martes, 31 de agosto de 2010


Día de la solidaridad


Buenos días, amigo/a

En este día internacional de la solidaridad te dedico el Decálogo de la Solidaridad: «1. Solidaridad es sentirse una sola cosa con los demás: “Todos para uno y uno para todos”. 2. Sentir la solidaridad llena el corazón de seguridad, estímulo y paz. 3. El interés por la gente debe ser genuino, sin intereses ocultos que puedan enturbiar la ayuda prestada.

4. La solidaridad implica comprensión, disponibilidad, colaboración. Lleva consigo involucrarse y compartir. 5. Las manifestaciones verbales de solidaridad son importantes, pues todos necesitamos sentir el apoyo moral. Pero, además se necesitan acciones concretas de ayuda. 6. Ningún ser humano puede sernos indiferente. Siempre existirá alguna forma de manifestar nuestra solidaridad. 7. A veces es más fácil prestar nuestra ayuda a gente lejana a nosotros, que a esas otras con las que se convive a diario.8. El egoísmo es pagado por los demás con frialdad, lejanía y aislamiento. Se recoge lo que se siembra.

9. Es bueno pedir ayuda cuando la necesitamos. No conviene suponer que se darán cuenta. Ni dejarse llevar por el orgullo del que piensa que solo saldrá adelante. 10. Cuando en un grupo humano se sustituye competir por cooperar, se produce la unión y el logro de los objetivos». Es un ideario denso y atrayente. Puedes imprimirlo para meditarlo y compartirlo. P. Natalio

lunes, 30 de agosto de 2010


Cada uno con sus dones


Buenos días, amigo/a.

En tu vida de relación con los demás, cuídate de subestimar a los pequeños y a los débiles. La sabiduría del Creador ha dispuesto tan armónicamente sus obras que todo tiene su razón de ser: lo débil y lo fuerte, lo grande y lo pequeño. Considera pues con atención y verás cómo cada uno aporta sus dones para el bien de la convivencia humana.

Dormía muy tranquilo el león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y al punto atrapó al ratoncito; y al llevárselo a la boca, éste le pidió que le perdonara, prometiendo pagarle en el momento oportuno. El león se rió y lo dejó marchar. Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y lo ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo y, al oír los lamentos del león, corrió al lugar y destrozó con sus afilados dientecillos la cuerda, dejándolo libre. —Días atrás —le dijo—, te burlaste pensando que nada podría hacer en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplimos lo prometido. Esopo.

domingo, 29 de agosto de 2010


Palabras hirientes


Buenos días, amigo/a.

En verdad las palabras pueden doler como los golpes físicos. Los padres deben saber que la crítica, el desprecio y los insultos –aun cuando se los diga en broma– pueden lastimar el amor propio, o dañar la autoestima, o detener el crecimiento de una imagen sana de sí mismo en los niños.

Las palabras dichas con amor ofrecen un real elemento constructivo de elogio, aliento, gratitud, disculpa a quien escucha. Nuestras palabras pueden herir o reconfortar, impedir o ayudar, frustrar o inspirar a la acción. He aquí algunas frases que son dulce música al oído y al corazón: “¡Muy buen trabajo!”. “Déjame ayudarte”. “Cometí un error, perdóname”. “¡Felicitaciones!”. “Estamos orgullosos de ti”. “Gracias”. “Te quiero”. “Admiro tu capacidad”. “Tú puedes hacerlo muy bien”.

“No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan” (Efesios 4, 29). San Francisco de Sales escribió: “El trato cortés y delicado es la crema de la caridad”. Que este mensaje oriente cada día tu conducta. Hasta mañana. P. Natalio.

sábado, 28 de agosto de 2010


El milagro de la vida


Buenos días, amigo/a.

Una buena poesía es capaz de despertar en ti sentimientos y vivencias profundas. La rutina de todos los días desgasta esa capacidad de admirarnos que tienen los niños al abrirse al milagro de la creación y de la vida. Los poetas nos ayudan a recuperar esa mirada fresca de la realidad que nos brindará momentos de gozosa contemplación. Disfruta este poema de Amado Nervo.

Cada rosa gentil ayer nacida, cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida, ¡nunca se cansan de mirar mis ojos

el perpetuo milagro de la vida!
Años ha que contemplo las estrellas en las diáfanas noches españolas
y las encuentro cada vez más bellas Años ha que en el mar conmigo a solas,
de las olas escucho sus querellas, ¡y aun me pasma el prodigio de las olas!

Cada vez hallo la naturaleza más sobrenatural, más pura y santa,
Para mí, en derredor, todo es belleza: y con la misma plenitud me encanta
la boca de la madre cuando reza que la boca del niño cuando canta.


El ritmo y la sonoridad del poema, la delicada selección de las palabras, las imágenes evocadas, todo contribuye a crear un ambiente de encanto que ilumina y transfigura lo cotidiano, permitiéndote gozar de esa magia sorprendente de lo maravilloso. La belleza de la naturaleza misma o bien su evocación en la poesía te ayudarán a recrear tu espíritu, para entregarte luego a tus tareas con nuevos bríos y renovada ilusión. Nos encontramos mañana. P. Natalio.

viernes, 27 de agosto de 2010


Una mujer paciente

Buenos días, amigo/a.

Hoy, día de santa Mónica, te cuento una anécdota. Su hijo Agustín fue un adolescente terrible, y su esposo era muy irascible. Esta buena mamá irradiaba paz y dulzura. Había comprendido que la paz es un don de Dios tan valioso, que vale la pena hacer cualquier sacrificio para no perderla por ningún motivo. El precio era una imperturbable paciencia.

