domingo, 31 de octubre de 2010

En qué orden leer la Biblia


Buenos días, amigo/a.

“Casi siempre quien lee y medita la Biblia es una persona más cabal y madura, aunque no tenga estudios universitarios, que otro que, si bien llegó a coronar una carrera universitaria, sin embargo no leyó ni meditó con regularidad el libro de la Palabra de Dios”, (Dr. Phelps, rector en la Universidad Yale). Léela en este orden para entenderla mejor:

1º. Los Evangelios: san Lucas es el más fácil, san Mateo el más pedagógico, san Juan el más espiritual y san Marcos el más resumido. 2º. Los Hechos de los Apóstoles: una narración bellísima y fácil sobre los primeros tiempos de la Iglesia.3º. Génesis y Éxodo. 4º. Samuel Iº y IIº, Reyes Iº y IIº. 5º. Tobías y Judit. 6º. Salmos: conviene poner una señal a los que más te gusten para volver a leerlos.7º. Libro de los Proverbios: señala las frases que más te impresionen. 8º. Eclesiástico: marca los consejos que te parezcan más hermosos. 9º. La carta de Santiago: fácil de leer y muy agradable. 10º. Las cartas de san Pablo: la primera vez lee tan solo la segunda parte (la más fácil de entender). Después podrás leerlas completas. Leídos estos libros, estarás ya muy bien entrenado para aprovechar los demás libros de la Biblia, como los Profetas, Levítico, Números, Deuteronomio, etc.Para que esta lectura resulte para ti un verdadero crecimiento, subrayo lo que expresó el rector universitario citado arriba: debe ser una lectura meditada y hecha con regularidad, diariamente, y su influjo en tu vida se asemejará a esas lluvias lentas que caen generosamente fecundando la tierra. Esta resolución será para ti de sorprendentes consecuencias. P. Natalio.

sábado, 30 de octubre de 2010

La felicidad de dar


Buenos días, amigo/a.

San Pablo recordaba a los cristianos de Éfeso que Jesús había dicho: «La felicidad está más en dar que en recibir». Sin duda él mismo sentía gran alegría en llevar el mensaje de salvación por pueblos y ciudades a toda clase de personas. Y es la vivencia que tú puedes experimentar cuando por amor te dones a los demás en gestos de servicio humilde.

Un anciano muy pobre se dedicaba a sembrar árboles de mango. Alguien le dijo:
”¿Cómo es que a su edad se dedica a plantar mangos? ¡Tenga por seguro que no vivirá lo suficiente para consumir sus frutos!” El anciano respondió apaciblemente: “Toda mi vida he comido mangos de árboles sembrados por otros. ¡Que los míos rindan frutos para quienes me sobrevivan! Habitamos un universo espléndido en el que todo y todos tienen algo que ofrecer. Los árboles dan, los ríos dan, la tierra da, el sol y la luna y las estrellas dan. ¿De dónde, pues, esa ansiedad por tomar, recibir, amasar, juntar, acumular, sin dar nada a cambio? Todos podemos dar algo, por pobres que seamos. Podemos ofrecer pensamientos agradables, dulces palabras, sonrisas radiantes, conmovedoras canciones…

¡Qué hermosa lección! “Todos podemos dar algo por pobre que seamos”. Esto será para otros motivo de alegría y felicidad, pero sobre todo para ti será una fuente de satisfacción y dicha profunda, porque nada plenifica tanto al hombre como sus gestos de amor gratuito. Es mi deseo que experimentes hoy la felicidad de dar. P. Natalio.

viernes, 29 de octubre de 2010

Buenos días, amigo/a.


La cortesía es como la crema de la caridad: su manifestación más agradable. Y se manifiesta en las diversas situaciones de la convivencia humana. Es un código que responde a la regla de oro “no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”. Aquí te presento unas simples sugerencias, pero su conjunto es un cúmulo de delicadas atenciones.

Trata de saber escuchar. Esfuérzate en cuidar la puntualidad. Pon atención en agradar y ser gentil al hablar. Evita las discusiones, sencillamente, opina. Proponte estar siempre dispuesto a sonreír. Trata de ser jovial, voluntarioso y dinámico. Opta siempre por guardar tus propias dificultades. Compórtate con los demás como quisiera que te traten a ti. Trata siempre de pedir "'Por favor" y no olvidar el “Gracias”. Haz promesas sólo cuando estás seguro de poder cumplirlas.

Estas líneas de elemental cortesía te darán un aura de distinción y serás siempre bien recibido, porque la gente se siente cómoda con quien es sociable, atento y delicado en su trato. Te auguro pases una agradable jornada con tus familiares y amigos. P. Natalio.

jueves, 28 de octubre de 2010

Alegría de servir


Buenos días, amigo/a.

El poeta Rabindranath Tagore escribió esta joya literaria: “Yo dormía y soñé que la vida era alegría. Me desperté y vi que la vida era servicio. Serví y comprendí que el servicio era alegría”. Con un simpático juego de palabras alguien ha dicho: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”. Digámoslo crudamente: el que no sirve a los demás, no sirve para nada…

En los tiempos de la guerra civil de los EE. UU., durante los preparativos para una batalla, un hombre vestido de civil pasó cerca de un cabo, que con arrogancia daba instrucciones a sus hombres para que levantaran una pesada viga. El hombre se detuvo y preguntó al cabo: —¿Por qué no les ayuda?—Señor, —fue la indignada respuesta—, ¡soy un cabo! Murmurando una disculpa, el desconocido se quitó el saco y puso manos a la obra para ayudar a los soldados. —Señor cabo, —dijo cuando el trabajo quedó terminado—, siempre que no tenga usted suficientes hombres para hacer un trabajo, llame a su General en Jefe. Tendré mucho gusto en ayudar. Con estas palabras, Jorge Washington se puso el saco y se alejó.

