sábado, 28 de febrero de 2015

Leyenda china


Buenos días, amigo/a

La regla de oro de las grandes religiones es el amor al prójimo. En el libro de Tobías el anciano ciego, sintiéndose cercano a la muerte, dio preciosos consejos a su hijo. Entre ellos se destaca: “No hagas a nadie lo que no te agrada a ti”. Norma fundamental y obvia, pero tantas veces transgredida por egoísmo o inconsciencia. “Al final de la vida se nos juzgará por el amor”.

Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el aspecto demacrado. Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.
Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara macilenta; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.

“Todo lo que te guardes para ti mismo, acabará atrofiándose” (Rabindranath Tagore).  “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro” (Platón). “Tú ganas lo que das; lo que conservas, lo pierdes” (Refrán chino). “Comienza a manifestarse la madurez, cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos” (Albert Einstein). Está muy claro, ¿verdad? P. Natalio.

viernes, 27 de febrero de 2015


El Señor me acompaña


Buenos días, amigo/a

Hay un texto de Isaías que, si lo meditas e interiorizas, acrecentará tu seguridad y autovaloración. Es el mismo Dios que te asegura: “Tú eres de gran precio ante mis ojos, porque eres valioso, y yo te amo. No temas, porque yo estoy contigo” (43, 4-5). El amor y la misericordia del Señor te acompañan a lo largo de la vida, especialmente cuando más lo necesitas. Aquí tienes una oración para que abras el corazón ante la presencia del Señor.

Ilumíname, Señor, para que reconozca tu presencia y para que me deje guiar por ti en medio de las oscuridades de mi vida. No dejes que me aparte de tu lado, porque sin ti mi vida pierde su rumbo. Cuando escapo de tu presencia al final todo se vuelve confuso, sin sentido. Toca mi interior con tu Espíritu, para que crea en ti con toda mi alma y confíe en tus promesas. Estarás siempre conmigo y podré salir adelante, aunque hoy no vea, aunque hoy no te sienta, aunque mi pequeñez no te reconozca. Abre mis ojos, Señor, para que te descubra siempre conmigo. Amén.

En esta oración del P. Víctor Fernández hay resonancias de varios salmos, donde Dios es presentado como refugio (91), luz y defensa (27), guardián (121) y buen pastor (23). El don de la fe que recibiste en el bautismo, es una semilla que necesita cuidado, cultivo y esfuerzo. Sólo así producirá maravillosos frutos en tu vida. P. Natalio. 

jueves, 26 de febrero de 2015


Avisos con humor


Buenos días, amigo/a

Piensa que el buen humor ayuda a sobrellevar los contratiempos, problemas, luchas y tensiones de la vida. Es una herramienta básica para la supervivencia: rompe la tensión en un momento de crisis, ayuda a encarar situaciones estresantes, desvanece las preocupaciones... El médico Raimundo Moody escribió un libro titulado: “Carcajada tras carcajada: el poder curativo del buen humor”. Aquí tienes más avisos de un avisador parroquial.

- El precio para participar en el cursillo sobre "oración y ayuno" incluye también las comidas. .
- Por favor, pongan sus limosnas en el sobre, junto con los difuntos que deseen que recordemos.
- El párroco encenderá su vela en la del altar. El diácono encenderá la suya en la del párroco, y luego encenderá uno por uno a todos los fieles de la primera fila.
- El mes de noviembre terminará con un responso cantado por todos los difuntos de la parroquia.

Considera además que la risa es un buen factor de relajación para combatir el estrés. Beneficia la digestión y ayuda a conciliar el sueño. La jovialidad establece y afianza cálidas y duraderas relaciones humanas. El buen humor nos hace dar a los acontecimientos y a las personas su verdadera dimensión. Que también el sol de la alegría ilumine hoy tu vida. P. Natalio.

miércoles, 25 de febrero de 2015


Ubicarme ante Dios


Buenos días, amigo/a

Si lees asiduamente la Biblia, te formarás una idea más clara y rica de Dios. Pensarás con acierto que es eterno e inmutable, santo y perfectísimo, fiel y misericordioso, omnisciente y sapientísimo, grande y poderoso, infinito e insondable, autor de maravillas… Y evidentemente, ante esa plenitud deslumbrante te sentirás insignificante, débil, vulnerable, necesitado de todo. Esa actitud de humildad y verdad te atraerá la mirada del Altísimo.