En aquella región del norte de África, donde las gentes eran sumamente agresivas, las amas de casa le preguntaban a Mónica por qué su esposo, que era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, no la maltrataba nunca a ella, y, en cambio, sus esposos las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: —Es muy sencillo, cuando mi esposo está de malhumor, yo me esfuerzo por estar serena y tranquila. Cuando él grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos, y yo no acepto la pelea, pues… no nos peleamos.

La paciencia es una madurez. Presupone virtudes tan sólidas como la humildad y la fe en Dios. Conseguirás la paciencia meditando en Jesús bondadoso, sufrido, servicial, y suplicándole vuelva tu corazón a semejanza del suyo, manso y humilde. Que el Señor te ayude a dar pasos para crecer en esta virtud tan necesaria. P. Natalio.

jueves, 26 de agosto de 2010


Sé luz en el mundo


Buenos días, amigo/a.

El Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor, con el ejemplo y con la palabra. Jesús te anima a hacer brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti (Mateo 5, 13-15). Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos importantes aunque parezcan restringidas. Dios ha dispuesto que las almas vayan iluminando otras almas, como si fueran antorchas.

Si puedes ser una estrella en el cielo,
sé una estrella en el cielo.
Si no puedes ser una estrella en el cielo,
sé una hoguera en la montaña.
Si no puedes ser una hoguera en la montaña,
sé una lámpara en tu casa.

Esto me hace recordar un aviso para cierta celebración, cuya ambigüedad hizo sonreír a todos los presentes: “El párroco encenderá su vela en la del altar. El diácono encenderá la suya en la del párroco, y luego encenderá uno por uno a todos los fieles de la primera fila”. Ojalá que todos fuéramos antorchas vivientes de Cristo Jesús “luz del mundo”, para iluminar a tantos que todavía “yacen en tinieblas y en sombras de muerte”. Que Dios, que “es luz y en quien no hay tiniebla alguna”, te bendiga e impulse a tu misión. P. Natalio.

miércoles, 25 de agosto de 2010


Camino de la alegría


Buenos días, amigo/a.

Dios te ha elegido porque te necesita en su plan de salvación de la humanidad. Hoy, la Reina de la Paz te ayuda, con dulzura de Madre, a reflexionar sobre este llamado que está en la Palabra de Dios. Y te sugiere cómo abrirte a la comprensión del maravilloso plan del Señor.

“¡Queridos hijos! Quiero invitarlos a comenzar a vivir a partir de hoy una nueva vida. Queridos hijos, yo deseo que ustedes entiendan que Dios los ha escogido a cada uno de ustedes, a fin de usarlos en su plan de salvación para la humanidad. Ustedes no pueden comprender, cuán grande es la tarea que tienen en el plan de Dios. Por tanto, queridos hijos, oren, para que en la oración ustedes lleguen a comprender el plan de Dios. Yo estoy con ustedes, a fin de que puedan realizarlo completamente. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

¿Por qué no engancharte con esta invitación? La misma Reina del Cielo te asegura que te acompaña para que lleves a feliz término el deseo y propósito que hoy nace en tu corazón. Ánimo, sé valiente, confía en la bondadosa Madre que te deja su mensaje. P. Natalio.

martes, 24 de agosto de 2010


Sé tu mismo


Buenos días, amigo/a.

Cada persona es un ser único, por naturaleza. “Cuando Dios crea un persona rompe el molde”, dice el proverbio. Por lo tanto el mejor consejo que puedo darte es: sé tú mismo. Pero sé lo mejor de ti mismo. Ten valor de ser diferente y seguir tu propio camino. No hagas vanos intentos de imitar ciegamente a los demás… como le sucedió a un cuervo.

Lanzándose desde una cima, un águila arrebató a un corderito. La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento del arte de saquear que sus garras se enredaron en la lana y, ni batiendo al máximo sus alas, logró zafarse. Viendo el pastor lo que sucedía, se apoderó del cuervo y, cortando las puntas de sus alas, lo llevó a sus niños. Le preguntaron sus hijos acerca de qué clase de ave era aquella, y les dijo: —Para mí, sólo es un cuervo; pero él, se cree águila.

Para fortalecer esta decisión de ser tú mismo, puedes decirte: “Proclamaré mi singularidad ante el mundo. No intentaré imitar a otros. Soy una cosa rara, y existe valor en todo lo raro. Soy un ser único de la naturaleza”. Esto es honrar al Creador que te dio cualidades valiosas para una misión destacada. De allí la importancia de conocerte y valorarte a ti mismo. P. Natalio.

lunes, 23 de agosto de 2010


Sanación de ansiedades


Buenos días, amigo/a.

Los temores y las ansiedades pueden anular tus mejores energías y frustrar el logro de tus objetivos. Para liberarte de estos sentimientos negativos nada mejor que confiar en el Señor. El te acompaña y está dispuesto a darte una mano. Basta que sepas dejarle el cuidado de todas tus cosas y abandonarte confiadamente en él. Todo te irá mejor y tus problemas se resolverán con tranquilidad según sus designios. Hoy te ofrezco una muy buena oración del P. Fernández.

