La paz del
corazón
Buenos
días, amigo/a
“Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor, y
de alegría perpetua a tu derecha” (Sal 16). Esta dicha inmensa te está
reservada si, adherido a Cristo por la fe y el amor, lo sigues en el camino del
Evangelio. “¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles! (Sal
31,19) Se nutren de lo sabroso de tu casa (¡Dios!) y les das a beber del
torrente de tus delicias”, (Sal 35). La Reina de la paz te da la clave para lograrlo:
¡santidad y oración!
“¡Queridos hijos! También hoy los invito a poner en práctica y a vivir
los mensajes que les doy. Decídanse por la santidad, hijitos, y piensen en el
paraíso. Sólo así tendrán paz en sus corazones, la cual nadie podrá destruir.
La paz es el don que Dios les da en la oración. Hijitos, busquen y trabajen con
todas sus fuerzas para que la paz triunfe en sus corazones y en el mundo.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”
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