sábado, 30 de noviembre de 2013

Pregunta importante

Buenos días, amigo/a.

Toda persona es digna de consideración, y merece tu respeto y el mío.
Alguien escribió que el sonido más dulce y querido para cualquiera de
nosotros es el propio nombre y apellido. Ahí tienes un camino para
llegar al corazón de los demás. Pon atención en recordar los nombres.
Lee ahora la anécdota de este día. Es una historia real.

Aquel año, durante el segundo semestre en la escuela, nuestro profesor
nos tomó un examen sorpresa. Yo era un estudiante consciente y leí
rápidamente todas las preguntas, hasta que leí la última: ¿Cual es el
nombre de la mujer que limpia la escuela? Seguramente esto será algún
tipo de broma, pensé. Yo había visto muchas veces a la mujer que
limpiaba la  escuela. Era alta, cabello oscuro, como de cincuenta
años, pero, ¿cómo iba yo a saber su nombre? Entregué mi examen,
dejando la última pregunta en blanco. Antes de que terminara la clase,
alguien le preguntó al profesor si la ultima pregunta contaría para la
nota del examen. Evidentemente, dijo el profesor. En sus carreras
ustedes conocerán muchas personas. Todas son importantes. Ellos
merecen su atención y cuidado, aunque solo les sonrían y digan ¡Hola!
Yo nunca olvidé esa lección. También aprendí que su nombre era Elena.

Había un señor que en las fiestas recibía a los invitados y les
preguntaba su nombre. Al final del banquete repetía nombre y apellido
de los cien o más presentes. Un aplauso interminable ovacionaba a este
prodigio de retentiva, Harry Lorrayne, autor de “Cómo desarrollar una
supermemoria”. Algo puedes hacer para mejorar tu memoria. Vale la pena
intentarlo. P. Natalio.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Orando junto al mar

Buenos días, amigo/a

Cuando llegan los días calurosos salimos al campo, las sierras y el
mar a buscar, en  contacto con la naturaleza, descanso y renovación.
Ahí están los amplios espacios, el aire puro, la presencia de animales
y aves en su propio ambiente. Todo en un clima de paz y silencio. Es
también ocasión  para encontrarte con quien hizo el cielo, la tierra y
el mar y cuanto contienen.

Bendito seas, Dios mío, por nuestro hermano el mar, que has hecho azul
y agitado de movibles
ondulaciones. Por nuestras hermanas las olas, que has hecho glaucas y
coronadas de espuma blanca. Por nuestro hermano el sol, que arroja a
manos llenas todo su fuego sobre el mar. Por nuestro hermano el cielo,
que has hecho resplandeciente de luces. Bendito seas también, Dios
mío, por nuestro hermano el barco, a quien permites llevarnos entre
dos inmensidades. Y por esta grandeza que nos rodea, haznos
comprender, Dios mío, lo pequeño que somos y que tenemos necesidad de
Ti. (Guy de Larigaudie).

Entrar en contacto un poco más prolongado con la naturaleza te acerca
a una verdadera fuente de sabiduría. Allí surgen emociones y vivencias
que te hacen amar más la vida, para volver luego a tus ocupaciones
habituales con nuevas energías y nuevas ideas. Que aproveches la
fuerza renovadora de estos días especiales. P. Natalio.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Antes de aterrizar

Buenos días, amigo/a


Más o menos con frecuencia surgen en tu vida los imprevistos.
Situaciones inesperadas, que te exigen una reacción rápida. Necesitas
sangre fría y aplomo. Aquí juega mucho la experiencia: haber vivido o
bien escuchado o leído casos semejantes, y tener un esquema de buenos
reflejos. Por eso se ensaya cómo evacuar un edificio en caso de
incendio o movimiento sísmico.

En un avión de pasajeros ocurrió un desperfecto. El capitán anunció a
los pasajeros:
—Señoras y señores, les informo que uno de nuestros motores se detuvo,
tendremos que permanecer 15 minutos más volando para aterrizar. A los
15 minutos el piloto volvió a anunciar:
—Señoras y señores, hemos perdido otro de nuestros motores, tendremos
que permanecer 15 minutos más en el aire para pedir ayuda. La tercera
vez el piloto informó:
—Hemos perdido el tercer motor. Entonces un pasajero muy preocupado exclamó:
—¡Dios mío, si la cosa sigue como va, permaneceremos aquí todo el día!

En la vida moral también pueden ocurrirte situaciones de peligro que
se llaman “tentaciones”. Jesús nos aclara que para vencerlas
necesitamos estar atentos y orar pidiendo fortaleza para no caer en
las seducciones del mal. Está claro también que no debes buscarte las
ocasiones de fallar porque “el que busca el peligro en él perecerá”.
Que Dios te proteja y bendiga. P. Natalio.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Por una vida intensa

Buenos días, amigo/a.

Todos los bienes y dones, —como escribe el apóstol Santiago— nos
vienen del Padre de los astros luminosos. Aquí te ofrezco una súplica
para los días en que te encuentres sin energía, sin voluntad de
comenzar la jornada, sin ese empuje y alegría que necesitas para
afrontar tus responsabilidades. Es del P. Víctor Fernández en su libro
“Un estímulo para cada día”.