Señor, muchas veces el miedo al futuro no me deja vivir el presente con alegría. Yo no puedo controlarlo todo ni tener todo previsto, y por eso el futuro me atemoriza. Tengo miedo a perder lo que tengo, tengo temor de que me sucedan cosas malas. Pero ese miedo es inútil. Sin ti todo es incierto e inseguro, Señor, pero contigo todo será más fácil. Por eso te pido la gracia de confiar en ti, para que pueda aceptar tus proyectos sobre mi vida sin aferrarme a los míos. Quiero dejarme tomar por ti, Señor, y caminar por la vida con esa confianza, como un niño seguro de la mano de su padre. Amén.

Este tipo de oraciones, repetidas todas las veces que adviertas que te deslizas hacia el miedo a un examen, a no tener tiempo para un trabajo, a perder la salud, etc. renovarán tu abandono en Dios, reposando en él y dejando en sus manos tu futuro. Puedes resumirlo todo en esta expresión: “Jesús, yo confío en ti”. Que él te bendiga, sane y proteja. P. Natalio Bértolo.

domingo, 22 de agosto de 2010


Aceptarse a sí mismo


Buenos días, amigo/a.

Acéptate a ti mismo incluso frente a los demás. No tengas miedo, no te dejes paralizar por tus debilidades o carencias. Concéntrate, más bien en tus fortalezas. Acepta ser tú mismo ante los otros tal como eres, con tus luces y sombras. Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato. Lee una graciosa anécdota: dos personas que se enfrentaron, cada una con su fragilidad.

Lord George Byron (1788-1824), famoso poeta inglés, era rengo. Su excesiva vanidad sufría horriblemente con ese defecto. La más pequeña alusión a su renguera lo ponía colérico y mordaz. Cierto día la duquesa de Devonshire, que era bizca, le preguntó: —¿Cómo anda? Creyendo el poeta que esta pregunta encerraba una burla a su defecto físico, respondióle ásperamente: —¡Como usted ve!

Recuerda que los demás te necesitan tal como el Señor ha querido que fueras. No conviene que te pongas una máscara o representes una comedia. Puedes decirte a ti mismo: “voy a llevarles algo especial, pues nunca se encontraron ni se encontrarán con alguien como yo; soy una persona única salida de las manos de Dios”. Dios te valora, hazlo tú también. P. Natalio.

sábado, 21 de agosto de 2010

21 de agosto 2010


Santo muy simpático


Buenos días, amigo/a

Felipe Neri, huérfano de madre, siendo joven fue enviado por su padre a casa de un tío muy rico, el cual pensaba dejarlo heredero de todos sus bienes. Pero allá Felipe se dio cuenta de que las riquezas le podían impedir el dedicarse a Dios, y un día se alejó de la casa del riquísimo tío y se fue a Roma llevando únicamente la ropa que tenía puesta. Fue un gran catequista.

San Felipe Neri había recibido de Dios el don de la alegría y de la amabilidad. Como era tan simpático en su modo de tratar a la gente, fácilmente se hacía amigo de obreros, de empleados, de vendedores y niños de la calle y empezaba a hablarles del alma, de Dios y de la salvación. Una de sus preguntas más frecuentes era ésta: "Amigo ¿y cuándo vamos a empezar a volvernos mejores?". Si la persona le demostraba buena voluntad, le explicaba los modos más fáciles para llegar a ser más piadosos y para comenzar a portarse como Dios quiere. A aquellas personas que demostraban mayores deseos de progresar en santidad, las llevaba de vez en cuando a atender enfermos en hospitales de caridad, que en ese tiempo eran pobrísimos y muy abandonados y necesitados de todo.

Una vez en la vigilia de Pentecostés, mientras rezaba con gran fe pidiendo a Dios el poder amarlo con todo el corazón, éste se ensanchó y saltaron dos costillas. Felipe entusiasmado y casi muerto de emoción, exclamó: "¡Basta Señor, basta! ¡Que me vas a matar de tanta alegría!". Hoy, día del catequista, agradecemos su aporte generoso y rezamos por ellas/os. P. Natalio.

viernes, 20 de agosto de 2010


Bernardo y los ladrones

Buenos días, amigo/a

La sexualidad es una parte central del ser humano y tiene que ver con el modo de canalizar nuestros deseos. La castidad no oprime nuestra sexualidad, más bien, la está verdaderamente orientando como Dios quiere. “Castidad significa tener la fuerza de usar nuestra sexualidad de acuerdo con el plan de Dios” (Jason Evert). Una anécdota en el día de san Bernardo.

Antes de entrar al convento, san Bernardo siendo muy joven y de porte elegante, iba cabalgando lejos de su casa con varios amigos. La noche los sorprendió, por lo que buscaron hospitalidad en una casa. La dueña los recibió bien, e insistió en que Bernardo, como jefe del grupo, ocupase una habitación separada. Durante la noche, la mujer se presentó en la habitación con intenciones deshonestas. Bernardo, en cuanto se dio cuenta de lo que ocurría, fingió con gran presencia de ánimo creer que se trataba de un intento de robo, y con toda su fuerza empezó a gritar: —¡Ladrones, ladrones! La intrusa se alejó rápidamente. Al día siguiente, cuando el grupo se marchaba, sus amigos empezaron a bromear sobre el imaginario ladrón, pero Bernardo, contestó con calma: —No fue ningún sueño. El ladrón entró sin duda en la habitación, pero no para robarme el oro y la plata, sino algo de mucho más valor.

La castidad es un estilo de vida que ordena nuestros deseos para el bien y protege nuestro corazón, nuestra alma y nuestro cuerpo. Es reconocer que estamos hechos “a imagen y semejanza de Dios” y que debemos defender esa dignidad. “La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo espiritual. El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el agua del Bautismo, imitar la pureza de Cristo” (CIC 2345).

jueves, 19 de agosto de 2010


Los dos remos


Buenos días, amigo/a.

