oración, llegó a esta conclusión: “La oración es el medio más importante para reconstruir y rehabilitar a un hombre”. Como resultado de sus experiencias, dio a luz un libro que demuestra que “la oración puede cambiar tu vida en cualquier momento y en cualquier situación te halles y en cualquier edad”.

La experiencia y la Biblia nos aseguran que vivimos en medio de influencias tanto negativas como positivas. Existe el instigador del mal, existen los que se dejan poseer por el odio y la perversidad. Y estas malas ondas buscan envolvernos en sus redes. Pero hay una fuerza poderosa que te protege: la oración humilde y confiada en Dios. Aprovéchala. P. Natalio.

lunes, 26 de mayo de 2014

Dios mío, qué grande eres


Buenos días, amigo/a.

La naturaleza ayuda a entrar en sí mismo. Se trata de sentir y admirar lo que se va presentando a los sentidos: formas, colores, perfumes, sonidos… déjate envolver por el viento, el sol, el paisaje; pisa la arena, moja los pies en el arroyo… Es un camino fácil para llegar al recogimiento, percibir la presencia de Dios y entrar en comunicación filial con él.

¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto (104). Proclamad conmigo la grandeza del Señor, bendigamos juntos su nombre (34). Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? (8). El Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos (95). Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra (8).

La naturaleza tiene una fuerza extraordinaria. Es una gran maestra de oración. En medio de la naturaleza admira la belleza de una flor, observa los colores de una piedra, quédate apreciando la forma de un árbol o los movimientos de un insecto. Hay salmos que prestarán palabras a tus sentimientos (104  y 8), y volverás renovado y más sereno. P. Natalio.


domingo, 25 de mayo de 2014

Sé indulgente


Buenos días, amigo/a.

Para amar como Jesús nos enseñó, debemos aprender a ser indulgentes, que es  “tener   facilidad en perdonar las culpas ajenas”, como dice el diccionario. Es la disponibilidad y capacidad para perdonar las debilidades de nuestros prójimos una y otra vez, como le respondió Jesús a Pedro: “No siete, sino setenta veces siete debes perdonar”.

¡Qué fácilmente creemos que nos faltan nuestros prójimos, que no nos estiman, que no nos quieren! Basta ver el rostro de un amigo un poco más sombrío que de costumbre para persuadirnos de su indiferencia o de su frialdad. Sé indulgente. Olvida las pequeñas penas que te hayan podido causar; no conserves ningún resentimiento por las palabras inconsideradas o desfavorables que se han dicho contra ti; excusa los descuidos, las ligerezas de las cuales eres víctima. Muestra un semblante amable en todas las ocasiones. De esta manera estarás en paz con tu prójimo y practicarás de modo excelente la caridad cristiana, que es imposible practicar sin una indulgencia en todos los instantes.

Ser indulgentes siempre no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia al Señor el don de la caridad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos y susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “perdonar y soportar sin límites”. P. Natalio.

sábado, 24 de mayo de 2014

El ombú


Buenos días, amigo/a.

El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás.encuentra su plena madurez. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.

Erguido en medio de la pampa, el ombú extendía sus gruesas ramas. En busca de un sitio donde asentarse, llegó allí un colono y su familia. ¡Qué árbol hermoso! -exclamó un jovencito-; edifiquemos aquí, padre mío. Seducido por el aspecto del árbol gigante, aprobó el padre. De una raíz iba a atar el caballo del carro donde venía la familia, pero al ver que allí no crecía el pasto, lo llevó más lejos. El hijo mayor cortó unas ramas para prender fuego, pero la leña sólo producía humo. Otro hijo trepó para comer frutas, pero aquello no era fruta. -¡Hermoso árbol! -dijo el padre- para pintores y poetas. Pero no da frutos, su leña no sirve, y a su sombra no florecería un jardín. Orgulloso, inútil y egoísta; más bien dejémoslo solo. Y se fueron a otra parte. G. Daireaux.

Dios espera la colaboración de los hombres para su plan de amor. El mal ha entrado en el mundo por la puerta del egoísmo, que es negación del amor. “Este es mi mandamiento, —dijo Jesús— que se amen los unos a los otros como yo los he amado”. Que el Padre misericordioso derrame sobre ti el Espíritu del amor, que es el Espíritu de Jesús. P. Natalio.

viernes, 23 de mayo de 2014

Sé realista y concreto


Buenos días, amigo/a.

Hay quienes “no tienen los pies sobre la tierra”, sencillamente vuelan. Vuelas, cuando consideras tus sueños como realidad;  cuando pasas el tiempo concibiendo planes que jamás realizas; cuando no te adaptas a las personas y a las cosas. Soñar tu vida no es vivirla. Tienes derecho a aferrarte de un extremo del ensueño para seguir adelante, pero jamás para alejarte de la realidad. (M. Quoist).