Señor, a veces me siento débil. Fortalece cada fibra de mi cuerpo y de
mi interior. Así yo sé que nada podrá derribarme, porque ningún poder
humano, ningún problema, ninguna enfermedad y ninguna dificultad
pueden ser más fuertes que tu amor. Lléname de tu vida intensa, Señor,
infunde tu dinamismo en mis acciones, inunda de vitalidad todo mi ser,
renueva mis deseos de vivir. Ayúdame para que una vez más pueda elegir
la vida en lugar de la muerte, la alegría en lugar de la melancolía,
la esperanza en lugar del desánimo, el empeño en lugar de los
lamentos. Tú que eres pura vida, inúndame, Señor. Amén.

En la Biblia hay expresiones que puedes repetirte al comenzar el día:
“Yo espero en el Señor, él es mi auxilio y escudo; en su santo nombre
confío” (S. 33). “El que confía en el Señor renueva sus fuerzas,
despliega alas como las águilas; corre y  no se agota, avanza y no se
fatiga” (Isaías 40, 31). Que pases un día muy feliz. P. Natalio.

martes, 26 de noviembre de 2013

Anillo de diamantes

Buenos días, amigo/a

“Vanidad de vanidades y todo vanidad”, dice la Biblia. La vanidad y la
inconsistencia de la belleza, del poder, de la fama, del dinero, tiene
especial actualidad en nuestra civilización que propone como supremo
ideal de la vida del hombre el bienestar, el placer, la acumulación,
sin límite, de los bienes materiales. Jesús, en cambio, dice: “Sean
ricos a los ojos de Dios”.

—Mi amor, anoche soñé que el domingo, en mi cumpleaños, me regalabas
un anillo de diamantes, ¿Qué significado tendrá ese sueño?
—¡Tranquila, mujer, que el domingo lo sabrás! El domingo por la mañana
el hombre le entrega a su esposa un paquete envuelto en papel de
regalo y con un elegante adorno. La dama muy emocionada lo abre y
encuentra un libro: "El significado de los sueños".

El sentido de nuestra vida no cabe en el corto espacio que media entre
la cuna y la tumba. Hay que buscarlo más allá. El Eclesiastés, con su
tono sombrío, señala que las cosas de este mundo son "poca cosa". No
bastan para hacernos felices. No basta toda la prosperidad del mundo
para colmar las ansias eternas del corazón del hombre. ¡Buena
meditación! P. Natalio.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Salir de uno mismo

Buenos días, amigo/a

El mal ha entrado en el mundo por la puerta del egoísmo humano, que es
negación del amor y búsqueda desenfrenada del propio bienestar. Cada
día puedes empezar a ser generoso en gestos pequeños. Con la práctica
se te irá abriendo el corazón, descubrirás la alegría de dar y
comprobarás, maravillado, que recibes mucho más de lo que das.

Partir es, ante todo, salir de uno mismo, romper la coraza de egoísmo
que intenta aprisionarnos en nuestro propio “yo”. Partir es dejar de
dar vueltas alrededor de uno mismo, como si ése fuera el centro del
mundo y de la vida. Partir es no dejarse encerrar en el círculo de los
problemas del pequeño mundo al que pertenecemos, cualquiera sea su
importancia. La humanidad es más grande, y es a ella a quien debemos
servir. Partir no es devorar kilómetros, atravesar los mares o
alcanzar velocidades supersónicas. Es, ante todo, abrirse a los otros,
descubrirlos, ir a su encuentro; abrirse a otras ideas, incluso a las
que se oponen a las nuestras. Es tener el aire de un buen caminante.
(Mons. Helder Cámara).

Ayudar y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda
generosamente a los demás. De este olvido de ti mismo, surgirá como
por magia, tu propia felicidad y alegría, tu auténtica realización.
“Dormí y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi  que la vida era
servicio. Y, en el servicio,  encontré la alegría” (Tagore). ¡Siempre
listo para servir!  P. Natalio.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Día de Acción de Gracias

Buenos días, amigo/a.

Hoy es el día de la Acción de Gracias. Ocasión oportuna para recordar
las palabras salvadoras que te alentaron, las manos generosas que te
ayudaron, los corazones abiertos que compartieron tus penas y
alegrías… y agradecerles a ellos y a Dios, “de quien proviene todo don
bueno y perfecto” (Santiago 1,17), las bendiciones recibidas en este
año que llega a su fin.

Ese día la maestra pidió a sus alumnos de primer grado que dibujaran
algo con lo que estuvieran agradecidos. Eran de familias pobres, ¿qué
tendrían que agradecer?, —pensó la docente—. Tal vez dibujarían platos
de comida, o alguna cosa por el estilo. Sin embargo, la maestra se
sorprendió mucho con un dibujo: era una mano, dibujada de forma
sencilla e infantil. Toda la clase quedó encantada con aquel dibujo.
—Pero, ¿de quién es esta mano? Preguntó la maestra. —Creo que debe ser
la mano de Dios, dijo un niño. —No, yo creo que es la mano de una
señora que alimenta sus gallinas, dijo otro. Mientras continuaban su
trabajo, la maestra se acercó al chico y le preguntó de quién era la
mano. —Es su mano, señorita, dijo.
Entonces ella recordó que a veces, en el recreo, había tomado de la
mano a este niño raquítico y desamparado. ¡Eso había significado mucho
para él!

