Zeus y la zorra
Buenos
días, amigo/a
A veces las personas creen que
con el cambio de ciertas condiciones todo está solucionado. Pero no es así,
porque somos el resultado de los hábitos que poco a poco han modelado nuestro
carácter. Hace falta empeño y constancia para cambiar un mal hábito por otro
bueno. Para lograr ese objetivo se
necesita una fuerte motivación, que nos comprometa por entero.
Admirado Zeus de la inteligencia y finura de la zorra, le concedió el
reinado sobre los animales. Quiso, no obstante, saber si al cambiar de
condición había mudado también de inclinaciones, y, hallándose el nuevo rey de
paseo en su litera, dejó Zeus caer un escarabajo ante sus ojos. Entonces la
zorra, incapaz de contenerse, viendo al escarabajo revolotear alrededor de su
trono, saltó fuera de éste y, despreciando las conveniencias, intentó atrapar
al escarabajo. Indignado Zeus de su conducta, volvió a la zorra a su antiguo
estado.
Cuando se convirtió Clodoveo, rey de los francos, san Remigio, en el
bautismo, le dijo claramente: "Valiente guerrero, desde ahora quema lo que has adorado, y adora lo
que has quemado". No le era fácil dejar las costumbres paganas y adoptar
de corazón el Evangelio de Cristo. Pero tenía una motivación fuerte: había
invocado y visto el auxilio de Cristo cuando su ejército en desbandada se
sobrepuso y venció a sus enemigos. P. Natalio.
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