Una característica de las personas que han triunfado en la vida es su capacidad de ser realistas y concretos. Han tenido sueños que los han impulsado a trabajar y luchar, pero han comenzado desde lo que tenían a la mano, de lo posible y cotidiano. Fíjate metas posibles. Lo posible es fácil y simple. Crece con lentitud, pero crece con seguridad. Pon tan solo constancia e ilusión, y verás cómo el éxito coronará la fortaleza que has puesto en perseverar.

Alimenta en el corazón grandes ideales para movilizar tus ocultas energías. Pero, al mismo tiempo trata de ser realista cuidando los pequeños esfuerzos que te conducirán al logro de tus ilusiones. Asombra el número de cosas difíciles que la gente decidida y concreta logra realizar. Tú deberías formar parte de ese grupo especial. P. Natalio.

jueves, 22 de mayo de 2014

Paz en la familia



Buenos días, amigo/a.

Hoy te cuento una anécdota de santa Mónica, cuyo hijo Agustín fue un adolescente terrible, y cuyo esposo era muy irascible. Esta buena mamá irradiaba paz y dulzura. Había comprendido que la paz es un don de Dios tan valioso, que vale la pena hacer cualquier sacrificio para no perderla por ningún motivo. El precio era una imperturbable paciencia.

En aquella región del norte de África, donde las gentes eran sumamente agresivas,  las amas de casa le preguntaban a Mónica por qué su esposo, que era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, no la maltrataba nunca a ella, y, en cambio, los esposos de ellas las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: —Es muy sencillo, cuando mi esposo está de malhumor, yo me esfuerzo por estar serena y tranquila. Cuando él grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos, y yo no acepto la pelea, pues…no nos peleamos.

La paciencia es una madurez. Presupone virtudes tan sólidas como la humildad y la fe en Dios. Conseguirás la paciencia meditando en Jesús bondadoso, sufrido, servicial, y suplicándole vuelva tu corazón a semejanza del suyo, manso y humilde. Que el Señor te ayude a dar pasos para crecer en esta virtud tan necesaria. P. Natalio.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Los niños aprenden lo que viven


Buenos días, amigo/a.

Hay un refrán que dice: “La palabras mueven, los ejemplos arrastran”. Estos dichos populares son expresión de esa sabiduría que tiene el aval de la experiencia cotidiana. Son irrefutables. Y es la pura verdad que más que las palabras lo que mueve y conmueve a grandes y pequeños son los ejemplos que vemos. Y tanto para el mal como para el bien.

Si un niño vive con tolerancia, aprenderá a ser paciente. Si un niño vive con aliento, aprenderá a tener confianza. Si un niño vive entre críticas, aprenderá a condenar. Si un niño vive entre hostilidad y discordia aprenderá a pelear. Si un niño vive con miedo, aprenderá a ser aprensivo. Si un niño vive con reconocimiento y estímulo, aprenderá a apreciar y a tener un objetivo. Si un niño vive con seguridad, aprenderá a tener fe. Si un niño vive con aprobación, aprenderá a quererse a sí mismo y a encontrar amor en el mundo. Si un niño vive con amor y amistad, aprenderá a amar a los demás.

El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”? P. Natalio.

Los niños aprenden lo que viven


Buenos días, amigo/a.

Hay un refrán que dice: “La palabras mueven, los ejemplos arrastran”. Estos dichos populares son expresión de esa sabiduría que tiene el aval de la experiencia cotidiana. Son irrefutables. Y es la pura verdad que más que las palabras lo que mueve y conmueve a grandes y pequeños son los ejemplos que vemos. Y tanto para el mal como para el bien.

Si un niño vive con tolerancia, aprenderá a ser paciente. Si un niño vive con aliento, aprenderá a tener confianza. Si un niño vive entre críticas, aprenderá a condenar. Si un niño vive entre hostilidad y discordia aprenderá a pelear. Si un niño vive con miedo, aprenderá a ser aprensivo. Si un niño vive con reconocimiento y estímulo, aprenderá a apreciar y a tener un objetivo. Si un niño vive con seguridad, aprenderá a tener fe. Si un niño vive con aprobación, aprenderá a quererse a sí mismo y a encontrar amor en el mundo. Si un niño vive con amor y amistad, aprenderá a amar a los demás.

El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”? P. Natalio.

Los niños aprenden lo que viven


Buenos días, amigo/a.