La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de tu jornada. Una anécdota sobre el tema.

El escritor escocés Walter Scott cuenta que un día, cuando paseaba en un bote, notó que los remos utilizados por el barquero llevaban cada uno una inscripción. Sobre uno: “ora”, y sobre el otro, “trabaja”. Entonces preguntó qué significaba esto. —Enseguida voy a mostrárselo, contestó el barquero. Inmediatamente puso en acción sólo el remo “ora” y el bote empezó a dar vueltas sin avanzar. Luego tomó el remo “trabaja”, haciendo girar el bote en sentido contrario. Finalmente, tomó los dos remos y el bote se dirigió hacia adelante. —¿Entendió Usted?, preguntó el barquero. —Si, —respondió el escritor—, la oración sin el trabajo, o el trabajo sin la oración, no pueden llevarnos a la meta.

“Uno puede orar en las calles, los teatros, las oficinas, las escuelas, como así también en el recogimiento de la propia habitación o en medio de multitudes. De poco sirve orar por la mañana, si se vive el resto del día como un ateo. La verdadera oración moldea la vida y una vida auténtica exige la oración”, (Alexis Carrel). Que la oración gane espacios en tus jornadas. P. Natalio.

miércoles, 18 de agosto de 2010


Respeta y ama la naturaleza


Buenos días, amigo/a.

Sor beata María Romero, famosa por su trabajo con los marginados, fue una verdadera contemplativa. Su jornada se desenvolvía en una intensa actividad, pero su corazón descansaba en Dios. Entre sus escritos se han encontrado encendidas alabanzas, al mejor estilo franciscano, de la belleza de la creación y de todas las obras de Dios.

Un día estaba Sor María Romero regando los rosales para su Reina, la Virgen María. Mientras regaba hablaba a sus rosas. “Sí, mis amores, yo sé que ustedes son muy bellas y las manos divinas que las hicieron son tan prodigiosas como la belleza de estos pétalos amarillos”. Desde una ventana dos mujeres ayudantes de limpieza miraban y escuchaban a la Hermana. De pronto, sin que soplara viento vieron las ramas del rosal inclinarse sobre ella como acariciándola, mientras se sonreía repitiéndoles las mismas palabras. Sobrecogidas de asombro, bajaron enseguida al jardín: “¿Qué es esto que las rosas se doblan sobre usted?” Al punto el rosal se inmovilizó. Sor María las miró y les rogó: “Prométanme no decir nada de lo que han visto”.

Entre sus papeles se encontró uno donde hay unas treinta locuciones o respuestas a preguntas que dirigió a Jesús. Una vez, siguiendo una propuesta de la maestra de novicias, estando sola en la capilla le preguntó a Jesús: ¿Quién dices, Jesús, que soy? En esa ocasión escuchó nítidamente esta respuesta: “Eres la predilecta de mi Madre y la consentida de mi Padre”. Hasta mañana. P. Natalio.

martes, 17 de agosto de 2010


Súplica de bendiciones


Buenos días, amigo/a.

Vas a encontrar hoy en nuestro sitio una oración breve, pero muy completa. Después de agradecer el regalo de vivir, pedirás al Señor las bendiciones básicas para pasar un día fructuoso por donde se lo mire: paz en tu alma, salud y vigor en tu cuerpo y amor en tu corazón. Y además, toda tu persona protegida por la ternura de un Dios que te ama y acompaña.

Señor amado, soy obra de tus manos de Padre. Tú me formaste en el seno de mi madre, y mi vida es un regalo de tu amor sin límites. Te doy gracias por la vida, que es un milagro, y te pido que me bendigas en abundancia. Entra en mi interior y libérame de toda perturbación, para que conozca tu paz maravillosa. Derrama en mí tu amor, que sana todas las heridas. Penetra en mi cuerpo con tu fuerza, y libérame de toda enfermedad. Enséñame a querer a los demás y a desarrollar todos los dones que me diste. Protégeme de todo mal y acompáñame siempre con tu ternura de Padre. Amén.

Ya has encontrado en los “Buenos días”, varias oraciones del P. Víctor Fernández y habrá más. Puedes coleccionar las que más te gusten y necesites. Pero lo que importa es que te habitúes a rezarlas. Un texto entrega toda su riqueza, cuando por la repetición descubrimos su perfecta adecuación a nuestras necesidades. P. Natalio.

lunes, 16 de agosto de 2010


Mentiroso al infierno

Buenos días, amigo/a

El salmista identifica a los malvados, porque “en su boca no hay sinceridad, su corazón es perverso; su garganta es un sepulcro abierto, mientras halagan con la lengua”. Por otra parte sabe muy bien que “Dios detesta al mentiroso y aborrece al hombre sanguinario y traicionero” (Sal 5). En la Biblia el malvado y perverso es siempre falso, mentiroso y fraudulento. Una anécdota humorística al respecto.

Antes de llegar al Infierno, el alma del difunto protestó violentamente:
—En vida yo fui noble, generoso y bien intencionado. ¿Se puede saber por qué me mandan aquí?
—No sé —respondió el encargado de recibir a los que iban llegando—. Lo único que puedo decirle es que tengo órdenes de ubicarlo en la sección “Mentirosos”.

