martes, 14 de abril de 2015


Zeus y la zorra


Buenos días, amigo/a

A veces las personas creen que con el cambio de ciertas condiciones todo está solucionado. Pero no es así, porque somos el resultado de los hábitos que poco a poco han modelado nuestro carácter. Hace falta empeño y constancia para cambiar un mal hábito por otro bueno. Para lograr ese objetivo  se necesita una fuerte motivación, que nos comprometa por entero.

Admirado Zeus de la inteligencia y finura de la zorra, le concedió el reinado sobre los animales. Quiso, no obstante, saber si al cambiar de condición había mudado también de inclinaciones, y, hallándose el nuevo rey de paseo en su litera, dejó Zeus caer un escarabajo ante sus ojos. Entonces la zorra, incapaz de contenerse, viendo al escarabajo revolotear alrededor de su trono, saltó fuera de éste y, despreciando las conveniencias, intentó atrapar al escarabajo. Indignado Zeus de su conducta, volvió a la zorra a su antiguo estado.

Cuando se convirtió Clodoveo, rey de los francos, san Remigio, en el bautismo, le dijo claramente: "Valiente guerrero, desde  ahora quema lo que has adorado, y adora lo que has quemado". No le era fácil dejar las costumbres paganas y adoptar de corazón el Evangelio de Cristo. Pero tenía una motivación fuerte: había invocado y visto el auxilio de Cristo cuando su ejército en desbandada se sobrepuso y venció a sus enemigos. P. Natalio.

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