Hay un refrán que dice: “La palabras mueven, los ejemplos arrastran”. Estos dichos populares son expresión de esa sabiduría que tiene el aval de la experiencia cotidiana. Son irrefutables. Y es la pura verdad que más que las palabras lo que mueve y conmueve a grandes y pequeños son los ejemplos que vemos. Y tanto para el mal como para el bien.

Si un niño vive con tolerancia, aprenderá a ser paciente. Si un niño vive con aliento, aprenderá a tener confianza. Si un niño vive entre críticas, aprenderá a condenar. Si un niño vive entre hostilidad y discordia aprenderá a pelear. Si un niño vive con miedo, aprenderá a ser aprensivo. Si un niño vive con reconocimiento y estímulo, aprenderá a apreciar y a tener un objetivo. Si un niño vive con seguridad, aprenderá a tener fe. Si un niño vive con aprobación, aprenderá a quererse a sí mismo y a encontrar amor en el mundo. Si un niño vive con amor y amistad, aprenderá a amar a los demás.

El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”? P. Natalio.

martes, 20 de mayo de 2014

Como una escoba


Buenos días, amigo/a.

El humilde reconoce a Dios como autor de todo bien. De él proviene todo cuanto tenemos y somos. Y también cuanto tiene y es nuestro prójimo. Por eso no cabe el sentido competitivo de la vida, que está en el fondo de la actitud soberbia y envidiosa. El que quiere sobresalir no busca tanto alcanzar una meta, sino crear distancia respecto de los otros.

Cuando Bernardita Soubirous era religiosa de las Hermanas de la Caridad, una hermana de la comunidad le enseñó una foto de los lugares de Lourdes y manifestaba la grandeza de haber sido elegida para tan gran don como es la visión de la Virgen. Bernardita se limitó a sonreír y, con aparente ingenuidad, preguntó: —Hermana, ¿para qué sirve una escoba? —Para barrer. Bernardita siguió preguntando: — ¿Y después? —Se guarda en su sitio, detrás de la puerta. —Así ha hecho la Virgen conmigo. Me usó y me ha vuelto a poner en mi sitio. Y yo estoy muy bien.

Santo Tomás de Aquino afirma que Cristo recomendó tanto la humildad,  porque ella anula el principal impedimento para nuestra santificación. Todas las demás virtudes derivan de ella su valor. Sólo a ella le concede Dios sus dones, y los retira cuando ella desaparece. Bernardita fue instrumento de la Virgen María por su humildad. P. Natalio.

lunes, 19 de mayo de 2014

Corazones jóvenes


Buenos días, amigo/a.

Los años juveniles son para adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el que ha tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Los malos hábitos son la puerta abierta al fracaso. Por lo tanto es tarea ineludible y básica en tu juventud formarte buenos hábitos y ser esclavo de ellos.

Nadie envejece por haber vivido un número determinado de años. Sólo se envejece cuando se abandonan los ideales. Los años arrugan la piel, pero sólo el abandono del entusiasmo arruga el alma. Ya se tengan dieciséis o setenta, siempre existe en el corazón humano el impulso a la maravilla, el suave asombro ante las estrellas, el desafío ante los acontecimientos y la alegría de vivir. En el sitio central del corazón hay, un árbol siempre floreciente que se llama amor; mientras ese árbol tenga flores el corazón es joven.

Es maravilloso el número de cosas imposibles que la gente entusiasta y decidida logra realizar.  “El entusiasmo es el brillo en tus ojos, la vivacidad en tu andar, la fuerza en tus manos, el ímpetu irresistible de tu voluntad que te lleva a realizar tus ideas. El entusiasmo es la levadura que hace crecer tus esperanzas hasta alcanzar las estrellas”. P. Natalio.

domingo, 18 de mayo de 2014

18 de mayo de 2014
Cultiva la constancia


Buenos días, amigo/a.

El eminente compositor Beethoven dijo una vez que el genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación. “La constancia es el alto precio que hay que pagar por todas las conquistas de la vida. Todo lo más grande en cualquier ámbito se ha conseguido por una ardiente perseverancia”, (I. Larrañaga).

Abba Poimén solía decía a los monjes: —La naturaleza del agua es suave, mas la de la piedra es dura. Pero, si se suspende un recipiente que deja caer agua día tras día sobre la piedra, poco a poco la perfora. Del mismo modo, la palabra de Dios es suave, y nuestro corazón es duro. Sin embargo, cuando el hombre oye o lee con frecuencia la Palabra Sagrada, se abre su corazón al santo temor de Dios. Y amonestaba: —Un hombre que predica y no pone en práctica las cosas que enseña, es semejante a una fuente que abreva y lava a todo el mundo, pero que no puede purificarse a sí misma.