“En ése pondré mis ojos —dice Dios— en el humilde y abatido, en el que se estremece ante mis palabras” (Isaías 66, 2). “Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por las aguas. ¡Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra” (Salmo 8).

Ubicarse ante Dios significa ser conscientes de nuestra pequeñez y dependencia, porque “El Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes, suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos”, (Sal 94). Con razón antes de hablar a Dios, Abrahán le pedía perdón porque se sentía “polvo y ceniza”. P. Natalio.

martes, 24 de febrero de 2015


La cierva y los cazadores


Buenos días, amigo/a

Hay un refrán que dice: “Salir del sartén para caer en las brasas”.Cuántas veces, ansioso por liberarte de un problema desagradable y ofuscado por zafarte enseguida, tomas una mala decisión, que al poco tiempo lamentarás. Algunos, por ejemplo, que buscaron trabajo en otro país, volvieron enseguida. Muchas veces es necesario un cambio, pero hay que pensarlo bien. Que no te suceda como a la cierva de la fábula.

Una cierva que huía de unos cazadores, llegó a una cueva donde no sabía que moraba un león. Entrando en ella para esconderse, cayó en las garras del león. Viéndose sin remedio perdida, exclamó: ¡Desdichada de mí! Huyendo de los hombres, caí en las garras de un feroz animal.

Para tomar acertadas decisiones necesitas evaluar con lucidez y ponderación los aspectos positivos y negativos. Conviene también escuchar el parecer de personas prudentes. Esta evaluación podría llevarte a un nuevo enfoque para solucionar tu actual situación. Don Bosco aconsejaba: “no tomes decisiones cuando te sientas dominado por una pasión”. P. Natalio.

lunes, 23 de febrero de 2015


Dios nos ama


Buenos días, amigo/a

Lee cada día la Biblia y encontrarás muchas perlas como éstas: “¿Puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara —dice Yavhé—, yo nunca me olvidaré de ti. Te llevo tatuado en mi mano”, (Is. 49,15). “Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por sus fieles”, (Sal. 103). Ahora, un Mensaje de la Reina de la Paz:

“¡Queridos hijos! De manera especial los llamo a todos ustedes para que oren por mis intenciones a fin de que por medio de sus oraciones se detenga el plan de Satanás sobre esta Tierra, que cada día está más lejos de Dios, y en lugar de Dios se pone a sí mismo y destruye todo lo que es hermoso y bueno en el alma de cada uno de ustedes. Por eso hijitos, ármense con la oración y el ayuno para que sean conscientes de cuánto Dios los ama y puedan hacer la voluntad de Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

El salmo 23, el Buen Pastor, es muy apropiado para meditar el amor de Dios. Te sugiero que lo leas lentamente, intercalando entre un pensamiento completo y otro, un “Gracias, Señor”, a modo de letanía. Sentirás conmoverse tu corazón por el amor delicado y tierno de Dios que te proporciona seguridad, descanso, renovación, defensa, alimento e indefectible amor. P. Natalio.

domingo, 22 de febrero de 2015


San Francisco y la olla


Buenos días, amigo/a

Cuando Francisco de Borja, duque de Gandía, entró al noviciado de los jesuitas, desempeñó con ejemplar humildad oficios muy humildes, como el de ayudante del cocinero. Pero en él se cumplió lo que dijo el Cura de Ars: “¿Saben cuál es la primera tentación del demonio a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es el respeto humano”.
  