Ayudar y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda generosamente a los demás. De este olvido de ti mismo, surgirá como por magia, tu propia felicidad y alegría, tu auténtica realización. Mira, pues, a tu alrededor: cuántos hoy necesitan de tu palabra, de tu sonrisa, de tu abrazo o simplemente de tu compañía. ¡Procede ahora mismo, ya! P. Natalio.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El Padrenuestro de Dios

Buenos días amigo/a

Por devoción a Cristo, que nos enseñó el Padrenuestro, éste ha de ser tu oración preferida entre todas las oraciones. Es bueno profundizarla, recitarla con frecuencia, venerarla. Pero mejor que recitarla, es recrearla y meditarla. Es la oración de los discípulos de Jesús. En el Catecismo de la Iglesia Católica se le dedica un amplio espacio para explicarla con detención.

Hijo mío que estás en la tierra, preocupado, solitario, tentado. Yo conozco perfectamente tu nombre, y lo pronuncio como santificándolo, porque te amo. No, no estas sólo, sino, habitado por mí, y juntos construimos este reino del que tú vas a ser el heredero. Me gusta que hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que tú seas feliz. Ya que la gloria de Dios es el hombre viviente. Cuenta siempre conmigo y tendrás el pan para hoy, no te preocupes, sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos. Sabes que te perdono todas tus ofensas antes incluso de que las cometas. Por eso te pido que hagas lo mismo con los que a ti te ofenden. Para que nunca caigas en la tentación, tómate fuerte de mi mano y yo te libraré del mal, pobre y querido hijo mío. José Luis Martín Descalzo.

Acabas de leer una recreación del Padrenuestro desde el punto de vista de Dios. Visión refrescante que da nueva luz a esta oración tan antigua y repetida. Algo más: las dos partes del Padrenuestro animan a prestar atención en primer lugar a los problemas de Dios, y luego a los nuestros. Te invito a rezar el Padrenuestro en clave de acción de gracias. P. Natalio.

martes, 26 de octubre de 2010

Sócrates y la amistad


Buenos días, amigo/a

Los amigos son escasos. Los puedes contar con los dedos de la mano y siempre te sobrarán dedos. Por eso tal vez no tengas muchos, pero los que tienes siempre serán suficientes para llenar tu alma. Un amigo es como la perla evangélica que, cuando la encuentras, vas y vendes todo, con tal de poseerla.

Construía Sócrates una pequeña casa, en las afueras de Atenas, cuando algunas personas le preguntaron para qué serviría esa minúscula habitación. Él contestó que era para sus amigos. Admirados le replicaron que ahí no cabría casi nadie y entonces, con su ya tradicional y fina ironía, respondió: —¡Qué diera yo por poder llenarla!

“Un amigo no es un hermano de sangre, sino del corazón. Por eso un hermano puede ser tu amigo, pero un amigo siempre será tu hermano. Un amigo siempre estará ahí, aún cuando no lo necesites. A un amigo lo necesitas porque lo quieres; no lo quieres porque lo necesitas. Con tus conocidos hablas, con tus amigos te comunicas. Un conocido te oye, un amigo te escucha, y lo más importante es que no te escucha con sus oídos, sino con su corazón”. Dios te conceda el tesoro de uno o más amigos. P. Natalio.

lunes, 25 de octubre de 2010


Enséñame tu camino


Buenos días, amigo/a
Cuando en la Biblia se habla de “camino”, casi siempre se refiere simbólicamente a las “normas de conducta de cada persona”, o en otras palabras a “su estilo de vida”. En el salmo 1º se lee: “El Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal”. Jesús, cuando dijo “Yo soy el camino”, nos comunicaba que con su vida expresaba el querer de Dios.

Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre (86). Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha (16). Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente (16). Enséñame, Señor, a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón (119). He examinado mi camino para enderezar mis pies a tus preceptos (119). Dichoso en que con vida intachable camina en la voluntad del Señor (118). Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos, dame vida con tu palabra (119). Ensánchame el corazón y correré por el camino de tus mandatos (119).

Es bueno tener presente las palabras que en los salmos, en especial el 119, significan casi lo mismo que “camino”: como puedes apreciar en estas frases: cumplir tus mandatos, seguir tus caminos, observar tus preceptos, obrar según tu voluntad, practicar tus palabras, guardar tus consignas, obedecer tu santa ley. Alimenta tu oración con la riqueza de la Palabra. P. Natalio.

domingo, 24 de octubre de 2010

26 de octubre 2010


Sócrates y la amistad


Buenos días, amigo/a

Los amigos son escasos. Los puedes contar con los dedos de la mano y siempre te sobrarán dedos. Por eso tal vez no tengas muchos, pero los que tienes siempre serán suficientes para llenar tu alma. Un amigo es como la perla evangélica que, cuando la encuentras, vas y vendes todo, con tal de poseerla.

Construía Sócrates una pequeña casa, en las afueras de Atenas, cuando algunas personas le preguntaron para qué serviría esa minúscula habitación. Él contestó que era para sus amigos. Admirados le replicaron que ahí no cabría casi nadie y entonces, con su ya tradicional y fina ironía, respondió: —¡Qué diera yo por poder llenarla!