Dios siempre está dispuesto a concederte sus dones, pero pide tu colaboración, tu esfuerzo, tu voluntad. Leonardo da Vinci dispuso que en su tumba se escribiera este epitafio: “Tú, Señor, regalas todos tus dones al precio del esfuerzo”. El éxito comienza siempre con una voluntad decidida a permanecer firme en la lucha. Cultiva la constancia. P. Natalio.

sábado, 17 de mayo de 2014

Persevera en la oración


Buenos días, amigo/a.

La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de tu jornada.

Si deseas empezar a poseer la luz de Dios, ora. Si ya estás encaminado hacia la bondad y quieres que la luz que te guió brille aun más, ora. Si quieres la fe, ora; si quieres la esperanza, ora; si quieres la obediencia, la castidad, la humildad, la mansedumbre, la fortaleza, ora. Sea cual sea la virtud que deseas, ora. Cuanto más eres tentado, tanto más persevera en la oración. Es por virtud de tu continua oración que mereces ser tentado, y es por virtud de tu continua oración que mereces ser liberado de las tentaciones. La oración, en efecto, te da luz, te libera de las tentaciones, te vuelve puro, te une a Dios. Santa Ángela de Foligno,

“Uno puede orar en las calles, los talleres, las oficinas, las escuelas, y en el recogimiento de la propia habitación o en medio de multitudes. De poco sirve orar por la mañana, si se vive el resto del día como un ateo. La verdadera oración moldea la vida y una vida auténtica exige la oración”, (Alexis Carrel). Que la oración gane espacios en tus jornadas. P. Natalio.

viernes, 16 de mayo de 2014

Aceptarse a sí mismo


Buenos días, amigo/a.

Acéptate a ti mismo incluso frente a los demás. No tengas miedo, no te dejes paralizar por tus límites o carencias. Concéntrate, más bien en tus fortalezas.  Acepta ser tú mismo ante los otros tal como eres, con tus luces y sombras. Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato. Lee una graciosa anécdota: dos personas que se enfrentaron, cada una con su fragilidad.

Lord George Byron (1788-1824), famoso poeta inglés, era rengo. Su excesiva vanidad sufría horriblemente con ese defecto. La más pequeña alusión a su renguera lo ponía colérico y mordaz. Cierto día la duquesa de Devonshire, que era bizca, le preguntó: — ¿Cómo anda? Creyendo el poeta que esta pregunta encerraba una burla a su defecto físico, respondióle ásperamente: — ¡Como usted ve!

Recuerda que los demás te necesitan tal como el Señor ha querido que fueras. No conviene que te pongas una máscara o representes una comedia. Anímate a ti mismo: “voy a llevarles algo especial, pues nunca se encontraron ni se encontrarán con alguien como yo; soy una persona única salida de las manos de Dios”. Dios te valora, hazlo tú también. P. Natalio.

jueves, 15 de mayo de 2014

Alabar y agradecer


Buenos días, amigo/a.

Al orar con los salmos déjate arrebatar por la presencia viva de Dios, envolver por los sentimientos de asombro, exaltación, alabanza, contrición, intimidad, dulzura u otros estados de ánimo que impregnan estos antiguos cánticos. Aquí te ofrezco una breve oración compuesta por fragmentos de salmos unidos por afectos de alabanza y gratitud al Señor.

¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? (116). Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides nunca sus beneficios (103). Alabaré al Señor mientras viva, cantaré y tocaré para mi Dios mientras exista (146). Te daré gracias ante los pueblos, Señor, tocaré para ti ante las naciones, por tu bondad que es más grande que los cielos, por tu fidelidad que alcanza a las nubes (57). Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo; proclamar por la mañana tu misericordia, y de noche tu fidelidad, con arpas de diez cuerdas y laúdes, sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras de tus manos (92).

“En los salmos rivalizan la belleza y la doctrina; son a la vez un canto que deleita y un texto que instruye. ¿Qué otra cosa es el salterio sino el instrumento espiritual con que el hombre inspirado hace resonar en la tierra la dulzura de las melodías celestiales, como quien pulsa la lira del Espíritu Santo?”, san Ambrosio. Explora y goza las riquezas del salterio. P. Natalio.

miércoles, 14 de mayo de 2014

El mono y la naranja


Buenos días, amigo/a.

La concentración es la capacidad de dirigir toda nuestra atención a un asunto determinado, abstrayéndonos de cualquier otra cosa. Es necesario silenciar todo el pasado y el futuro, desligarnos de preocupaciones y problemas. Fuera del momento presente no permitas que nada más ocupe tu mente.