Se cuenta, que salió una vez de la casa religiosa con una olla para dar de comer a los pobres. De pronto se encontró con su hijo, el Duque de Gandía, que venía por la calle con un lujoso acompañamiento. Sin quererlo, de improviso, sintió vergüenza de que lo vieran. El respeto humano lo atacó al pensar qué dirían aquellas gentes al verlo así... Y escondió con disimulo la olla. Pero en cuanto cayó en la cuenta de su cobardía, se avergonzó, sacó la olla de debajo de su manto y se la puso en la cabeza. Pasó así junto al caballo de su hijo y a éste, así como a algunos de sus acompañantes, se les salieron las lágrimas y quedaron edificados al ver la humildad de su antiguo señor. Desde entonces, nunca más lo asaltó el respeto humano y despreció siempre al mundo. Así lo aseguran sus biógrafos.

Tener respeto humano es anteponer las opiniones de los hombres y el quedar bien, a complacer a Dios. El apóstol Pedro sucumbió a la tentación de respeto humano, cuando se acobardó ante la criada. Esto sucede precisamente a quienes en su vida social disimulan su condición de seguidores de Cristo. Que sepas sacar la cara por el Señor. P. Natalio.

sábado, 21 de febrero de 2015

Aprender del fracaso


Buenos días, amigo/a

Las dificultades de la vida juegan, en cierta manera, a nuestro favor. El fracaso hace lucir ante uno mismo la propia limitación, pero también nos brinda la oportunidad de superarnos, de dar lo mejor de nosotros mismos. Es así como, en medio de un entorno en el que no todo nos viene dado, se consolida el carácter, adquiriendo paulatinamente fuerza y autenticidad.

Triunfar es aprender del fracaso. El éxito en la vida viene de saber afrontar las inevitables faltas de éxito del vivir de cada día. De esta curiosa paradoja depende en mucho el acierto en el vivir. Cada frustración, cada descalabro, cada contrariedad, cada desilusión, lleva consigo el germen de una infinidad de capacidades humanas desconocidas, sobre las que los espíritus pacientes y decididos han sabido edificar día tras día lo mejor de sus vidas.

Los triunfadores son aquéllos que han aprendido a superar esos pequeños y constantes fracasos que surgen, se quiera o no, en la vida de todo hombre normal. Los que, por el contrario, fracasan en la vida son aquellos que con cada pequeño fracaso, en vez de sacar experiencia, se hunden un poco más. Aprovecha esta excelente reflexión. P. Natalio.

viernes, 20 de febrero de 2015

Manos creadoras


Buenos días, amigo/a

Te ofrezco hoy un soneto de Alfredo Bufano, estremecido de admiración ante las manos del Verbo eterno que con el Padre y el  Espíritu pusieron en marcha el milagro de la creación.

Celestes, puras, luminosas, buenas,
¡oh tus manos, Señor, de amor henchidas!
Hasta de la impiedad de sus heridas
brotaron rutilantes azucenas.

Ellas, tan leves, con alzarse apenas
mueven mundos por rutas florecidas.
Ellas, del amor único nacidas,
hacen aves de luz y amansan hienas.

Cielos, montañas, selvas, ríos, llanos;
corales, musgos, pájaros, estrellas,
¡oh mi Señor!, nacieron de tus manos.

Tú que pueblas de luces los arcanos,
haz que mi corazón llegue hasta ellas
limpio de tierra y libre de gusanos.

La estructura clásica del soneto exige sumo esfuerzo para concentrar en catorce versos símbolos, ideas y sentimientos, ajustándoos a estrictos cánones de ritmo y rima. Bufano lo ha logrado con maestría. Pero para gustar el poema es necesario leerlo varias veces centrando tu atención en todo lo bello que dice de las manos creadoras, “de amor henchidas”. P. Natalio.

jueves, 19 de febrero de 2015


Alerta, jóvenes


Buenos días, amigo/a

Alguien escribió bellamente: “Una juventud sin ideales, es un cielo sin estrellas”. No bien  encuentres el sentido de tu vida, percibirás que creces como persona. Eso es tener una estrella que orienta y estimula a jugarse por algo que merece la pena. Entonces sabrás seleccionar amigos, diversiones, lecturas, programas… con sabiduría. Tomarás decisiones responsables y coherentes que te acercarán a la meta soñada.