“Un amigo no es un hermano de sangre, sino del corazón. Por eso un hermano puede ser tu amigo, pero un amigo siempre será tu hermano. Un amigo siempre estará ahí, aún cuando no lo necesites. A un amigo lo necesitas porque lo quieres; no lo quieres porque lo necesitas. Con tus conocidos hablas, con tus amigos te comunicas. Un conocido te oye, un amigo te escucha, y lo más importante es que no te escucha con sus oídos, sino con su corazón”. Dios te conceda el tesoro de uno o más amigos. P. Natalio.

sábado, 23 de octubre de 2010

Arma de salvación


Buenos días, amigo/a

El rosario es la oración que más agrada a la Virgen. En Lourdes y en Fátima ella misma lo enseñó y recomendó su difusión. Es un dulce coloquio con la Madre celestial para decirle que la amas. Mientras rezas las avemarías, reflexiona sobre los episodios de la vida de Jesús y de la Virgen recordados por los misterios: está en ellos toda la historia de nuestra Salvación.

“¡Queridos hijos! También hoy, los invito a la oración. Hijitos, la oración hace milagros. Cuando ustedes estén cansados y enfermos y no saben cuál es el sentido de su vida, tomen el rosario y oren hasta que la oración llegue a ser para ustedes un alegre encuentro con el Salvador. Yo estoy con ustedes e intercedo y oro por ustedes, hijitos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

La Reina de la Paz te anima a rezar el rosario. Llévalo siempre contigo y cuídalo con devoción. Es un arma segura para vencer las tentaciones. Es también una oración poderosa para alcanzar de Dios la conversión de los pecadores, la paz de las familias y del mundo, y el triunfo del Reino de Dios en los corazones. Que te aficiones a esta devoción. P. Natalio.

viernes, 22 de octubre de 2010

En medio de su pueblo


Buenos días, amigo/a.

¡Qué simpático sería un Presidente o un Rey que, vestido como una persona común, subiera al ómnibus para trasladarse al supermercado y comprar lo que desea; o en medio de la tribuna disfrutara un partido de fútbol como cualquier hincha de nuestros barrios! ¿No has pensado que Jesús, el Hijo eterno de Dios, vino a compartir nuestra vida común en medio de nosotros?

Un soldado norteamericano viajaba un día en ómnibus haciendo turismo por Suecia. El sueco que viajaba junto a él parecía ser muy amable, y el soldado empezó a dialogar familiarmente con el simpático acompañante. Hablaron de todo un poco, hasta que el soldado le dijo: —Mi país es el más democrático de todo el mundo. Cualquier ciudadano es recibido cordialmente en la Casa Blanca para ver al presidente y ventilar cualquier problema o queja con él en persona.
El sueco, para no quedar en inferioridad, añadió enseguida: —Eso no es nada, aquí en Suecia, el rey viaja en el mismo ómnibus que la gente corriente. Cuando poco después el acompañante bajó del vehículo, los otros pasajeros le informaron al norteamericano que había viajado junto al rey Gustavo Adolfo VI.

Esto es precisamente lo que hizo Jesús, dejando a un lado su categoría de Dios y asumiendo nuestra condición humana en toda su humildad. Es lo que san Juan escribió al empezar su Evangelio con estas sublimes palabras: “El Verbo de Dios se hizo carne y habitó en medio de nosotros” (Juan 1, 12). ¡Como para meditarlo, y llenarse de admiración y gratitud! P. Natalio.

jueves, 21 de octubre de 2010

Siembra a manos llenas

Buenos días, amigo/a

Hoy te regalo unos renglones que mecerán tu día en las alturas, porque te ayudarán a vivir con pensamientos generosos y magníficos. Es siempre bueno cultivar en tu corazón elevados ideales que entusiasmen y dinamicen tu vida. Alguien escribió: “Si mirásemos siempre hacia el cielo, terminaríamos por tener alas”.

Esboza una sincera sonrisa... y regálala a quien nunca la ha tenido.
Recoge un rayo de sol en tu corazón... y hazlo volar allá en donde reina la noche.
Descubre una fuente... y permite bañarse en ella a quien vive en el barro.
Vierte una lágrima... y ponla en el rostro de quien nunca ha llorado.
Enciende el valor en tu pecho... y ponlo en el ánimo de quien no sabe luchar.
Descubre la vida... y alienta a quien se arrastra por ella.
Cultiva la esperanza... e irradia su luz a tu alrededor.
Imprégnate de bondad... y dónala a quien la desconoce.
Descubre el amor... y comunica su fuego al mundo.

Debajo de estas líneas aletea un vivo deseo de sembrar a nuestro alrededor todo lo que es bueno, noble y justo. Aportar lo mejor de nosotros mismos a nuestros semejantes es una tarea misionera que te beneficiará en primer lugar a ti, porque evidentemente nadie puede dar lo que no tiene. Que esta lectura te inspire a sembrar hoy con generosidad. P. Natalio.

miércoles, 20 de octubre de 2010


Como niños…
Buenos días, amigo/a.

La oración humilde y confiada conmueve el corazón de Dios. A nosotros también nos enternecen los niños cuando con encantadora espontaneidad nos piden que les ayudemos a hacer un dibujo, a atarles los cordones de los zapatitos, etc., y no podemos negarnos. Su humilde confianza nos impulsa a prestarles cualquier servicio. Esto sucedió a la niñita Romina.