Un mono, sin dejar de rascarse, alzó una naranja. No queriendo dejar su ocupación, tiró de la cáscara con los dientes, pero le disgustó su amargura y buscó otro medio. Siempre rascándose, puso un pie sobre la naranja, y con la otra mano empezó a pelarla. Pronto se cansó. Se sentó entonces y apretó la naranja entre las rodillas, sacando con la mano libre algo de la cáscara; pero la fruta resbaló y rodó por el suelo. Dejó de rascarse, agarró fuerte la fruta con una mano, la peló con la otra en un minuto, la partió y la comió. Después de dar dos piruetas, empezó a rascarse otra vez, pero ya con las dos manos. Godofredo Daireaux.

La concentración en tus propósitos es fundamental para llegar a las metas que deseas. En la medida en que dispersas tu atención, se retardan o se pierden los objetivos anhelados. La concentración es una disciplina de la mente y voluntad para hacer efectivos los deseos profundos del corazón. P. Natalio.

martes, 13 de mayo de 2014

Descubre a Dios cada día


Buenos días, amigo/a.

La Reina de la Paz insiste en la oración de cada día, momento para sentirte en la presencia de Dios, descubriéndolo presente en tu vida. En un ambiente de fe y recogimiento te abres a su amor y tomas fuerza contra ese enemigo que está en cada uno y se llama egoísmo, con sus diversos disfraces de vanidad, orgullo, ira, rencor, sensualidad, injusticias, ambiciones…

“¡Queridos hijos! No olviden que están sobre la tierra en camino hacia la eternidad y que la morada de ustedes está en los cielos. Por eso, hijitos, estén abiertos al amor de Dios y dejen el egoísmo y el pecado. Que la alegría de ustedes sea únicamente el descubrir a Dios en la oración cotidiana. Por eso, aprovechen este tiempo y oren, oren, oren, y Dios está cerca de ustedes en la oración y a través de la oración. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

La Virgen María te recuerda que vas hacia la eternidad. “Queridos míos, yo los exhorto, como a gente de paso y extranjeros: no cedan a esos deseos carnales que combaten contra el alma”, (1Ped 2, 11-12). “Busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el corazón puesto en las cosas del cielo y no en las de la tierra”, (Col 3, 1-2). P. Natalio.

lunes, 12 de mayo de 2014

Si abruman los problemas


Buenos días, amigo/a.

Todos necesitamos ordenar nuestras “urgencias”. Poner un poco de orden en nuestra vida. Preguntarnos qué lugar ocupa la oración en nuestro día, en nuestra semana…En concreto, ¿cuánto tiempo nuestra mente y corazón están ocupados con Jesús? Recuérdalo: la vida tiene ciento de urgencias, pero hay “una sola cosa necesaria”, Dios.

¿Sabes que la Madre Teresa de Calcuta, algún que otro año de su vida durmió más en la butaca del avión que en su cama? A tal extremo llegó la actividad de esta mujer excepcional. Pero siempre declaró que toda su fuerza procedía de la oración, del contacto con Jesús eucaristía. En un momento en que las dificultades, contratiempos y problemas llegaron a abrumarla ¿qué hizo? Decidió agregar una hora más de adoración al Santísimo Sacramento, y a partir de allí todo se superó con creces.

“¡Cuán consoladores y suaves son los minutos pasados con Jesús Eucarístico! ¿Te domina la tristeza? Ven a sentarte a sus pies, y quedarás pacificado. ¿Eres despreciado por el mundo? Ven aquí, y encontrarás un amigo que jamás te fallará. ¿Te sientes tentado? Aquí hallarás armas terribles para vencer a tu enemigo”. Decía el Santo Cura de Ars. P. Natalio.


domingo, 11 de mayo de 2014

Amabilidad


Buenos días, amigo/a.

Cuando de alguien se dice, “es una buena persona”, así simplemente, se la está calificando con la nota más excelente: la bondad. Ser bueno es ser de nobles sentimientos, honrado, servicial, respetuoso con todos, amable, generoso. La bondad sintetiza aspectos muy valiosos de la personalidad que generan en los demás, aprecio, admiración y simpatía.

Sean amables y generosos, que nadie acuda a ustedes sin irse mejor y más contento. Sean la expresión viva de la amabilidad de Dios: amabilidad en el rostro, amabilidad en los ojos, amabilidad en la sonrisa, amabilidad en la manera de saludar de ustedes. Entre los pobres, nosotros somos la amabilidad de Dios hacia los pobres. Regalen siempre una sonrisa gozosa a los pobres, a los niños, a todos los que sufren y se encuentran solos. No les den sólo sus cuidados, sino también su corazón. Madre Teresa de Calcuta

¡Cuánta luz, cuánta bondad, cuánto apoyo puedes dar cada día! Dios te necesita para esta tarea de buen samaritano. Él te da sus dones para que los irradies con un corazón generoso. Que hoy seas instrumento de su misericordia. Hasta mañana. P. Natalio.

sábado, 10 de mayo de 2014

Como las gallinas


Buenos días, amigo/a.