¡Ay de ustedes! muchachos y chicas que ahora profanan el amor, porque después lo lamentarán, ustedes y sus hijos, en el matrimonio. ¡Ay de ustedes! muchachos y chicas que ahora se despreocupan de las responsabilidades estudiantiles, laborales y sociales, porque después la vida se volverá contra ustedes. ¡Ay de ustedes! muchachos y chicas, cuyas preocupaciones no pasan los límites de la patota, el baile, la salida o la cancha, porque un día se sentirán solos, vacíos y desgraciados, y la Patria los demandará. Mons. Vicente Zaspe

Leonardo da Vinci escribió: “El que tiene los ojos fijos en un estrella no se vuelve atrás”. Ésa es precisamente la fuerza irresistible que tiene una vocación o ideal que ha movilizado el corazón de un joven. Otro escritor sugiere: “Si quieres mantener tu surco derecho, ata tu arado a una estrella”. ´Surco derecho´  hace pensar en una vida recta, honesta, sin extravíos… P. Natalio.

miércoles, 18 de febrero de 2015


Bernardo y los ladrones


Buenos días, amigo/a

Nuestra sexualidad es una parte central de nuestro ser y tiene que ver con cómo canalizamos nuestros deseos. La castidad no oprime nuestra sexualidad, más bien, la está verdaderamente orientando como Dios quiere. “Castidad significa tener la fuerza de usar nuestra sexualidad de acuerdo con el plan de Dios” (Jason Evert).

Antes de entrar al convento, san Bernardo siendo muy joven y de porte elegante, iba cabalgando lejos de su casa con varios amigos. La noche los sorprendió, por lo que buscaron hospitalidad en una casa. La dueña los recibió bien, e insistió en que Bernardo, como jefe del grupo, ocupase una habitación separada. Durante la noche, la mujer se presentó en la habitación con intenciones deshonestas. Bernardo, en cuanto se dio cuenta de lo que ocurría, fingió con gran presencia de ánimo creer que se trataba de un intento de robo, y con toda su fuerza empezó a gritar: ¡Ladrones, ladrones! La intrusa se alejó rápidamente. Al día siguiente, cuando el grupo se marchaba, sus amigos empezaron a bromear sobre el imaginario ladrón, pero Bernardo, contestó con calma: No fue ningún sueño. El ladrón entró sin duda en la habitación, pero no para robarme el oro y la plata, sino algo de mucho más valor.

La castidad es un estilo de vida que ordena nuestros deseos para el bien y protege nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo. Es reconocer que estamos hechos “a imagen y semejanza de Dios” y que debemos defender esa dignidad. “La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo espiritual. El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el agua del Bautismo, imitar la pureza de Cristo” (CIC 2345).

lunes, 9 de febrero de 2015


Asume compromisos


Buenos días, amigo/a

Una señal de madurez es la capacidad de asumir compromisos y mantenerlos en el tiempo. Las personas maduras son confiables, saben ser fieles a la palabra dada, no se dejan abatir por los obstáculos. Los inmaduros, en cambio, se pasan explorando posibilidades para al fin no hacer nada. Siempre tienen una excusa. Su vida es una cadena de buenas intenciones que nunca se convierten en realidad.

Hay quienes no tienen miedo de asumir compromisos en su entorno social. Pero hay otros que adoptan como norma de toda su vida el "no te metas", egoísta y estéril. Una cosa es meterse y otra muy distinta "entrometerse". Está muy bien que no te entrometas en la vida de los demás, déjales su libertad personal y reconoce el derecho que ellos tienen de decidir sobre su vida. Pero métete con ellos, en el sentido de comprometerte, de preocuparte por su bien, por sus problemas, por sus necesidades. No te aísles dentro de ti mismo, no te cierres en tus propias necesidades y problemas; no límites tu preocupación solamente a ti o a los tuyos. Convéncete más bien de que, de una o de otra forma, todos los seres humanos son tuyos. Despreocuparse del hermano es despreocuparse de Dios, que es el Padre de ambos.