Desgraciadamente la mentira es una puerta abierta a otras transgresiones más graves. No hay ladrón, ni adúltero, ni orgulloso que no sean mentirosos, porque necesitan ocultar las obras de las tinieblas. Sin embargo es experiencia común que la verdad tarde o temprano sale a la luz. “Vivir en la verdad nos hace realmente libres”, (Juan 8, 32). P. Natalio.

domingo, 15 de agosto de 2010


Salmo del amanecer


Buenos días, amigo/a.

Te ofrezco en esta mañana una hermosa oración para no fallar en la fe puesta en Dios que va siempre a tu lado. Esta oración está en total sintonía con la Biblia, donde encontrarás centenares de veces la expresión “Dios está contigo”, o sus variantes, especialmente en los salmos.

Dejado ya el descanso de la noche, despierto en la alegría de tu amor,
concédeme tu luz que me ilumine, como ilumina el sol.

No sé lo que será del nuevo día que entre luces y sombras viviré,
pero sé que si Tú vienes conmigo, no fallará mi fe.

Tal vez me esperen horas de desierto amargas y sedientas, mas yo sé
que si vienes conmigo de camino, jamás yo tendré sed.

Concédeme vivir esta jornada en paz con mis hermanos y mi Dios,
al sentarnos los dos para la cena, párteme el pan, Señor.

¿Bellísima oración, verdad? Puedes copiarla y tenerla a mano, para orar con ella a Dios que “te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal” (Salmo 121). Que la convicción de que “la bondad y el amor del Señor te acompañan a lo largo de tu vida” (Salmo 23) arraigue en tu corazón. P. Natalio.

sábado, 14 de agosto de 2010


La precipitación


Buenos días, amigo/a.

El mundo en que vives no te favorece para que cultives una actitud de sosiego y serenidad. Corres el riesgo de ser una persona llena de estrés y nerviosa, incapaz de concentración, evadida de si mismo, dispersa. No es fácil, pero es posible hacer un camino de progresiva serenidad y pacificación. Comienza por moderar el ritmo alocado que pretende envolvernos.

Un explorador blanco, ansioso por llegar cuanto antes a su destino, en el corazón de África, ofreció una paga extra a sus porteadores para que anduviesen más de prisa. Durante varios días, los porteadores apuraron el paso. Una tarde, sin embargo, se sentaron todos en el suelo y posaron la carga, negándose a continuar. Por más dinero que les ofreciese, los indígenas no se movían. Finalmente, cuando el explorador pidió una explicación por aquel comportamiento, obtuvo la siguiente respuesta: —Hemos andado demasiado de prisa, y ya no sabemos ni lo que estamos haciendo. Tenemos qué esperar a que nuestras almas nos alcancen.

Esa gente primitiva se había sentido disociada interiormente, vacía, como si el alma, —su yo interior profundo— los hubiera abandonado en su impaciente y aturdida carrera. Contrólate, y cuando adviertas que ya ni sabes lo que estás haciendo, busca tiempo para apaciguarte y reencontrar el equilibrio y armonía interior. Te deseo un día de mucha paz. P. Natalio.

viernes, 13 de agosto de 2010


El camino del gozo


Buenos días, amigo/a.

La Reina de la Paz te ofrece hoy un mensaje para que encuentres la alegría profunda del corazón: te enseña el camino de la paz interior. Ponte en la presencia de tu dulce Madre y escucha sus palabras. Se percibe en ellas su preocupación por tu verdadera felicidad.

“¡Queridos hijos! Hoy deseo envolverlos con mi manto y conducirlos a todos hacia el camino de la conversión. Queridos hijos, les ruego, entreguen al Señor todo su pasado, todo el mal que se ha acumulado en sus corazones. Yo deseo que cada uno de ustedes sea feliz, pero con el pecado nadie puede serlo. Por tanto, queridos hijos, oren y en la oración, ustedes conocerán el nuevo camino del gozo. El gozo se manifestará en sus corazones y así podrán ser testigos gozosos de lo que Yo y mi Hijo deseamos de cada uno de ustedes. Yo los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

María te está sugiriendo la actitud del niño que muestra con ingenuidad a su madre todas las heridas que se ha hecho en sus violentos juegos. Te ruega que lleves al Señor todo el mal acumulado en el corazón. Éste es el camino del gozo. El camino del perdón. Pero hay que comenzar con la oración. Que medites este alegre mensaje de paz. P. Natalio.

jueves, 12 de agosto de 2010

Jueves, 12 de agosto de 2010

El carrito del súper


Buenos días, amigo/a.

Nuestros actos, aunque insignificantes, pueden influir positivamente en los demás. Veamos algo tan simple como volver a su lugar el carrito del súper que hemos usado. No parece una gran cosa, ¿verdad? Pero observemos algo que realmente ha sucedido.

Un hombre y su pequeño hijo fueron de compras y, cuando cargaban los comestibles en el auto, el padre le dijo al niño que volviera el carrito a su lugar. “Vamos, papá”, respondió el hijo. “Hay carros por todos lados, nadie los pone de vuelta en su lugar. Para eso tienen empleados que lo hacen”. El padre dudó un momento, pensando si valía la pena continuar la discusión. Pero luego vio que una pareja de ancianos iban juntos llevando de vuelta el carrito que habían usado. Entonces le dijo al niño: “Hijo, hay dos clases de personas en el mundo: los que ponen los carritos de vuelta en su lugar, y los que no lo hacen. Nosotros somos del primer grupo”.