Romina, niñita muy buena, pero también muy pobre, iba a un colegio de Hermanas. Un día oyeron las compañeritas que al rezar el padrenuestro, decía: “Danos hoy nuestro pan de cada día… con manteca”, y se echaron a reír, y fueron a contarlo a la Hermana. Manifestó entonces la niña que, como su madre había quedado viuda con seis hijos, tuvo que suprimir la manteca. Pero Romina no se resignaba; y por eso, al rezar el padrenuestro pedía el pan… con manteca. La religiosa le dijo que continuara pidiéndolo, pero en voz baja, para no provocar risas. Dios oyó la oración de Romina, porque una de las otras niñas contó a su madre lo ocurrido en el colegio. Ésta averiguó nombre y dirección de la mamá de Romina, y ordenó a su empleada doméstica que cada día dejara un paquete de manteca en su casa. Cuando lo vio, Romina dijo muy contenta: “Mamá, aquí tienes la manteca que le pedí a Dios”.

“Si no vuelven ustedes a ser como niños, no entrarán en el Reino de los cielos”, dijo Jesús. Los niños son puros, inocentes, sencillos, sinceros, humildes, confiados. Pide al Señor con insistencia que estas cualidades propias de los pequeños, vayan modelando tu vida para poder ver ese divino rostro que sólo se revelará a los puros de corazón. P. Natalio.

martes, 19 de octubre de 2010

Una vida sencilla


Buenos días, amigo/a.

No pocas veces el hombre moderno corre inquieto, agitado por la locura de tener más y más. Ganarás en paz y serenidad de espíritu cuando reduzcas esas necesidades ficticias que nos imponen los que sólo anhelan vender más. Aquí te ofrezco el pensamiento del poeta español José María Pemán sobre este tema, en armoniosos y diáfanos versos.

Vida inquieta, frenesí de la ambición desmedida...
¡Qué mal comprende la vida el que la comprende así!
Vida serena y sencilla yo quiero abrazarme a ti,
que eres la sola semilla que nos da flores aquí.

Conciencia tranquila y sana es el tesoro que quiero:
nada pido y nada espero para el día de mañana.
Ni voy de la gloria en pos, ni torpe ambición me afana;
y al nacer cada mañana tan sólo le pido a Dios:

casa limpia en que albergar, pan tierno para comer,
un libro para leer y un Cristo para rezar;
que el que se esfuerza y agita nada encuentra que le llene
y el que menos necesita tiene más que el que más tiene.

¿No podrías simplificar tu vida, volviéndola más sencilla, para dedicarte a tus aspiraciones profundas? El salmista nos informa que ha llegado a “acallar y moderar sus deseos como un niño en brazos de su madre, ya no pretende grandezas que superan su capacidad, ni fomenta ambiciones desmedidas en su corazón” (salmo 131). El Señor te bendiga e ilumine. P. Natalio.

lunes, 18 de octubre de 2010


Ante la naturaleza

Buenos días, amigo/a.

La naturaleza es una buena escalera para llegar hasta el Señor del universo. Los fines de semana invitan a un contacto más inmediato con el mar, la montaña, los dilatados horizontes, o los bosques…La contemplación de la naturaleza es sedante, tonifica el espíritu, te hace encontrar con lo mejor de ti mismo. Una oración para que sintonices con la naturaleza.

Padre, tú has creado este universo para que me ayude a conocerte mejor y a amarte mejor. Cada rayo de luz, cada flor, cada nuevo paisaje a la vuelta del camino es un mensajero oportuno que me invita, por senderos fáciles, a subir hasta ti. El rocío de la noche y el gallo que canta por la mañana, el viento que murmura al pasar y el pan sobre la mesa, todo me habla de tu bondad. Pero me falta la atención del corazón para encontrarte en todas las cosas. Consérvame un alma vibrante, entusiasta, un alma joven, que no se canse de leer el poema de la Naturaleza. Ayúdame a encontrar bajo los colores y los sonidos tu pensamiento divino, como el lector encuentra, bajo las letras del libro, el pensamiento del autor. ¡Que la Naturaleza sea para mí un templo grandioso, donde cada detalle me revele tu gloria, tu poder y tu bondad!

Pide al Espíritu de Dios, que según el Génesis “aleteaba sobre las aguas primordiales” de la creación, te conceda la atención del corazón, para hacer de las bellezas naturales peldaños de una escalera que te lleva al Creador. “Nunca se cansen de mirar tus ojos, el perpetuo milagro de la vida”. Hasta mañana. P. Natalio.

domingo, 17 de octubre de 2010

Mensaje de Jesús para ti


Buenos días, amigo/a.

La actitud de confianza en Dios es fundamental en la Biblia: recorre
casi todas sus páginas; las personas que desfilan por ellas son
confrontadas con esta señal del varón justo, que busca a Dios como su
único bien y poderoso refugio. La confianza es un aspecto de la misma
fe, pero tiene una nota afectiva y cordial. El trozo de hoy es de una
suavidad y dulzura inefables.

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor. Cuando te
abandones en mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis
designios. No desesperes; no me dirijas una oración agitada, como si
quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Déjame ser Dios y
actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y
deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente: “Jesús, yo confío en
ti”. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo. Yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración,
sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía. Continúa
diciéndome a toda hora: “Jesús, yo confío en ti”. Y verás grandes
milagros. Te lo prometo por mi amor. Jesús.