Para amar como Jesús nos enseñó, debemos aprender a vivir ciertas actitudes y sentimientos que bajan el amor a la realidad cotidiana: dulzura, humildad, paciencia, e indulgencia. Es indulgente quien es capaz de perdonar las debilidades de los demás una y otra vez, “setenta veces siete”, como respondió Jesús a su apóstol Pedro.

San Bernardino (1380-1444) fue un gran predicador. Una vez exhortó a la paz a un grupo de güelfos y gibelinos que eran acérrimos rivales políticos. Entre otras cosas les dijo: Imiten el ejemplo que les dan las gallinas. Ellas se pelean, se picotean con furia, hasta se sacan los ojos; pero, a los pocos minutos, olvidan todo y vuelven a comer, a beber y a dormir de nuevo todas juntas en el mismo palo, en el mismo gallinero. Para reconciliarse no necesitan ningún mediador. No sean ustedes peores que las gallinas.

Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros retraimientos y egoísmos. Pero cuando el amor de Dios nos invade, podemos “perdonar, soportar y esperar sin límites”. P. Natalio.

viernes, 9 de mayo de 2014

Sé tú mismo


Buenos días, amigo/a.

El conocimiento de ti mismo, de tus fortalezas y debilidades, está en la base de tu crecimiento armónico como persona. Con un ojo en tus virtudes para conservarlas y darles brillo, y con el otro ojo en tus debilidades para neutralizarlas, afronta con esperanza y firmeza esa labor cotidiana de llegar a realizar el proyecto de Dios sobre tu vida.

Acéptate a ti mismo incluso frente a los demás. ¿Por qué eres tímido y estás paralizado por un complejo de inferioridad? Porque no has aceptado ser tú mismo ante los otros y temes su opinión. Sé tú mismo. Los demás te necesitan tal como el Señor ha querido que fueras. No tienes derecho a ponerte una máscara, a representar una comedia, pues sería un robo a los demás. Puedes decirte a ti mismo: “voy a llevarles algo especial, pues nunca se encontraron ni se encontrarán con alguien como yo; soy un ejemplar único salido de las manos de Dios”. Michel Quoist

Por un sabio plan divino las personas somos distintas, tenemos diversas capacidades, diferentes inclinaciones y gustos. Es una realidad que debes aceptar en paz, sin dejarte alcanzar ni por la envidia del bien ajeno, ni por el orgullo de lo que te ha tocado. Es señal de madurez la aceptación serena de ti mismo con tus capacidades y carencias. P. Natalio.

jueves, 8 de mayo de 2014

Elegir bien


Buenos días, amigo/a.

Con el salmo 119 suplica a Dios: “Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos; dame vida con tu palabra”. Es una realidad que muchas veces nos rebelamos contra la voluntad de Dios. Sabemos que está escrito en su ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y con todas tus fuerzas”. Pero es necesario pedirle nos ayude a elegir correctamente.

Un día el Abba Macario estaba de viaje con sus monjes y oyó a una joven que le decía a su madre: —Hay un muchacho muy guapo, bueno y rico que me quiere, pero yo lo odio; y hay otro muchacho que es un canalla y me odia, pero yo lo quiero.
Macario se sorprendió mucho por tales palabras. Los monjes le preguntaron: — ¿Por qué te sorprendiste tanto, Abba? Macario les explicó: —Es porque los cristianos cometemos igual barbaridad: Dios es hermoso, bueno y rico, y nosotros no queremos a Dios; el demonio es nuestro miserable enemigo, y, sin embargo, lo queremos con insensata locura.

Cuando cesó el diluvio, Noé salió del arca y ofreció un sacrificio de gratitud a Dios. La fragancia de la víctima inmolada subió al Señor que complacido dijo: «Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su juventud». Que el Señor sea siempre la alegría de tu corazón. P. Natalio. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

¿Cómo hacer oración?


Buenos días, amigo/a.

La oración humilde y confiada es el poder que Dios pone en tus manos para que, como un niño muy sencillo, le pidas todo lo que necesitas. Pero no debes suplicarle con desesperanza, ni con una oración agitada, como si quisieras exigirle el cumplimiento de tus deseos. A Dios hay que dejarle ser Dios y actuar con plena libertad. Él te ama, y sabe lo que más te conviene.