Seguramente la pareja de ancianos no se enteró de qué modo su buena acción había influido en la educación de un niño. El muchachito no se olvidará de esa lección. Esta anécdota hace pensar de qué manera nuestros actos pueden influir en los demás. Albert Einstein escribió: “Dar ejemplo no es la forma principal de influir en los demás, sencillamente es la única forma”. Amigo/a, con fe y perseverancia persiste en dar buenos ejemplos. P. Natalio.

miércoles, 11 de agosto de 2010


Sé indulgente


Buenos días, amigo/a.

Para amar de verdad es preciso vivir ciertas actitudes en la realidad cotidiana, como compasión, comprensión, paciencia, indulgencia. ¿Qué es la indulgencia? “Facilidad en perdonar las culpas ajenas”, según el diccionario. El verdadero amor perdona una y otra vez las debilidades del prójimo, como le respondió Jesús a Pedro: “No siete, sino setenta veces siete”.

¡Qué fácilmente creemos que nos faltan nuestros prójimos, que no nos estiman, que no nos quieren! Basta ver el rostro de un amigo un poco más sombrío que de costumbre para persuadirnos de su indiferencia o de su frialdad. O bien uno ha dicho a la ligera una palabra que nos ha disgustado, acaso un imprudente nos recordó palabras proferidas contra nosotros, y de todas estas tonterías hacemos una montaña. Como triste consecuencia queda una amistad turbada y quizás perdida por pequeñeces… Sé indulgente, no conserves ningún resentimiento por las palabras inconsideradas que se han dicho contra ti; excusa los descuidos, las ligerezas de las cuales eres víctima, en fin, muestra siempre un semblante amable. Así estarás en paz con tu prójimo y vivirás la caridad cristiana, que es imposible practicar sin ser indulgente a cada instante.

Todos tenemos dificultades para ser indulgentes. Pero el Señor nos lo pide en el evangelio y dio ejemplo de perdón magnánimo en la cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Sabemos que “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado”. Abrámonos al amor divino para que actúe en nuestro corazón. P. Natalio.

martes, 10 de agosto de 2010


Nos mira con amor


Buenos días, amigo/a.

La Biblia nos asegura que “el Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres, desde su morada observa a todos los habitantes de la tierra; él modeló cada corazón y comprende todas sus acciones” (Salmo 33). Esta mirada tiene su predilección por los humildes, los sencillos, los justos, los que sirven al Señor.

Un ladrón a media noche se mete en una casa a robar. Entra por una ventana, y cuando está adentro en la oscuridad oye una voz que dice: —¡Jesús te está mirando! Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego, como ve que no ocurre nada, continúa. Y de nuevo la voz le dice: —¡Jesús te está mirando! El ladrón asustado prende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice: —¡Ahhh que susto me diste! ¿Cómo te llamas lorito? Y el loro le responde: —Me llamo Pedro. —Pedro es un nombre extraño para un loro. Y el loro le contesta: —Más extraño es el nombre “Jesús” para un Doberman.

Una vez Dios se apareció a Abrahán y le dijo: “Camina en mi presencia y sé perfecto” (Gen. 17, 1). Convencido de que tu vida externa e interna se desarrolla ante la mirada de Dios, estarás atento a no ofender los divinos ojos con pensamientos o acciones. Así avanzarás por el camino de la honestidad hacia la perfección. Que el Señor te bendiga en este día. P. Natalio.

lunes, 9 de agosto de 2010


Vigila tus pensamientos


Buenos días, amigo/a.

La calidad moral de tus pensamientos y sentimientos es determinante para tu personalidad. Por lo tanto se impone que vigiles a la puerta de tu mente y corazón para que no se instalen en tu interior ni emociones innobles, ni ideas insanas que originarían un desastre en tu vida. Esta orientación es unánime en pensadores y jefes religiosos. Lee esto de Mahatma Gandhi:

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.
Cuida tus palabras porque se volverán actos.
Cuida tus actos porque se harán costumbres.
Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter porque formará tu destino.
Y tu destino será tu vida.

No hay duda de que tu vida es el resultado de tus pensamientos habituales. Sí, si tienes pensamientos felices, serás feliz. Si tienes pensamientos desdichados, serás desdichado. Si tienes pensamientos temerosos, tendrás miedo. Si piensas en el fracaso, seguramente fracasarás. Según un hombre piensa en su corazón, así es él. Elige bien. Hasta mañana. P. Natalio.

domingo, 8 de agosto de 2010


Qué es un niño


Buenos días, amigo/a

“Un niño es un muchachito que tiene el apetito de un caballo, el estómago de un tragaespadas, la energía de una carreta cargada de piedras, la curiosidad de un gato, los pulmones de un dictador, la fantasía de un Julio Verne y, cuando se pone a fabricar algo, tiene cinco martillos por mano” (A. Beck). Los escritores nos han dejado simpáticas semblanzas del niño. Aquí tienes otra, cuyo autor desconozco.

Un niño es el regalo de Dios para tus días tristes. Es el movimiento y el torbellino de la vida que se agita, que salta, que corre, que sueña, que sonríe y se duerme. Un niño es siempre una esperanza, un por qué vivimos y trabajamos sin dar lugar a la fatiga. Un niño es un misterio impenetrable: ¿qué será de él en el futuro? Un niño es el interrogante permanente sobre el mundo que hemos construido, sobre los valores que nos movilizan, sobre el destino de nuestra humanidad... ¿Saldría el sol cada mañana si ellos no iluminaran nuestras noches? ¿Podríamos vivir sin su bullicio, sin sus sonrisas, sin la abismante profundidad de sus preguntas? Sí, un niño es un hermoso regalo de Dios para tus días tristes.