Esta confianza, que es entrega y abandono en el Señor, te dejará
sereno y tranquilo en medio de las tempestades de la vida, porque te
has fiado nada menos que de Dios que es poderoso, bondadoso y fiel a
su Palabra. El salmista afirma: “Dichoso el hombre que ha puesto su
confianza en el Señor porque no quedará defraudado”. Anímate a
intentarlo. P. Natalio.

sábado, 16 de octubre de 2010


Una frenada especial


Buenos días, amigo/a

Conducir un auto por las carreteras sea para ti ocasión de practicar actitudes respetuosas con la vida del prójimo, como la cortesía, la corrección y la prudencia. Nada mejor para superar los imprevistos. Que estés dispuesto a prestar ayuda cuando veas a alguno en necesidad, especialmente en un accidente. Recuerda la parábola del samaritano contada por Jesús.

Un conductor viaja por una calle resbaladiza debido a la abundante lluvia. De pronto al pasar un semáforo éste se pone rojo y el conductor frena, pero el coche patina en dirección contraria desviándose y yendo a parar justo delante de un agente de tráfico… Para despistar, le pregunta: —¡Por favor! ¿Cómo se va al hospital?
—Siga conduciendo como hasta ahora —le contesta el policía— y llegará rápido…

Que el automóvil no sea para ti expresión de poder y dominio, o de necia vanidad. Persuade con amabilidad a los jóvenes y a los que ya no lo son, para que no se pongan al volante cuando no estén en condiciones de hacerlo. Que la carretera sea para ti instrumento de comunión entre las personas. Y que te sientas responsable de los demás, (Decálogo del conductor). P. Natalio.

viernes, 15 de octubre de 2010


Alegría y gozo


Buenos días, amigo/a

Te ofrezco hoy un ramillete de frases de los salmos unidas entre sí por el tema de la alegría. El salmista la solicita al Señor, la agradece cuando inunda su corazón, y la goza íntimamente unido al Dios de quien procede la alegría y la paz interior. Aquí, pues, tienes una buena sugerencia para orar con fragmentos de la Biblia asociados en torno a una idea aglutinante.

Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor (86). Te doy gracias, Señor, porque has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino. En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque tu solo me haces vivir tranquilo (4). El Señor es mi fuerza y mi poder, él es mi salvación; y sacaré aguas con gozo de la fuente de salvación (Isaías 12). Señor, porque confío en ti, alegra mi corazón con tu auxilio, y cantaré y tocaré para ti, por todo el bien que me hiciste (13). A la sombra de tus alas canto con júbilo, mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene (63).

Defiende, pues, y cultiva la alegría. La risa y el buen humor te liberarán de aquella lúgubre seriedad que vuelve los problemas pesados como el plomo, te liberarán además de la triste inquietud cotidiana. La risa y el buen humor crean espacios nuevos para alegrías desconocidas.
Es un precepto de Dios estar alegres: “Estén siempre alegres” (1 Tes. 5,16). P. Natalio.

jueves, 14 de octubre de 2010


El labrador y sus perros

Buenos días, amigo/a

A veces sentimos cierta amargura al percibir la forma tan inhumana en que se comportan las personas. Al parecer, ya a nadie le importa nada de los demás. Alexis Carrel, premio Nobel de medicina, expresó: “Hoy todos se encierran en su egoísmo, lo mismo que el cangrejo en su caparazón, intentando como él devorar a su vecino”. Eso hizo el labrador de la fábula.

Aprisionó el mal tiempo a un labrador en su cuadra. No pudiendo salir para buscar comida, empezó por devorar a sus carneros; luego, como el mal tiempo seguía, comió también las cabras; y, como no paraba el temporal, acabó con sus propios bueyes. Viendo entonces los perros lo que pasaba se dijeron entre ellos: —Larguémonos de aquí, pues, si el amo ha sacrificado los bueyes que trabajan con él, ¿cómo nos perdonará a nosotros? (Esopo).

El mal ha entrado en el mundo por la puerta del egoísmo humano, que es negación del amor y búsqueda desenfrenada del propio bienestar. Cada día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la práctica se te irá abriendo el corazón, descubrirás la alegría de dar y comprobarás, maravillado, que recibes mucho más de lo que das. P. Natalio.

miércoles, 13 de octubre de 2010


Cercanía de Dios


Buenos días, amigo/a

La lectura meditada de la Biblia te llevará a la vivencia de que Dios está contigo. Te parecerá escucharlo y decirte con dulce voz: “Yo estoy contigo. Aquí a tu lado me tienes. Ni por un momento te desamparo. Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor”. Hoy la Reina de la Paz te invita a crecer en la firme convicción de que Dios está contigo y te ama.

“¡Queridos hijos! También hoy los invito a tener más confianza en mí y en mi Hijo. El ha vencido con su muerte y resurrección y los llama, para que a través de mí, sean parte de su alegría. Hijitos, ustedes no ven a Dios pero, si oran, sentirán su cercanía. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

La clave está en la oración que alcanza poco a poco la meta señalada por san Pablo: “Vivan dando gracias a Dios”; también: “En cualquier circunstancia recurran a la oración y a la súplica””: y además, “Perseveren en la oración, velando siempre en ella con acción de gracias”. Santa Teresa hablando de la oración dice, “Se trata de amar mucho”. P. Natalio.

martes, 12 de octubre de 2010


Claves de felicidad


Buenos días, amigo/a.