Comienza por saber escuchar. El Cielo emite noche y día. No ores para que Dios realice tus planes, sino para que tú interpretes los planes de Dios. Pero no olvides que la fuerza de tu debilidad es la oración. Cristo dijo: «Pedid y recibiréis». El pedir tiene su técnica. Hazlo con atención, humildad, confianza, insistencia y unido a Cristo. ¿No sabes qué decirle a Dios? Háblale de tus intereses. Muchas veces. Y a solas. ¿Y las distracciones involuntarias? Descuida. Dios, y el sol, broncean con solo ponerse delante. No hables nunca de «ratos de oración»; ten «vida de oración».

Para disponerte a escuchar, puedes presentar al Señor alguna pregunta que centre tu atención e impida cualquier divagación. Por ejemplo, puedes decirle: Señor, ¿qué quieres de mí en esta situación? O bien, ¿qué deseas insinuarme con esta página del Evangelio? Si al orar buscas con decisión la voluntad de Dios, tu vida cristiana crecerá solidamente. P. Natalio.

martes, 6 de mayo de 2014

Los buenos hábitos


Buenos días, amigo/a.

Los años juveniles son para adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el triunfador está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Por lo tanto capitaliza las auténticas riquezas que, como todo lo esencial, “son invisibles a los ojos”; y persevera, aunque no veas resultados inmediatos.

1. - Dios mío, haz de mí un hombre paciente... pero ¡ya!
2.  - Papá, papá... ¿cual es la definición de engreído?
- Qué bueno que preguntaste, porque soy la mejor persona para responderte.
3. - Mamá, mamá, en la escuela me dicen interesado.
- ¿Y por qué te dicen así?
- Si me das $5 te lo digo.
4. - Juan, ¿es cierto que eres muy susceptible?
- No. ¡Y déjame en paz, que me vas a volver loco!

Tú tarea es formarte, no sólo cuando joven, sino siempre. La formación personal consiste en asimilar valores, habilidades, virtudes… que te permitan afrontar victoriosamente la vida en todos sus aspectos. Tu capital de buenos hábitos será la gran riqueza que nada ni nadie te podrá quitar. Emprende animosamente este camino de superación y madurez. P. Natalio.

lunes, 5 de mayo de 2014

Construir un mundo mejor


Buenos días, amigo/a.

Para tener una buena convivencia con los demás, trata de ser comprensivo, poniéndote en su lugar. Al dialogar con ellos destaca siempre lo que los une. Acepta al vecino, a los del equipo de trabajo tales como son y trata de expresar con sinceridad lo bueno que hacen. Cuando existe comprensión es más fácil ser amable y vivir con plenitud la tolerancia mutua.

Se puede y se debe construir un mundo mejor. Y nosotros tenemos que ser los artífices de esta ingente misión. Lo importante es tener fe, no perder la esperanza y la voluntad de trabajar, sumando los esfuerzos de todos. No obstante su disgregación y división, la humanidad busca la paz, la armonía, la serenidad. Dios es la Paz Corazones vacíos y necesitados buscan migajas de comprensión, amor y protección. Dios es Amor. Descarriados en los laberintos de las cosas diarias, suplican claridad y orientación. Dios es la Luz. Navegando sobre las vicisitudes de la historia, la voz de Cristo nos convoca y anima. “¿Porqué buscan fórmulas de solución lejos de mi? Yo soy el Camino la Verdad y la Vida”.

“Si tú puedes alegrarte del gozo de tu vecino; si tú sabes aceptar que el otro te ayude; si para ti el extranjero es un hermano; si tú compartes tu pan y sabes dar con él un pedazo de tu corazón; si tú puedes dar gratuitamente un poco de tu tiempo, por amor, entonces... ¡vendrá la paz!”.  Anímate a ser artífice de paz para construir un mundo mejor. P. Natalio.

domingo, 4 de mayo de 2014

¡Bendito sea Dios!


Buenos días, amigo/a.

“Te conocí aún antes de que fueras concebido. Jeremías 1,4-5. Yo te escogí cuando proyecté la creación. Efesios 1, 11-12. Tú no fuiste un error, porque todos tus días están escritos en mi libro. Salmos 139,15-16 Tú has sido creado de forma maravillosa. Salmos 139, 14. Cada dádiva que tú recibes viene de mis manos. Santiago 1, 17”.

Todas las mañanas una mujer salía a la puerta de su casa y gritaba: —¡Bendito sea Dios! Y el ateo que tenía como vecino respondía: —¡Dios no existe! Un día la mujer suplica: —Señor, ¡tengo hambre! Por favor, dame comida. A la mañana siguiente encuentra una enorme caja, llena de alimentos, junto a su puerta. —¡Bendito sea Dios!, exclama. —¡Le he dicho diez mil veces que Dios no existe! – grita el vecino que aparece detrás de un arbusto –. Yo compré todos esos productos. —¡Bendito sea Dios! –dice la mujer–. No sólo me regaló comida, sino que hizo que el mismo Satanás la pagara.