“Un pequeñín vale tanto que es nuestro carcelero, nuestro superior, nuestro mandamás: un terremoto en miniatura con la cara manchada de chocolate y barro. Pero cuando por la tarde vuelven padre y madre, cansados, disgustados y llenos de preocupaciones, él es el único capaz de renovar las esperanzas y de colmar de alegrías con sus mágicas palabras: "hola, papá"; "un besito, mamá". (A. Beck). Que este regalo de Dios renueve tu alma y tus energías al comenzar un nuevo día. P. Natalio.

sábado, 7 de agosto de 2010


Súplica de vitalidad


Buenos días, amigo/a.

Quizás a veces, al sonar el despertador, no te sientes con las energías y el ánimo dispuesto a afrontar la jornada que comienza. Aquí te ofrezco una oración muy a propósito para activar tus energías. Empieza poniéndote en la presencia de Dios, y pídele con fe y humildad renueve tus fuerzas. Es una oración del libro “Un estímulo para cada día”, del P. Víctor Fernández.

Dios potente y fuerte, que todo lo sostienes, mira mi debilidad y penetra todo mi ser con ese poder que no tiene límites. Fortalece cada fibra de cuerpo y de mi interior. Así yo sabré que nada podrá derribarme, porque ningún poder humano, ninguna enfermedad y ninguna dificultad pueden ser más fuertes que tú. Lléname de tu vida intensa, Señor, infunde tu dinamismo en mis acciones, lléname de fortaleza e inunda de vitalidad todo mi ser. Quiero vivir en ti, respirarte, beberte, hacerme firme en ti. Toma toda mi vida, Señor amado. Amén.

Puedes profundizar esta oración, repitiendo varias veces: “Señor, ayúdame a afrontar los desafíos de este día con nuevas energías, nuevas ideas, nueva vida, nueva actividad. Que sepa poner en acción las habilidades y talentos que tú me has dado. Gracias, Señor”. Te deseo que experimentes el poder renovador de la oración. P. Natalio.

viernes, 6 de agosto de 2010


El monte Tabor


Buenos días, amigo/a

Hoy celebramos el misterio de la transfiguración de Jesús. El monte Tabor, donde Jesús se transfiguró y mostró a los tres apóstoles la gloria de su divinidad en su rostro y vestiduras resplandecientes, es un buen símbolo para avivar tu esperanza y recobrar las fuerzas, cuando la vida te golpee y te visiten las frustraciones.

Para la cruz y la crucifixión, para la agonía debajo de los olivos, nada mejor que el monte Tabor.
Para los largos días de pena y dolor, cuando se arrastra la vida inútilmente, nada mejor que el monte Tabor. Para el fracaso, la soledad, la incomprensión, cuando es gris el horizonte y el camino, nada mejor que el monte Tabor. Para el triunfo gozoso de la resurrección, cuando todo resplandece de cantos, nada mejor que el monte Tabor.

Acabas de leer un buen poema para ambientar la meditación de Mateo 17, 1-9. En el Tabor Jesús pareció liberar y desatar al Dios que era y tenía contenido en su humanidad. Los apóstoles tuvieron la sensación viva de haber entrado en contacto con lo más profundo de la divinidad. Jesús se encaminaba hacia la muerte, pero con la seguridad de que el triunfo coronaría su vida. Este misterio de luz debe fortalecer tu fe y esperanza en la gloria que te aguarda también a ti. P. Natalio.

jueves, 5 de agosto de 2010


Ayudar y servir


Buenos días, amigo/a

“Si te preocupas demasiado por ti mismo, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti”, Teresa de Calcuta. “Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos”, Albert Einstein.

En los tiempos de la guerra civil de los EE. UU., durante los preparativos para una batalla, un hombre vestido de civil pasó cerca de un cabo, que con arrogancia daba instrucciones a sus hombres para que levantaran una pesada viga. El hombre se detuvo y preguntó al cabo: —¿Por qué no les ayuda? —Señor, —fue la indignada respuesta—, ¡soy un cabo! Murmurando una disculpa, el desconocido se quitó el saco y puso manos a la obra para ayudar a los soldados.
—Señor cabo, —dijo cuando el trabajo quedó terminado—, siempre que no tenga usted suficientes hombres para hacer un trabajo, llame a su General en Jefe. Tendré mucho gusto en ayudar. Con estas palabras, Jorge Washington se puso el saco y se alejó.

Jacinto Benavente, pensador español y premio Nobel de literatura, dijo: “Cuando dejamos a un lado nuestra dicha y nos concentramos en hacer dichosos a los demás, mágicamente nos envuelve también a nosotros la felicidad”. El Señor te acompañe y bendiga. P. Natalio.

miércoles, 4 de agosto de 2010


Pelea de hermanitos


Buenos días, amigo/a

Hoy recordamos al patrono de los curas párrocos, san Juan Vianney. Un hombre humilde que a duras penas pasó los exámenes antes de ser ordenado sacerdote. Durante décadas multitudes acudían a venerarlo como a una reliquia. Eran personas de toda clase y condición que deseaban confesarse con el carismático Cura de Ars.

