Vengan a mí
Buenos
días, amigo/a
Jesús Salvador te ofrece descanso, orientación
y seguridad. Él es fuerza y poder de salvación, de vida en abundancia, de
alegría y gozo sin fin. Por la fe y el amor, unidos al Salvador, nuestra vida
se potencia. Como el metal, sumergido en el fuego, se pone incandescente, así
tu vida se hace ardiente al unirse a Jesús, que vino a traer fuego a la tierra.
Él te dice:
“Vengan a mí todos los
que están fatigados y sobrecargados, y yo les daré descanso. Vengan a mí todos
los que están deprimidos y agobiados, y yo les daré alivio. Vengan a mí todos
los que están desorientados y sin sentido, yo soy el camino. Vengan a mí todos
los que están en tinieblas y sombras de muerte, yo soy la luz. Vengan a mí,
mansos y humildes, y encontrarán un remanso para su alma. Jesús”
Como la lámpara eléctrica, fría e incolora,
irradia de repente claridad, así te transformarás desde dentro de tu alma al
contacto de la gracia santificadora de Jesús. Como la naturaleza se anima bajo
los bienhechores rayos del sol, así tu vida se desarrollará bajo el influjo
salvador de Jesús. “El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto”,
dijo el Señor. P. Natalio.