La maestra, con intuición materna, había prodigado una muestra de
cariño a esa criatura, privada sin duda de atención en su casa. Y
había logrado con acierto saciar esa ansia de ternura de aquel pequeño
corazón. ¡Qué hermoso es que puedas llegar a las personas con gestos
que se graben significativamente en su recuerdo!  P. Natalio.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Mensaje de Jesús para ti


Buenos días, amigo/a.

La actitud de confianza en Dios es fundamental en la Biblia: recorre
casi todas sus páginas; las personas que desfilan por ellas son
confrontadas con esta señal del varón justo, que busca a Dios como su
único bien y poderoso refugio. La confianza es un aspecto de la misma
fe, pero tiene una nota afectiva y cordial. El trozo de hoy es de una
suavidad y dulzura inefables.

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor. Cuando te
abandones en mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis
designios. No desesperes; no me dirijas una oración agitada, como si
quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Déjame ser Dios y
actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y
deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente: “Jesús, yo confío en
ti”. Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo. Yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración,
sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía. Continúa
diciéndome a toda hora: “Jesús, yo confío en ti”. Y verás grandes
milagros. Te lo prometo por mi amor. Jesús.


Esta confianza, que es entrega y abandono en el Señor, te dejará
sereno y tranquilo en medio de las tempestades de la vida, porque te
has fiado nada menos que de Dios que es poderoso, bondadoso y fiel a
su Palabra. El salmista afirma: “Dichoso el hombre que ha puesto su
confianza en el Señor porque no quedará defraudado”.  Anímate a
intentarlo. P. Natalio.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Las ilusiones

Buenos días, amigo/a.

Madurez es la capacidad de tomar una decisión y sostenerla. Los
inmaduros pasan sus vidas explorando posibilidades para al fin no
hacer nada. Viven de ilusiones y sueños que los distraen de un camino
real y concreto desde el cual, paso tras paso, con esfuerzo
perseverante, podrían  forjarse un destino glorioso. Aquí te ofrezco
una fábula que ilustra esta verdad.

Sorprendió un león a una liebre que dormía tranquilamente. Pero,
cuando estaba a punto de devorarla, vio pasar a un ciervo. Dejó
entonces a la liebre por perseguir al ciervo. Despertó la liebre ante
los ruidos de la persecución, y no esperando más, emprendió su huída.
Mientras tanto el león que no pudo dar alcance al ciervo, ya cansado,
regresó a saciarse con la liebre y se encontró con que también se le
había escapado. Entonces se dijo el león: —Bien me lo merezco, pues
teniendo ya una presa en mis manos, la dejé para ir tras la esperanza
de obtener una mayor. Esopo.

Madurez es perseverancia, es la habilidad de realizar un proyecto a
pesar de las dificultades, cerrándote con decisión a las ilusiones que
distraen y seducen. Que no seas de aquellos que sueñan con un jardín
allá lejos en el horizonte y no disfrutan las rosas que florecen junto
a su ventana. Te deseo un día provechoso. P. Natalio.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Si los pájaros hablaran…

Buenos días, amigo/a.

Es justo amar la tierra y cuanto la adorna y enriquece; por eso nos
sentimos solidarios con el movimiento ecologista que lucha por el uso
responsable de los bienes naturales. Ha llegado a mis manos una
advertencia para que protejamos a las criaturas aladas de nuestro
planeta, de las cuales —como sabemos— algunas especies van
desapareciendo.

Niño: tú que algunas veces me persigues, mírame bien. Yo soy el
protector más importante de la agricultura. Yo destruyo por millares
los insectos que constituyen las plagas de las plantas. Yo enseñé al
hombre el arte de la cestería, mostrándole mi nido. Le he sugerido
también la idea de volar corno yo, y ha construido sus aviones. La
inmensa variedad de mis nidos le ha sugerido multitud de ideas. No me
mates para lucirme en tu sombrero o envanecerte de tu puntería. Yo soy
el enemigo de los insectos que destruyen las legumbres, los cereales y
las frutas, que constituyen tus mejores alimentos. No me hagas víctima
de tu deporte de caza. Yo distraigo con mi dulce y armonioso canto tus
horas de fastidio. No destruyas mi nido, que es el sencillo hogar de
mis pequeños hijos. Si eres bueno, como creo, no me tengas preso entre
alambres; no me hagas mal y andaré sin temor más cerca de ti.

Hace poco una joven profesora de educación física me contó que con una
compañera realizó una excursión inolvidable a la quebrada de El
Condorito (Córdoba). Me refirió que al comer un tentempié con su
amiga, se le acercaron los pájaros para picotear casi en sus manos.
Fue una vivencia inolvidable. Era como vivir en la isla de Robinson
Crusoe. P. Natalio.

martes, 19 de noviembre de 2013

El águila agradecida

Buenos días, amigo/a

Ser agradecido es una virtud humana muy digna. Dar las gracias ante un
favor, ante un buen gesto, ante una atención recibida, es una forma
concreta de reconocer que lo que han hecho por nosotros, nos agrada,
nos beneficia, nos hace bien... Quien posee esta virtud, es una
persona de buen corazón. Una fábula de Esopo da luz a esta reflexión.