“Yo no estoy enojado y distante, soy la manifestación perfecta del amor. 1 Juan 3, 1. Porque yo soy tu proveedor quien mira por tus necesidades. Mateo 6, 31-33.  Porque yo te amo con amor eterno. Jeremías 31, 3. Yo también soy el Padre que te consuela y reconforta en todos tus problemas. 2 Corintios 1,3-4”. Que la Palabra fortalezca tu confianza en el Señor. P. Natalio.

sábado, 3 de mayo de 2014

Callar


Buenos días, amigo/a.

“De vez en cuando y por un lapso de toda una mañana o de una tarde entera, sumérgete en baños de soledad y silencio. Es una disciplina excelente que fortalecerá tu espíritu y te ayudará a encontrarte con tu ser más profundo y verdadero. No le temas a la soledad. Aprende a amarla.

Callar de sí mismo, es humildad.
Callar los defectos ajenos, es caridad.
Callar las palabras inútiles, es penitencia.
Callar a tiempo, es prudencia.
Callar en el dolor, es heroísmo.
Si practicas estas máximas,
 serás feliz y harás felices a los demás.

Tampoco le temas al silencio. El silencio vitalizará tu mente y tu sistema nervioso, y dotará de solidez y fuerza expresiva a tus palabras. No es que la relación social sea mala, ni indeseable la comunicación hablada, pero a veces nos enredamos demasiado en la palabrería del mundo. Regálate tiempos de soledad y silencio”. P. Natalio.

viernes, 2 de mayo de 2014

El campesino y el clima


Buenos días, amigo/a.

La tormenta es un buen símbolo para nuestras crisis, angustias y fracasos. En fin para todo lo que se presenta como algo doloroso e indeseable en tu vida. Pero son inevitables. Lo bueno es encontrar en todas ellas el lado positivo, porque muy expresivamente escribió Luis Veuillot “hay bendiciones de Dios que entran en casa rompiendo los cristales”.

Un campesino pidió a Dios le permitiera ordenar el clima para que —según él— le rindiera mejor su cosecha. ¡Dios se lo concedió! Entonces, si el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; si pedía sol, éste brillaba; si necesitaba más agua, llovía más; etc. Sin embargo, al llegar la cosecha, se sorprendió mucho porque resultó un fracaso. Desconcertado preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas más adecuados. Pero Dios le contestó: "tú pediste lo que quisiste, pero no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consumen y purificarla de plagas que la destruyen".

“Dios permite esas visitas de las tormentas porque sabe que por medio de ella tú y yo podemos crecer de gloria en gloria. Si logramos resistir y confiar cuando vengan, saldremos transformados por el poder de Dios y podremos darle gracias por permitir la visita de la maestra tormenta”. (S. Escudero).  Que seas experto en superar las borrascas. P. Natalio.

jueves, 1 de mayo de 2014

Pocas palabras, pero de corazón



Buenos días, amigo/a.

La oración es la llave que abre los tesoros del cielo. Es el puente siempre accesible por el que llegamos a Dios. El arte de orar es el arte de amar al Señor. Pero orar bien es un regalo de Dios. Como los apóstoles implorémoslo con frecuencia. Pidamos al Padre, por Jesús, que derrame sobre nosotros un Espíritu de oración y de alabanza, (Zac. 12, 10).

Al leer el Evangelio, aprendemos que no hacen falta muchas palabras para orar, sino que bastan pocas, pero que salgan del corazón. El leproso dijo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”, (Lucas 5, 12). El ciego de Jericó dijo: “Señor, haz que pueda ver”, (Lucas 18, 41). Los apóstoles a punto de zozobrar gritaron: “Sálvanos, Señor, que perecemos”, (Mateo 8, 25). El publicano en el templó oraba: “Ten piedad de mí, Señor, que soy un pecador”, (Lucas 18, 13). Pedro dijo a Jesús: “Señor, tú lo sabes todo, tu sabes que te amo”, (Juan 21, 17). La samaritana pidió a Jesús: “Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed”, (Juan 4, 15). Haz esto y vivirás…

Para robustecer tu fe en el Señor que te ama y te acompaña, nada mejor que leer con atención la Biblia. Al inicio del capítulo 43 de Isaías encontramos esta perla deslumbrante: “Tú eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso, y yo te amo. No temas, porque yo estoy siempre contigo”. Agradece al Padre que siente inmensa ternura por ti. P. Natalio.