Existe una inmensa alegría en poder alegrar a otros a pesar de nuestra propia situación. La aflicción compartida disminuye la propia tristeza; pero, cuando la alegría es compartida, se duplica. Si deseas sentirte feliz y realizado, basta compartir tus bendiciones, esas que no se pueden comprar con dinero.Serás feliz cuando creas en ti mismo; cuando aceptes y luches contra la adversidad; y cuando aprendas a disfrutar de tus ocupaciones cotidianas. Serás feliz cuando sientas satisfacción con lo que tienes; cuando mires de frente tus temores; y cuando compartas tus bendiciones con los demás. Serás feliz si entiendes que casi todo es temporal y pasajero; si comprendes que siempre puedes elegir; y si estás convencido que las pequeñas cosas significan mucho para ti. Serás feliz, en fin, cuando lo espiritual prevalezca en tu vida sobre lo material.



Compartir tus bendiciones con generosidad es una virtud que te pone en sintonía con Dios que es todo amor y donación de sí mismo. Cada día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la práctica se te irá abriendo el corazón, descubrirás la alegría de dar y comprobarás, maravillado, que recibes mucho más de lo que das. P. Natalio.

lunes, 11 de octubre de 2010


Sabiduría indígena


Buenos días, amigo/a.

El filósofo Platón comparaba nuestra vida con un carruaje tirado por dos corceles: uno dócil y brioso, otro rebelde y perezoso. Para que el carro avance el conductor necesita armonizar esas fuerzas contrarias. San Pablo confiesa esa lucha en su propia vida: la carne que quiere avasallar al espíritu. Un cacique iroqués te expone su experiencia con una sugestiva parábola.

El viejo cacique de la tribu charlaba junto al fuego con sus nietos acerca de la vida, y en ese momento les dijo: — ¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!... ¡es entre dos lobos! Uno de los lobos es maldad, cobardía, ira, envidia, rencor, avaricia, falsedad, orgullo, vagancia. El otro es bondad, valor, paciencia, amistad, perdón, generosidad, sinceridad, humildad, laboriosidad. Esta misma pelea está ocurriendo dentro de cada uno de ustedes y dentro de todos los hombres de la tierra. Los indiecitos se quedaron pensando por un rato, hasta que uno de los niños le preguntó a su abuelo: — ¿Y cuál de los lobos crees que ganará? El viejo cacique respondió simplemente: —El que alimentes más, muchacho.

Excelente respuesta: ¡no hay que alimentar los vicios! De este modo nuestras malas inclinaciones no tomarán fuerza en nosotros. Y así será si nunca mentimos, nunca criticamos, nunca nos quedamos con algo del prójimo, etc., sencillamente no sabemos hacerlo porque no tenemos el mal hábito de hacerlo; pero, estemos alerta para no comenzar. P. Natalio.

domingo, 10 de octubre de 2010

Ahora mismo


Buenos días, amigo/a.

Uno de los defectos más comunes de la naturaleza humana es diferir lo que deberíamos y podríamos hacer ahora. Cuántas hermosas iniciativas han muerto por esta concesión a la pereza que nos lleva a dejar para después lo que podemos hacer enseguida. Aquí te ofrezco unas buenas sugerencias para aprovechar mejor cada día.

No esperes una sonrisa, para ser gentil. No esperes ser amado, para amar. No esperes estar solo, para reconocer el valor de un amigo. No esperes el mejor empleo, para comenzar a trabajar. No esperes tener mucho, para compartir algo. No esperes llegar a tal extremo, para recordar un consejo. No esperes el dolor, para rezar una oración. No esperes tener tiempo, para poder servir. No esperes ser herido por otro, para pedir perdón. No esperes una separación, para reconciliarte. No esperes… porque el tiempo es un regalo que se va y no espera.

“No pierdas un momento en lamentar las desgracias del ayer, las derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer. Haz de este día el mejor de tu vida. Los deberes de hoy cúmplelos hoy. Hoy mismo conságrate al trabajo. Hoy tienes la oportunidad de convertirme en la persona que tu bien sabes puedes llegar a ser”. Que seas hoy decidido, entusiasta y dinámico. P. Natalio.

sábado, 9 de octubre de 2010


Comenzando el día


Buenos días, amigo/a.

Empezar bien es importante, porque ayuda a ambientar positivamente la jornada. Que el clima de este día sea para ti luminoso, festivo y entusiasta. Empiézalo entonces con pensamientos de confianza, de fuerza, de alegría. Aquí tienes una oración que te reanimará cuando no te brote la inspiración y corras el riesgo de empezar tus tareas en tono menor y con el ánimo por el suelo.

Señor: me cuesta comenzar este día, porque sé que es una nueva tarea, un nuevo compromiso, un nuevo esfuerzo. Pero quiero comenzarlo con entusiasmo, con alegría reestrenada, con ilusión nueva. Sé que estás a mi lado: en mi familia, en mis amigos, en las cosas, en mi propia persona. Gracias por este nuevo amanecer. Gracias por este nuevo empezar. Gracias por esta tu presencia. Hoy quiero sembrar paz, solidaridad, amor, entre mis hermanos. Y sé, mi Señor, que esta tarea la comienzan cada día muchos hermanos míos de cualquier punto de la tierra; y eso me alienta y me empuja. También te pido por ellos, y con ellos te digo: “¡Buenos días, Señor!”. (P. Fernández).

La Biblia ofrece textos muy hermosos para el inicio del día como estos: “Confiaré y no temeré porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él es mi Salvador” (Is. 12, 2) y “Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas y desplegarán alas como las águilas: caminarán y no se fatigarán, correrán y no se agotarán” (Is. 42, 31). Que el Señor te bendiga y proteja. P. Natalio Bértolo.

viernes, 8 de octubre de 2010


Las tareas de cada día


Buenos días, amigo/a

Si esperas el momento oportuno de hacer algo verdaderamente grande, ¿cuántas veces en tu vida se te presentarán ocasiones semejantes? Aprovecha las ocasiones que te ofrece cada día para realizar acciones ordinarias de manera extraordinaria. Cada tarea te permite dedicarte con lo mejor de ti mismo, madurar y vivir a pleno.