Encontró un labrador un águila apresada en la trampa y, admirado por
su belleza, la soltó y le dio libertad. El águila, que no fue ingrata
con su bienhechor, viéndole sentado al pie de un muro que amenazaba
derrumbarse, voló hasta él y le arrebató con sus garras la cinta con
que se ceñía su cabeza. Alzóse el hombre para perseguirla. El águila
dejó caer la cinta; la tomó el labriego, y al volver sobre sus pasos
halló desplomado el muro en el lugar donde antes estaba sentado,
quedando muy sorprendido y agradecido de haber sido  así retribuido
por el águila.

Poco de lo que somos o poseemos lo hemos logrado por mérito propio.
Generalmente, se lo debemos a alguien. Un inmenso desfile de quienes
merecen que les demos las gracias, puede aparecer delante de nuestros
ojos con sólo pensarlo: padre, maestros, familiares, amigos,
servidores públicos, antepasados… ¿Descubriste la alegría de ser
agradecido? P. Natalio.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Tareas necesarias

Buenos días, amigo/a.

Tú eres parte de grupos humanos y tus tareas contribuyen a lograr los
objetivos que dan sentido a la existencia del grupo. Por lo tanto es
importante que aprecies y respetes a todos los que contigo llevan
adelante esa organización. Y sientas la alegría y la responsabilidad
de aportar lo que te corresponde para tu propia satisfacción y la de
tus compañeros.

En cierta ocasión, sabios profesores de una congregación religiosa
fueron recibidos por el Papa san Pío X. Con ellos se hallaba un
hermano benemérito, ya anciano, el cocinero de la casa, que nunca
había visto a su Santidad. Cuando llegaron, el Papa le preguntó
precisamente a él qué ciencia enseñaba. —Santo Padre, —tartamudeó el
pobre, confuso—, yo soy solamente cocinero. —Estupendo, —replicó el
Papa—. Usted es más necesario que ningún otro para estos sabios
profesores. ¿Qué harían ellos y que sería de su ciencia, si usted no
pensara en sus estómagos? Casi nunca lo más necesario es lo más
brillante. El trabajo de una madre de familia o de un ama de casa no
luce ni sale en los periódicos. Pero es el más necesario para que el
mundo siga adelante. La nafta no luce en el coche, no se ve, pero lo
hace andar...

Que sepas valorar el trabajo permanente de mamá en el orden de la
casa, en la cocina, en el lavado, etc. No es el más brillante, pero es
tan indispensable, ¿verdad? Dale gracias y ayúdala con cariño y
comprensión. El bienestar, orden y paz del hogar es un beneficio que
gratifica a toda la familia. ¿Por qué no empezar hoy? Dios te bendiga.
P. Natalio.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Súplica de paz interior

Buenos días, amigo/a

Defiende y cultiva la paz en tu corazón, porque es el clima
indispensable para crecer en plenitud en todas las dimensiones de tu
vida. Vigila cuanto entra en tu corazón para que no se infiltre en él
el polvo de la ansiedad, el ácido de la irritación, o el veneno del
odio. Gozar de la paz profunda del alma merece estar en permanente
alerta. Del P. V. Fernández es esta oración:

Señor, mira mi mente y mi imaginación. Ayúdame a dominarlas para que
reine la paz en mi interior. Domínalas tú con tu santísima luz. Calma
ese mundo interior alocado y llévate lejos todo pensamiento que
provoque angustias o nerviosismos. Armoniza esas imágenes desordenadas
que dan vueltas dentro de mí, para que pueda reflexionar serenamente,
orar en calma y vivir sin preocupaciones inútiles. Llena mi mente de
pensamientos buenos y bellos, para que pueda recuperar la claridad
interior y caminar en tu paz. Quiero que seas tú el Señor de mi cabeza
y que reines glorioso en mi vida interior. Amén.

San Francisco de Sales, el santo siempre dulce y amable, te da este
valioso consejo: “No dejes que el enojo ocupe el más mínimo lugar de
tu corazón. Deséchalo por completo, aún cuando parezca justificado y
razonable. Porque una vez que entra en tu corazón, es difícil
desarraigarlo”. Defiende con incansable dedicación la paz interior. P.
Natalio.

sábado, 16 de noviembre de 2013

En un ómnibus

Buenos días, amigo/a

La regla de oro de las grandes religiones es el amor al prójimo. En el
libro de Tobías el anciano ciego, sintiéndose cercano a la muerte, dio
preciosos consejos a su hijo. Entre ellos se destaca: “No hagas a
nadie lo que no te agrada a ti”. Norma fundamental y obvia, pero
tantas veces transgredida por egoísmo o inconsciencia. “Al final de la
vida se nos juzgará por el amor”.

Érase una vez un borracho que subió a un ómnibus en el que viajaba
mucha gente, y parándose en el pasillo empezó a gritar: —Los de la
derecha son unos tarados, los de la izquierda son unos idiotas, los de
atrás son unos imbéciles y los de enfrente son unos estúpidos. Cuando
escuchó eso el conductor, frenó sorpresivamente, y toda la gente cayó
al piso, incluyendo al borracho, y muy enojado el chofer tomó al
borracho por el cuello y le preguntó: —¡Ahora sí, dime, ¿Quiénes son
unos tarados, unos idiotas, unos imbéciles y unos estúpidos? Y el
borracho contestó: —Ya ni sé, ¡están todos revueltos!