Existe una inmensa alegría en poder alegrar a otros a pesar de nuestra propia situación. La aflicción compartida disminuye la tristeza, pero cuando la alegría es compartida, se duplica. Si deseas sentirte feliz y realizado, basta compartir tus bendiciones, esas que no se pueden comprar con dinero. P. Natalio.

domingo, 8 de febrero de 2015


La palabra mágica



Buenos días, amigo/a

“Me preguntas qué es la Madre. Junta el perfume de todas las flores y el arrullo de todas las montañas y la inquietud de todos los ríos; la frescura de todos los valles y la mirada de todas las estrellas; la caricia de todas las brisas y el beso de todos los labios. Todo guardado por Dios en un corazón de mujer. Eso es una  madre”. (Mons. Antonio María Barbieri).

Cuenta una leyenda que el que acertara decir la palabra mágica, haría reír a la Esfinge del desierto, junto a las pirámides de Egipto, y sería inmensamente rico. Como es de suponer, lo intentaban todos, no lo conseguía nadie. Una noche, unos gitanos dormían bajo las mil estrellas de la noche africana.      Habían fracasado en su intento de hacer reír a la Esfinge, pronunciando las más bellas palabras. Inútilmente. Una gitana dormía con su hijito junto a la misma Esfinge. Desde el río Nilo soplaba una brisa fresca. El pequeño tenía frío. Y buscando el abrigo del seno materno dijo: ¡"Madre, madre... tengo frío! Sus palabras fueron cortadas por un ruido estruendoso. La Esfinge había reído y de su boca dejaba escapar un caudal de monedas de oro. El pequeño había acertado con la palabra mágica: ¡Madre!

“La Madre es esa mujer que, mientras vive, no sabemos estimar porque a su lado todos los dolores se olvidan; pero, después de muerta daríamos todo lo que somos y todo lo que tenemos por mirarla de nuevo un sólo instante, por recibir de ella un solo abrazo, por escuchar un solo acento de sus labios”. (Mons. Ramón Jara). Comparte con tu madre hoy alguno de estos pensamientos. P. Natalio.

sábado, 7 de febrero de 2015


Por los jóvenes


Buenos días, amigo/a

Los años juveniles son para adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el que ha tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Los malos hábitos son la puerta abierta al fracaso. Por lo tanto es tarea ineludible y básica en tu juventud formarte buenos hábitos y ser esclavo de ellos (Og Mandino).

Señor, ayuda a los jóvenes. Ellos poseen los tesoros del porvenir. Son los maestros del entusiasmo y la esperanza. Tienen sed de vivir un mundo sin superhombres, y sin subhombres.
Tú sabes, Padre, que se trata de la juventud auténtica. Ningún facilismo venga a corromper a nuestros jóvenes. Que ninguna dificultad los desanime. Que salgan victoriosos de las más terribles pruebas: el peligro de instalarse, de perder el fuego, de ser jóvenes por fuera, y viejos por dentro. Que sean siempre jóvenes.

“Las acciones del hombre son gobernadas por la pasión, el prejuicio, la avaricia, el amor, el medio ambiente, los hábitos, y el peor de estos tiranos es el hábito. Así pues, si tienes que ser esclavo, sé esclavo de tus buenos hábitos. Si has adquirido algún mal hábito, destrúyelo; y prepara surcos para la buena semilla”. Con una disciplina simple puedes triunfar. P. Natalio. 

viernes, 6 de febrero de 2015


Inesperada reacción


Buenos días, amigo/a

La anécdota que te presento hoy ilustra muy bien, que no pocas veces nos dejamos llevar por sospechas desprovistas de toda base real. Permitimos que vuele la imaginación y hacemos suposiciones que perjudican nuestras relaciones humanas. Una mente amplia y sin prejuicios es señal de gran nobleza de corazón.

En cierta ocasión invitaron al insigne y culto Juan Kieran a dar una conferencia en la famosa Universidad de Yale. En esa época Kieran era cronista deportivo del Times de Nueva York, y hubo alguna resistencia entre los estudiantes, pues pensaban que la charla de un redactor deportivo no era adecuada al ambiente humanista y clásico de la Universidad. Kieran rebatió sencillamente estas prevenciones y quejas, improvisando el discurso de principio al fin en perfecta lengua latina.