Juan Vianney poseía un rosario que apreciaba mucho. A su hermanita, a quien superaba en dieciocho meses, le agradó también y quiso apoderarse de él. Hubo una escena violenta entre los hermanitos: gritos, pataleo y un amago de combate... El niñito corrió hacia su madre, entristecido. «Hijo mío, dale tu rosario, le dijo con voz dulce, pero firme; sí dáselo por amor de Dios». Y al instante el niño le alargó sollozando el rosario. Notable sacrificio de un niñito de cuatro años. Para consolarlo la madre le dio una pequeña imagen de madera de la Virgen María. Quedó muy contento. «Cuánto amaba yo aquella imagen, nos dirá pasados setenta años. No podía separarme de ella ni de día ni de noche. La Santísima Virgen es mi mayor afecto; la amaba aun antes de conocerla».

Un día de 1829, después de la oración de la tarde, el Cura de Ars acababa de subir a su habitación. De repente, un recio puñetazo conmueve la puerta del patio. Después de dos o tres sacudidas a cuál más violenta, el Cura se decide a bajar y abrir. Un carretero le está aguardando. Ha dejado los animales delante de la iglesia. “Venga, le dice, es un asunto delicado; quiero confesarme y enseguida”. Haz una oración por tu párroco en su día. P. Natalio.

martes, 3 de agosto de 2010


Puede tardar días… o años


Buenos días, amigo/a.

Para iniciar la jornada con una sonrisa, te ofrezco hoy un cuento humorístico, que también ofrece ocasión para reflexionar con sabiduría.

Un señor llama nerviosamente por teléfono preguntando:
—¿Ha llegado el señor intendente?
— No, señor.
—¿Tardará mucho?
—No lo sé. Puede tardar días, meses o años.
— Pero, ¿con quién tengo el gusto de hablar?
— Con el administrador del cementerio...
— Perdón, equivocado.

El número estaba equivocado, pero no la afirmación del administrador del cementerio. Porque es verdad que el señor intendente, con una agenda llena de compromisos e importantes actuaciones, podía llegar al cementerio —no por sus pies, sino llevado a pulso de personas comedidas—, en término de horas, días, meses o años. Sólo Dios sabe cuándo termina tú vida, mi vida, la del intendente, en este mundo. ¿Lo pensamos? Es una reflexión seria, pero saludable, porque te urge y motiva a llevar una vida justa y recta a los ojos del Señor. Si te parece, cuenta este chiste a tus amigos. P. Natalio.

lunes, 2 de agosto de 2010


Como un niño…


Buenos días, amigo/a.

Confiar en Dios, es depositar toda tu fe en él. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y confiar sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles. Reflexiona sobre esta parábola contemporánea.

Una noche soñé que caminaba a lo largo de una playa, acompañado por Dios. Durante la caminata muchas escenas de mi vida se fueron proyectando como en una pantalla en el cielo. Según iban pasando las escenas, notaba que unas huellas se formaban en la arena. A veces aparecían dos pares de huellas, otras veces solamente aparecía un par de ellas. Esto me preocupó grandemente, porque pude notar que durante las escenas que reflejaban etapas tristes en mi vida, cuando me hallaba sufriendo de angustias, penas o derrotas, solamente podía ver un par de huellas en la arena. Entonces le dije a Dios: “Señor, tú me prometiste que si te seguía, caminarías siempre a mi lado. Sin embargo, he notado que durante los momentos más difíciles de mi vida, sólo había un par de huellas en la arena. ¿Por qué cuando más te necesitaba, no estuviste caminando a mi lado?” El Señor me respondió: “Las veces que has visto sólo un par de huellas en la arena, hijo mío, ha sido cuando te he llevado en mis brazos”.

Dios nos supera de manera insospechada en amor, bondad, delicadeza. Todo esto lo comprenderás en plenitud en la vida futura. Entretanto él valora tu fe, tu abandono incondicional en sus brazos, el haber llegado a lo que Jesús dijo: “Si no te haces como un niño no entrarás en el Reino de lo Cielos”. Te deseo un gran crecimiento en confianza. P. Natalio.

domingo, 1 de agosto de 2010

Domingo 1 de agosto de 2010

Cambio de rumbo


Buenos días, amigo/a

Hoy recordamos a san Alfonso María de Ligorio. En una ocasión hizo una opción que le cambió el rumbo que llevaba. A lo largo de tu vida Dios se hace presente invitándote a dar pasos hacia una misión que te ha preparado para hacerte feliz. Está atento para captar estos llamados del Señor, porque aparecen de la manera menos pensada.

Alfonso de Ligorio, joven y brillante abogado napolitano, en 1723 defendió al Doctor Orsini contra el gran Duque de Toscana en un famoso pleito. La defensa de Alfonso fue elocuente y contundente, seguida por un interminable aplauso. De inmediato el abogado del Duque se le acercó y, mostrándole un papel, le dijo: «Todo lo que nos has dicho con tanta elocuencia cae por su base con este documento». Alfonso leyó, se dirigió al tribunal y exclamó: «Señores, me he equivocado». A partir de ahí comienza una fuerte crisis interior. Dejó la abogacía, fue ordenado sacerdote. Organizó misiones populares. Fue hecho obispo. Fundó la congregación de los redentoristas. Al morir (1787) dejó escritos un centenar de libros orientadores.

Hay personas que al organizar su propia vida se plantean la pregunta ¿dónde puedo ser más útil a los demás? Es un buen planteo desde el vamos, porque han dejado a un lado la propia comodidad y ventaja, para centrarla en el prójimo. Es un enfoque que pone el servicio en primer lugar. Eso hizo san Alfonso y dio un nuevo rumbo generoso a su vida. P. Natalio.