La buena convivencia comienza por el respeto. Respetas a una persona
cuando la tienes por lo que es: un ser humano con toda su dignidad.
Una forma distinguida de respeto es el trato cortés y urbano. Las
reglas fundamentales de la cortesía son bien simples: alabar lo bueno
de los otros, suprimir los reproches, dar importancia a los demás y
prestarles atención. P. Natalio.

viernes, 15 de noviembre de 2013

El trabajo de cada día

Buenos días, amigo/a.

Los caminantes saben que cada tanto es razonable detenerse para
descansar. También hay en los trabajos cotidianos pausas para recobrar
fuerzas. De la misma manera el hijo de Dios se toma un breve tiempo a
media jornada para comunicarse con la fuente inagotable de fortaleza,
paz y alegría. Aquí te ofrezco un himno adecuado para ese “alto gozoso
del camino”.

El trabajo, Señor, de cada día nos sea por tu amor santificado,
convierte su dolor en alegría de amor, que para dar tú nos has dado.

Paciente y larga es nuestra tarea en la noche oscura del amor que espera;
dulce huésped del alma, al que flaquea dale tu luz, tu fuerza que aligera.

En el alto gozoso del camino, demos gracias a Dios, que nos concede
la esperanza sin fin del don divino; todo lo puede en él quien nada puede. Amén

Por otra parte, al “dulce huésped del alma” puedes dirigirle, en medio
del mismo trabajo breves, expresiones de amor, de confianza, de
súplicas que te mantendrán comunicado con quien siempre está contigo.
Por ejemplo: “Señor, confío en ti”, “Dios mío, ven en mi auxilio”,
“Gracias, Señor, por tu amor”, “Alabado seas, mi Señor”, etc. Que
progreses en este camino. P. Natalio.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Las dos alforjas

Buenos días, amigo/a

Jesús dijo “No juzguen y no serán juzgados”, y también “Felices los
misericordiosos porque obtendrán misericordia”. El que critica es
porque antes ha juzgado al prójimo. No juzgues porque no conoces la
situación real de cada uno. Eso sólo lo sabe Dios. Júzgate en cambio a
ti mismo: es lo más acertado, es el tiempo mejor empleado.

Cuentan los griegos que Zeus colocó dos alforjas a cada ser humano:
una delante, sobre el pecho y otra atrás a la espalda. Los hombres,
imprudentemente, todos han puesto en la alforja que está a la vista
los defectos de las personas que van conociendo, mientras que los
defectos propios en la alforja que tienen en la espalda. Por eso
conocen tan bien y tienen siempre presente los defectos ajenos, pero
conocen poco y se olvidan de los defectos propios. Esopo.

El conocimiento de uno mismo es llave de sabiduría, porque desde tu
realidad personal puedes crecer y superarte. Epitecto, filósofo
griego, escribió que “La cosa más difícil es conocernos a nosotros
mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es
encontrarte con tus límites y fragilidades, y también con tus logros y
fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte. P. Natalio.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Días llenos de gratitud

Buenos días, amigo/a

La oración de acción de gracias te ayudará a vivir la relación con
Dios de una forma concreta y existencial, descubriendo con gozo los
dones que te regala a cada paso. Es una oración que ensancha el
corazón y descansa la mente; favorece la alegría y la esperanza.
Acostúmbrate a practicarla. Como Maestra de oración, la Reina de la
Paz, te da unas orientaciones precisas.

“¡Queridos hijos! Hoy también los invito a que su oración sea una
oración con el corazón. Que cada uno de ustedes encuentre el tiempo
para hacer oración, de tal manera que en su oración, ustedes descubran
a Dios. Yo no deseo que ustedes hablen de oración, sino que hagan
oración. Que cada uno de sus días esté lleno de una oración de
gratitud a Dios por la vida y por todo lo que ustedes tienen. Yo no
deseo que sus vidas transcurran en palabras, sino que glorifiquen a
Dios con obras. Yo estoy con ustedes y estoy agradecida con Dios por
cada momento que he pasado con ustedes. ¡Gracias por haber respondido
a mi llamado! ”

La clave está en la oración que alcanza poco a poco la meta señalada
por san Pablo: “Vivan dando gracias a Dios”, también, “En cualquier
circunstancia recurran a la oración y a la súplica”, y además,
“Perseveren en la oración, velando siempre en ella con acción de
gracias”. Santa Teresa hablando de la oración dice, “Se trata de amar
mucho”. P. Natalio.

martes, 12 de noviembre de 2013

Poder del buen ejemplo

Buenos días, amigo/a

Un refrán dice “las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”. El
poder del testimonio es enorme y decisivo. Las palabras están
devaluadas. Nunca el mensaje de Jesús tuvo tanta fuerza como cuando
pregonó el amor desde la cruz. Para construir a tu alrededor una
civilización del amor aporta cada día gestos de servicio, de humildad
y generosidad.

En una ciudad alemana bombardeada en la última Guerra Mundial,
encontraron, entre las ruinas, un Cristo a quien le faltaban las manos
y las piernas. Aquellos habitantes decidieron conservar así, sin manos
y sin pies, a aquel Cristo, como recuerdo de la barbarie de la guerra,
y de que somos nosotros los llamados a ser las manos y los pies de
Cristo. Una excelente manera de describir nuestra misión de testigos:
ser las manos y los pies de Cristo para llevar su mensaje de justicia,
de fraternidad, de esperanza, de amor a cuantos nos rodean.