Hay otro detalle. Los jóvenes universitarios tenían prejuicios sobre la idoneidad del personal directivo para presentar un conferencista capaz de colmar las expectativas del alumnado. Los prejuicios son fuente de errores y, a veces, muy graves. Busca con objetividad la verdad, confrontando continuamente la realidad. P. Natalio.

jueves, 5 de febrero de 2015


Polvo y ceniza


Buenos días, amigo/a

El lenguaje de la Biblia es rico en símbolos. Si te familiarizas con ellos comprenderás y gozarás más sus mensajes. Para describir la abismal distancia entre Dios y el hombre, compara a éste con el vil y despreciable polvo del camino y con las cenizas. Ante la inmensidad, sabiduría y poder del Señor que nos ha creado nos corresponde un actitud de profunda humildad, en otras palabras, saber ubicarnos correctamente.

Génesis 18, 27: Entonces Abraham dijo: «Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor”.
Eclesiástico 10, 9: ¿De qué se ensoberbece el que es polvo y ceniza, si aún en vida sus entrañas están llenas de podredumbre?
Job 42, 5-6: Yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto, y me arrepiento en el polvo y la ceniza.

Por otra parte la actitud humilde del hombre atrae y seduce a Dios que acude en su auxilio: “En ése fijaré mis ojos dice Dios en el humilde y abatido, en el que se estremece ante mis palabras” (Is. 66,2).  La humildad es la madre de todos los bienes. Paciencia, dulzura, dominio de sí mismo, confianza en los otros, todos estos frutos del Espíritu, de los cuales habla san Pablo, crecen en un árbol cuya raíz es la humildad. Jesús, manso y humilde de corazón, te enseñe a apreciar esta sólida virtud. P. Natalio.

miércoles, 4 de febrero de 2015


El águila y la zorra


Buenos días, amigo/a

La fidelidad es un valor que hoy por hoy anda rebajado y atenuado. No hay compromisos firmes. No pocos cambian de esposa como se deja una camiseta por otra. Señal de inmadurez e inconsistencia. Madurez es la capacidad de tomar una decisión y sostenerla. Los inmaduros pasan sus vidas explorando posibilidades para al fin no hacer nada. Madurez significa confiabilidad, mantener la propia palabra, superar las crisis.

Un águila y una zorra que eran amigas decidieron vivir juntas para ayudarse. El águila eligió un árbol elevado para poner allí sus huevos, mientras que la zorra crió a sus hijos bajo unas zarzas junto al mismo árbol. Un día la zorra salió a buscar alimento. El águila, acosada por el hambre, bajó a las zarzas, atrapó los zorritos y con sus crías se dieron un banquete. Al regresar la zorra, le dolió más no poder vengarse que la muerte de sus pequeños. ¿Cómo podría ella alcanzar a un ave voladora? Se consoló maldiciendo de lejos a su ahora enemiga. Al poco tiempo mientras unos pastores sacrificaban una cabra, el águila cayó sobre ella y se llevó una víscera humeante, colocándola en su nido. Vino un fuerte viento que transmitió el fuego a las pajas, ardiendo también los aguiluchos que aún no sabían volar. Cayeron al suelo, la zorra corrió y se los devoró uno tras otro, ante los ojos de su enemiga.

En la base de esas decisiones firmes que dan continuidad a los esfuerzos, hay siempre serias y sólidas motivaciones. Esto requiere tiempo de reflexión para medir el alcance del compromiso, la propia capacidad de superar crisis, y el auténtico valor de la meta que nos atrapa y entusiasma. Es el precio del crecimiento y la madurez. Pero vale la pena. P. Natalio.

martes, 3 de febrero de 2015


Anhelar a Dios


Buenos días, amigo/a

Los salmos ayudan a expresar los sentimientos fundamentales que nos relacionan con Dios. Entre ellos destaca el anhelo de Dios: “Dios mío, mi alma está sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua” (Sl 63). “Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío! (Sl 42). La Reina de la Paz nos recomienda vivir anhelando a Dios.