Realiza las cosas pequeñas de cada día, con esperanza. Realízalas con dedicación, como el alumno inclinado sobre su cuaderno se esfuerza en su tarea cotidiana. Las pequeñas cosas parecen insignificantes, pero traen la paz. Son como las flores silvestres. Nos parecen sin fragancia, pero todas juntas perfuman el aire. La oración de las pequeñas cosas es inocente. En cada pequeña cosa hay un ángel. (Georges Bernanos)

Las tareas sencillas y cotidianas son realmente responsabilidades simples; pero, ser fieles al quehacer de cada día es algo importante. La felicidad humana generalmente no se logra con acciones de especial relevancia, que pueden acontecer muy raras veces, sino en ese sencillo deber que realizas todos los días con mucho amor. Valorízalo en ti y en los demás. P. Natalio.

jueves, 7 de octubre de 2010


Cosas de mamá...


Buenos días, amigo/a

En el día de Nuestra Señora del Rosario, te dedico estos pensamientos y una graciosa anécdota. “En el Rosario he hallado los atractivos más dulces, más suaves, más eficaces y más poderosos para unirme con Dios”. Santa Teresa de Jesús. “Si ustedes desean paz en sus corazones y en sus hogares, recen diariamente el Santo Rosario”. San Pío X.

Un día san Pedro, muy preocupado al notar la presencia de algunas almas a las cuales no recordaba haberlas hecho pasar al cielo, se puso a investigar y encontró un lugar por donde entraban. Corrió entonces ante el Señor y le dijo: — Señor Jesús, hace algún tiempo que venía observando que hay aquí algunas almas a las que no he abierto las puertas para que entraran a gozar de la eterna felicidad. Hice algunas inspecciones y hallé un hueco por donde entran. Yo quisiera que lo vieras... Aceptó Jesús acompañarlo y vio que del hoyo descubierto colgaba hacia la tierra un inmenso rosario, por donde constantemente subían muchas almas. Alarmado, le dijo san Pedro: — Creo, Señor, que debemos cerrar esa entrada. — No, no, — le respondió Jesús, — ¡déjalo así!... Esas son cosas de mamá...

Juan Pablo IIº escribió: “En Lourdes y Fátima la Madre de Cristo ha hecho notar de algún modo su presencia y su voz, para exhortar al Pueblo de Dios a recurrir al Rosario como forma de oración contemplativa. Sería imposible citar la multitud innumerable de santos que han encontrado en el Rosario un auténtico camino de santificación”. Anímate a rezarlo. P. Natalio.

miércoles, 6 de octubre de 2010


Fue un error involuntario…


Buenos días, amigo/a

Para amar como Jesús nos enseñó, debemos ejercitar ciertas actitudes que bajan el amor a la realidad cotidiana: compasión, comprensión, indulgencia, etc. ¿Qué es la indulgencia? Facilidad en perdonar las culpas ajenas.”Sopórtense y perdónense mutuamente si alguno tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes”, san Pablo (Col. 3:13).

Los italianos en Navidad tienen la costumbre de enviar un pan dulce a sus amigos y familiares. En cierto año Puccini y Toscanini se hallaban en uno de sus típicos y feroces enfrentamientos. Puccini dio la orden a su servicio de enviar los panes dulces a las direcciones de costumbre, entre las que se hallaba la del colérico director de orquesta, Toscanini. Al darse cuenta Puccini del error -el pan dulce ya había sido enviado- mandó un telegrama a Toscanini que decía: “Pan dulce enviado por error”. ¿Cuál fue la genial respuesta de Toscanini?: “Pan dulce comido por error”.

El odio que se niega a perdonar y olvidar es muy destructivo. Suplica así: “Señor, tú que eres puro amor, tú que perdonabas a los que te crucificaban, quita de mi interior todo el veneno de los recuerdos que me llenan de rencor y de tristeza. Derrama en mi corazón el deseo y la gracia del perdón”. El Señor te libre del odio, la ira y toda mala voluntad con tu prójimo. P. Natalio.

martes, 5 de octubre de 2010


Gracias, Señor, por mis manos


Buenos días, amigo/a

Ningún trabajo es insignificante o despreciable, cualquier ocupación merece que pongamos todas nuestras fuerzas y nuestra creatividad en ella. “Si alguien está llamado a ser barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía versos”, (M. L. King). Aprecia y agradece tus manos.

Gracias Señor, por mis manos. Gracias por las dos. Por mi dedo pulgar, por el índice, por todos, gracias. Gracias, por todo lo lindo que hice con ellas. Gracias, por lo bien que me obedecen, porque nunca se me niegan. Gracias, cuando trabajan y se ensucian, cuando duelen, cuando rezan, cuando acarician. Gracias por lo bien que se mueven y lo poco que descansan. No me castigues en ellas, ni permitas que con ellas yo castigue a nadie. Dale manos así a todos los niños, a todos los hombres, a quien las necesite para servirte. Gracias todos los días, cada hora, cada minuto, siempre. Gracias Señor, ¡gracias por mis manos!