Tanto los buenos como los malos ejemplos moldean el ambiente en que
vivimos. Ojalá que triunfen los que favorecen lo bueno, digno, noble.
Porque si prevalece el egoísmo salvaje, llegaremos a una pérdida tal
de los valores humanos que la vida será muy triste, que faltará lo más
hermoso: el respeto, la comprensión, el amor. Amigo/a, aporta hoy tu
granito de arena. P. Natalio.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Acepta en paz los contratiempos

Buenos días, amigo/a.

Cuántas pequeñas contrariedades pasan cada día que pueden
desestabilizarte, ponerte de mal humor, amenazando oscurecer toda tu
jornada. Hoy te ofrezco una oración muy buena del P. Víctor Fernández
para disponerte a sobrellevar con paciencia estos incidentes y no
dejarte envolver en su negatividad.

Señor, acepto que hoy no sea un día perfecto, ya he aprendido que esta
tierra todavía no es el cielo. Sólo te pido que mi vida no sea inútil,
que lo que yo viva hoy sirva para algo. No pretendo que todo sea
fascinante en este día, y quiero regalarte con amor todo pequeño
cansancio, sufrimiento, contratiempo o dificultad que deba soportar.
Te ofrezco, Señor amado, todo lo que me pueda desagradar en esta
jornada, te lo entrego con amor, así como tú te entregaste entero,
hasta el fin, en la cruz. Dame mucha paciencia, Señor mío, para poder
responder al mal con el bien, para no entrar en una espiral de
violencia, para aceptar con calma todo lo que me perturbe en mi
relación con los demás. Te lo entrego todo a ti. Recíbelo, Señor.

Una persona te falla a una cita sin avisar, una comunicación que no
puedes hacer porque nadie atiende el teléfono, la comida es
insuficiente y no de tu gusto, etc. son situaciones que requieren
ecuanimidad, calma y buen humor para permanecer imperturbable. Puedes
fortalecer tu decisión repitiendo: “Señor, ayúdame a mantenerme hoy
sereno y tranquilo”.  P. Natalio.

domingo, 10 de noviembre de 2013

¡Vuela más alto!

Buenos días, amigo/a

El P. Alfonso Milagro, autor de libros muy vendidos, narra esta
constatación: “Encontré a un hombre de buenas cualidades que casi las
maldecía. Le pregunté por qué y me respondió: Porque hacen sombra, y
eso no me lo perdonan”. Eso es la envidia, un sentimiento de aguda
incomodidad al ver a otro que tiene lo que deseamos. Una anécdota que
viene al caso.

Enseguida después de la 2a Guerra Mundial, un joven piloto inglés
probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor
del mundo. Poco después de despegar de uno de esos pequeños e
improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de
atrás de su asiento y se dio cuenta que había una rata a bordo y que
si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión. Podía
volver al aeropuerto para librarse de su incómodo y peligroso
pasajero. De repente recordó que las ratas no resisten las grandes
alturas. Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que
ponían en peligro su viaje. Moraleja: Si amenazan destruirte por
envidia, calumnia o maledicencia, vuela más alto…

Protégete de la envidia orando así: “Señor, a los que quieren dañarme
o desprestigiarme, muéstrales la fealdad de la envidia, y toca sus
corazones para que me miren con buenos ojos. Sánalos de todo mal
sentimiento, cura sus heridas más profundas, y bendícelos en
abundancia, para que sean felices, y ya no necesiten dañarme”. ¡Vuela
más alto! P. Natalio.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Hoy… cada día

Buenos días, amigo/a

“Viviré este día como si fuese el último día de mi vida. No perderé ni
un momento siquiera en lamentarme por las desgracias del ayer, las
derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer. Olvidándome del ayer, no
pensaré tampoco en el mañana. ¿Debo preocuparme de situaciones que
quizá nunca contemple? ¡No! El mañana yace sepultado con el ayer, y no
pensaré más en él” (sigue).

Cada día hagamos algo de lo que podamos sentirnos orgullosos al día
siguiente. Cada día, pensemos que es el primero, para vivirlo con
sorpresa; y el último, para aprovecharlo como nuestra última
oportunidad. Cada día, busquemos nuestra felicidad haciendo más feliz
a alguien que está a nuestro lado. Sembremos una semilla de cuyos
frutos podamos vivir mañana. Renovemos nuestro corazón de tal manera
que no quede amargura alguna para el día que vendrá. Y no guardemos
nuestras sonrisas de hoy para mañana. Sólo podremos sonreír mañana, si
hemos sonreído hoy.

“Este día es todo lo que tengo, y estas horas son ahora mi eternidad.
Saludo este amanecer con gozo, como un preso a quien se le conmuta la
sentencia de muerte. Elevo mis brazos con gratitud por el don
inapreciable de un nuevo día. Trataré con ternura y afecto cada hora
porque sé que no retornará jamás. Haré de este día el mejor día de mi
vida”, (Og Mandino). Tienes hoy a la vista un material precioso para
reflexionar. Aprovéchalo. Y toma tus decisiones. P. Natalio.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Cultiva la paciencia
Las buenas relaciones humanas en el hogar y fuera del hogar necesitan
un clima de aceptación mutua, de comprensión y compasión, y en
especial de paciencia. Es una faceta del amor. San Pablo en el
magnífico himno al amor en 1ª Corintios 13, dice que “el amor es
paciente”. La paciencia es difícil. Aquí tienes una anécdota para
motivarte a cultivar esta indispensable virtud.