“¡Queridos hijos! En este tiempo, en que piensan en el descanso del cuerpo, yo los llamo a la conversión. Oren y trabajen de modo que su corazón anhele a Dios Creador, quien es el verdadero descanso de su alma y de su cuerpo. Que él les muestre su rostro y les done su paz. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”.

También nos recuerda que el descanso esencial y básico, sin el cual no hay auténticas vacaciones, es la paz del que vive en armonía con Dios. Jesús dijo: “Vengan a mí todos los que están afligidos y cansados, y yo los aliviaré”. Que sepas destinar generosos espacios de tiempo para encontrarte con Jesús, alegría y gozo del corazón. P. Natalio.

lunes, 2 de febrero de 2015


El poder del amor


Buenos días, amigo/a

Un refrán dice “las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”. El poder del testimonio es enorme y decisivo. Las palabras están devaluadas. Nunca el mensaje de Jesús tuvo tanta fuerza como cuando pregonó el amor desde la cruz. Para construir a tu alrededor una civilización del amor aporta cada día gestos de servicio, de humildad y generosidad. Cuenta Madre Teresa de Calcuta.

Un hombre vino a nuestra “Casa del Moribundo” cuando acabábamos de traer a un enfermo recogido en la calle. Seguramente lo habían sacado de una alcantarilla, porque estaba cubierto de gusanos. Sin saberse observada, una hermana acudió a atender al recién llegado. Aquel  hombre se quedó mirando a la hermana: con qué delicadeza lo trataba, lo lavaba, le sonreía…  Aquel hombre, tras observar el espectáculo sin perderse un detalle, se dirigió a mí para decirme: Vine aquí sin Dios, con el corazón lleno de odio…  Ahora me voy lleno de Dios.  A través de las manos de esa hermana, a través de su ternura hacia aquel pobre infeliz, he visto descender el amor de Dios a aquel hombre. Ahora creo.

San Francisco de Asís salió un día con un fraile joven para predicar. Volvieron sin haber hecho ningún discurso. El fraile joven quedó muy extrañado. San Francisco le dijo: ¿No has observado cómo la gente quedaba admirada de nuestro porte sencillo y modesto, de nuestra alegría y fraternidad? Está tranquilo. Hemos predicado muy bien. Que el Señor te ilumine hoy y fortalezca. P. Natalio.

domingo, 1 de febrero de 2015


Qué es un niño


Buenos días, amigo/a

“Un niño es un muchachito que tiene el apetito de un caballo, el estómago de un tragaespadas, la energía de una carreta cargada de piedras, la curiosidad de un gato, los pulmones de un dictador, la fantasía de un Julio Verne y, cuando se pone a fabricar algo, tiene cinco martillos por mano” (Alan Beck). Los escritores nos han dejado simpáticas semblanzas del niño. Aquí tienes otra, cuyo autor desconozco.

Un niño es el regalo de Dios para tus días tristes. Es el movimiento y el torbellino de la vida que se agita, que salta, que corre, que sueña, que sonríe y se duerme. Un niño es siempre una esperanza, un por qué vivimos y trabajamos sin dar lugar a la fatiga. Un niño es un misterio impenetrable: ¿qué será de él en el futuro? Un niño es el interrogante permanente sobre el mundo que hemos construido, sobre los valores que nos movilizan, sobre el destino de nuestra humanidad... ¿Saldría el sol cada mañana si ellos no iluminaran nuestras noches? ¿Podríamos vivir sin su bullicio, sin sus sonrisas, sin la abismante profundidad de sus preguntas? Sí, un niño es un hermoso regalo de Dios para tus días tristes.

“Un pequeñín vale tanto que es nuestro carcelero, nuestro superior, nuestro mandamás: un terremoto en miniatura con la cara manchada de chocolate y barro. Pero cuando por la tarde vuelven padre y madre, cansados, disgustados y llenos de preocupaciones, él es el único capaz de renovar las esperanzas y de colmar de alegrías con sus mágicas palabras: "hola, papá"; "un besito, mamá". (Alan Beck). Que este regalo de Dios renueve tu alma y tus energías al comenzar un nuevo día. P. Natalio.