El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los vicios, y nos proporciona los recursos para remediar nuestras necesidades fundamentales. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de acción. P. Natalio.

lunes, 4 de octubre de 2010


El labrador y la víbora


Buenos días, amigo/a

“No hay en el mundo fruta más sabrosa que la sensación de descanso y alivio que se siente al perdonar, así como no hay fatiga más desagradable que la que produce el rencor. Vale la pena perdonar, aunque sea solo por interés, porque no hay terapia más liberadora que el perdón”, (I. Larrañaga). “La espiral de la violencia sólo la frena el milagro del perdón”, (Juan Pablo IIº).

Una víbora se acercó arrastrándose adonde estaba el hijo de un labrador, y lo mató. Sintió el labrador un dolor terrible y, tomando su hacha, se puso al acecho junto al nido de la serpiente, dispuesto a matarla tan pronto como saliera. Asomó la víbora la cabeza y el labrador le dio un hachazo, pero falló el golpe, partiendo en dos a la vecina piedra. Temiendo después la venganza del reptil, intentó reconciliarse con ella; pero ésta repuso: —Ni yo puedo alimentar hacia tí buenos sentimientos viendo el hachazo en la piedra, ni tú hacia mí contemplando la tumba de tu hijo. Esopo.

Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de nuestras fuerzas. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos, retraimientos, susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos perdonar, soportar y esperar sin límites. P. Natalio.

domingo, 3 de octubre de 2010


Alegría y paz


Buenos días, amigo/a.

La Virgen de la Paz desea que goces de esa serenidad que ofrecía su Hijo: “les doy mi paz, pero no como la da el mundo” (Juan 14, 27). Es una paz que nada puede turbar ni el más terrible vendaval. “La serenidad —escribió Kempis— no es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la paz en medio de ella”. El mensaje de hoy invita a abandonarte en las manos de Dios. Ése es el camino.

“¡Queridos hijos! Los invito a un abandono total a Dios. Los invito al gran regocijo y a la paz que sólo Dios da. Yo estoy con ustedes e intercedo cada día por ustedes ante Dios. Queridos hijitos, los invito a escucharme y a vivir los mensajes que yo les doy desde hace ya varios años. Todos ustedes están llamados a la santidad, pero ustedes todavía están lejos de ella. Yo les doy mi bendición. Gracias por haber respondido a mi llamado!

El camino de abandono total en Dios, tiene un nombre, es el camino de la santidad, porque requiere confianza y amor total a Dios, en quien hemos puesto nuestra esperanza. María Santísima intercede para que te decidas sin miedo, “como un niño en los brazos de su madre” (Salmo 131). Te deseo de corazón un día de mucha paz. P. Natalio.

sábado, 2 de octubre de 2010


La sonrisa


Buenos días, amigo/a.

Hoy te ofrezco un conjunto de buenas razones para cultivar con perseverancia el hábito de la sonrisa en tu rostro, avalada por un corazón sinceramente anclado en la alegría y gozo del espíritu. Es en verdad un tema para que lo reflexiones con detenimiento. “La alegría es el perfume de Dios percibido por el alma”, escribió un pensador con perfil de poeta.

La sonrisa es el más saludable masaje de belleza para el rostro; el pasaporte al reino de los Cielos; el ropaje más lindo del alma; el mejor antídoto contra las preocupaciones; la canción de los Ángeles; la seriedad arrepentida; la oración de los sabios; la contraseña entre los amigos;
la puerta de la cooperación entre conocidos y desconocidos; alienta la buena voluntad en los negocios; acorta el tiempo de la angustia; crea la felicidad en la pareja y en el hogar; una clara manifestación de salud mental, emocional y espiritual; descanso para los fatigados; calor para los tristes; luz para los decepcionados; es como el sol: ilumina, calienta y se irradia.

Un autor espiritual dice: “Si sucede alguna vez que no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás”. Pide al Espíritu Santo el don de la alegría cada día y, si no te sientes alegre, empieza a sonreír y una fresca alegría surgirá de tu alma. P. Natalio.

viernes, 1 de octubre de 2010


Teresita, santa muy simple y humilde


Buenos días, amigo/a

Hoy recordamos a santa Teresita del Niño Jesús. Esta carmelita decía que «Los sencillos actos de la vida, hechos con amor, son el camino de la santidad. Ésta no consiste en prácticas especiales, sino en una disposición interior que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, conscientes de nuestra fragilidad y confiados hasta la audacia en su bondad de Padre.»

Lo extraordinario se escondía dentro de su alma, era su amor. «Ahora—escribía—no tengo más que un deseo: amar a Jesús hasta la locura.» Este amor producía en ella un grande amor al prójimo, dándole a entender que su vida debía ser un sacrificio continuo por la salvación de las almas. Rezaba y ofrecía sus dolores por los misioneros, y no podía leer, sin conmoverse, la vida del mártir Teófanes Vénard. «Le amo—decía—, porque es un pequeño santo, lleno de sencillez, que amaba a la Virgen y quería mucho a su familia, y vivía en un amoroso abandono en las manos de Dios.» Y añadía: «Se lee en la vida de ciertos santos que eran graves y austeros, aun en las horas de recreo. Estos me atraen menos que Teófanes Vénard, el cual aparecía siempre alegre.»

Teresita escribía a su hermana (17.09.1896) con claridad, la actitud fundamental que la guió en su vida espiritual: "La confianza, y nada más que la confianza, es la que debe conducirnos al amor de Dios". Había captado con profundidad el mensaje de la Biblia: “Dichoso el que ha puesto en el Señor toda su confianza, porque jamás quedará defraudado”. P. Natalio