Había un muchacho que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una
bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia,
debería clavar un clavo detrás de la puerta. El primer día, el
muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Y a medida que aprendía
a controlar su genio, añadía cada vez menos clavos en la puerta.
Descubría que era más fácil controlar sus arrebatos que fijar clavos
en la puerta. Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante
todo el día. Entonces el padre, le sugirió que retirara un clavo cada
día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven
pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos en la
puerta. Su padre lo felicitó, lo tomó de la mano y lo llevó hasta la
puerta. Le dijo: "Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos
hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tu pierdes
la paciencia, dejas cicatrices como las que aquí ves".

¿No has comprobado que una palabra dura dicha en un acceso de ira te
trajo semanas de amargura? Un refrán tibetano afirma: “la paciencia en
un momento de enojo te evitará cien días de dolor”. Por la mañana
pídele al Señor toda la paciencia que necesites. Dile “Concédeme hoy
fortaleza, paciencia y serenidad. Que nada ni nadie me perturbe”. Que
así sea. P. Natalio.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Con serenidad

Buenos días, amigo/a.

Al empezar este día te ofrezco un breve poema. Te ayudará a dejar en
manos del Señor toda turbación, porque él te anima a abrir el corazón
a su infinito amor. La llave de la paz interior es la confianza en
Dios, “como un niño en los brazos de su madre”. La musicalidad del
himno parece una invitación a reposar en los brazos divinos…

Cantemos al Señor con indecible gozo,
él guarde la esperanza de nuestro corazón,
dejemos la inquietud posar entre sus manos,
abramos nuestro espíritu a su infinito amor.

Dichoso será aquel que siempre en él confía
En horas angustiosas de lucha y de aflicción,
confiad en el Señor si andáis atribulados,
abramos nuestro espíritu a su infinito amor.

Envíanos, Señor, tu luz esplendorosa
si el alma se acongoja en noche y turbación,
qué luz, qué dulce paz en Dios el hombre encuentra;
abramos nuestro espíritu a su infinito amor.

Como las canciones, este poema es para repetirlo varias veces hasta
que poco a poco  interiorices los sentimientos que lo impregnan. Tiene
un efecto sedante: ensancha el corazón y descansa la mente… y, si hay
en ti alguna tiniebla, se disipa al entrar la luz del amor infinito.
P. Natalio

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Con los pies sobre la tierra


Buenos días, amigo/a

Michel Quoist en “Triunfo” afirma: «Hay quienes “no tienen los pies
sobre la tierra”, sencillamente vuelan. Vuelas, cuando consideras tus
sueños como realidad; cuando pasas el tiempo concibiendo planes que
jamás realizas; cuando no te adaptas a las personas y a las cosas.
Soñar tu vida no es vivirla».  Aquí tienes un cuento de uno que vive
en sus fantasías.

Estaba un paisano sentado al mostrador del boliche tomando una caña,
cuando entró otro paisano y le pidió al patrón que le preparara un
sándwich de cocodrilo. El bolichero le dijo que no tenía y el paisano
se fue.
Asombrado el que estaba tomando la caña, preguntó al patrón:
—Perdone, ¿escuché mal o ese paisano está loco?
—Y claro que está loco –contestó el bolichero–. ¡Mire si voy a empezar
un cocodrilo solamente para él!


Un signo de madurez es aceptar la realidad y poseer suficiente solidez
y equilibrio para vivirla. La persona madura es objetiva: sabe
valorarse a sí mismo sin dejar de valorar a los demás. Es capaz de
tomar una decisión y sostenerla. Madurez es el arte de vivir en paz
con lo que no se puede cambiar. Ejercítate en la sabiduría de “poner
siempre los pies sobre la tierra”. P. Natalio.

martes, 5 de noviembre de 2013

Oración de agradecimiento


Buenos días, amigo/a

Recuerda este mensaje de María, Reina de la Paz: “Mi querido hijo: ora
para que tu vida esté llena de una gozosa acción de gracias que brote
desde tu corazón, como un río de alegría. Da incesantemente gracias a
Dios por todo lo que posees, por cada pequeño don que Dios te concede.
De esa forma, la bendición gozosa de Dios descenderá siempre sobre tu
vida”.

Gracias, Dios mío. No quiero olvidar tus beneficios. Quisiera que mi
interior se llenara de gratitud para cantarte. Gracias, Señor, ante
todo por la vida. Gracias por todos los días de mi existencia. Gracias
por las personas que me amaron y que fueron amables conmigo alguna
vez. Gracias porque me has alimentado, me has acompañado, me has
ofrecido tu consuelo y tu amistad. Gracias porque soy tu hijo. Gracias
porque puedo hacer el bien, porque siempre puedo volver a empezar.
Gracias por el aire que respiro, por la música, por la tierra, por los
árboles, por las calles. Gracias a ti, mi Señor amado, porque todo lo
bueno viene de ti. Amén. (P. Víctor Fernández).

San Pablo exhortaba a los cristianos de Colosas a “vivir dando gracias
a Dios”. Ejercítate y verás que te ayuda a vivir la relación con Dios
de una forma concreta y existencial, descubriendo con gozo los dones
que te regala a cada paso. Es una oración que ensancha el corazón y
descansa la mente. Acostúmbrate a practicarla. P. Natalio.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Aceptar en paz

Buenos días, amigo/a

Para la persona de fe, todo sucede porque lo quiere o lo permite Dios.
Y él es experto en sacar bien del mal. Imagínate el río de bendiciones
que bajó del Calvario donde murió Jesús en la cruz. También él tiene
proyectos de salvación para cada una de tus contradicciones aceptadas
en paz.

Un profesor de química al mismo tiempo que hacía experimentos solía
dejar enseñanzas inolvidables. Una vez tenía en la mano una botella de
leche, y a propósito la dejó caer en la batea del agua. Quedaron los
vidrios y toda la leche se escurrió por el desagüe. “La leche está
perdida, dijo. No podemos rescatarla más. Seamos más cuidadosos y no
lloremos nunca por la leche derramada”.

Hay una oración muy buena para rezar si nos suceden esas cosas
desagradables que no tienen más solución: “Señor, concédeme fortaleza
para solucionar lo que tiene solución; pero, valor para aceptar lo que
ya no tiene solución; y sabiduría para reconocer la diferencia”. Es
una sabia lección que se resume así: “Aceptar, olvidar, y seguir
adelante”. P. Natalio.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Cómo ganar amigos

Buenos días, amigo/a

Respetar las opiniones del otro es una de las mayores virtudes que un
ser humano puede tener. Las personas son diferentes, por lo tanto
piensan y actúan de modo diferente. No juzgues, tan sólo comprende.
Alguien escribió con acierto: "Comprender es una palabra viva y la
carne de esa palabra es amor”.

El presidente de los EE.UU, Abraham Lincoln, era famoso por la extrema
cortesía que dispensaba a sus adversarios políticos. La conducta del
presidente no siempre era compartida por sus propios ministros. Uno de
ellos, un día, le dijo fastidiado: ¿Por qué los tratas como si fueran
tus amigos? ¡Merecerían más bien que los eliminaras! "Es lo que hago",
respondió Lincoln. "¿Acaso no elimino a un enemigo cada vez que lo
convierto en amigo?”

“Urbanidad y buenos modales abren puertas principales”, dice un refrán
español. La convivencia humana se hace más fácil y agradable si,
además de la sinceridad y sencillez del trato, procuramos no molestar
con modales o expresiones que hieren la sensibilidad de los demás. Una
persona afable, serena, respetuosa es bien recibida por todos. P.
Natalio.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Paz, esperanza y gozo

Buenos días, amigo/a

“Nosotros los creyentes, cuando rezamos por nuestros muertos, nos
reencontramos con ellos en una misteriosa comunión de fe, esperanza y
amor. Ellos han transpuesto ya  la frontera del tiempo y entrado en el
ámbito de la eternidad, propio de Dios. Pero aunque hayan dejado de
existir para nuestro mundo físico, siguen viviendo, con todo, en el
mismo mundo espiritual en que vivimos nosotros.

Siempre que hacemos oración por ellos, los encontramos dentro del
infinito abrazo con que estrecha Dios a cuantos lo aman. He aquí el
motivo de por qué, quienes nos hemos abierto por la fe a un sentido
cristiano de la muerte, no nos dejamos abatir por el pesimismo o la
desesperación. Desde luego, cuando se produce el deceso de algún ser
querido, los creyentes experimentamos, como cualquier ser humano, un
profundo dolor. Nuestro corazón puede derramar lágrimas de sangre.
Nuestra sensibilidad puede haber quedado destrozada. Pero en la zona
más secreta del alma, la fe nos hace vivir una experiencia de paz,
esperanza y gozo.

Paz, esperanza y gozo que surgen de saber con seguridad que ellos,
nuestros muertos, viven. No podemos precisar cómo ni dónde, pero
sabemos que viven. Así como sabemos que un día nos volveremos a
encontrar definitivamente con ellos, para compartir en plenitud la
existencia trascendente que ellos ya viven”. (H. Valla). Que Cristo,
“resurrección y vida”, aliente tu esperanza. P. Natalio.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Vidas ejemplares

Buenos días, amigo/a.

Hoy celebramos en un solo día a todos los santos del Cielo. Te hago
una propuesta que puede significar mucho para ti: ¿por qué no te
propones leer al menos la vida de un santo por año? Con esta variante:
si no eres aficionado a la lectura, proponte ver al menos en DVD la
película de un santo/a: ellos han imitado a Jesús siguiendo con amor
sus ejemplos de vida.

Son entretenidas, interesantes y, con frecuencia, impresionantes,
porque son historias verdaderas de vidas humanas extraordinarias.
Mueven a la admiración por el testimonio de una vida santa. Animan a
imitar sus ejemplos, presentándolos accesibles también al lector. Nos
revelan la presencia de Dios, de su amor y de su poder en la vida de
hermanos nuestros. Leer la vida de un santo suele ser tanto o más
eficaz que unos buenos ejercicios espirituales. Además, crean una
comunión de sentimientos entre el santo y su admirador, que fortalecen
las buenas decisiones. Te interpelan y te ves urgido a preguntarte
como San Agustín: “Si éste y aquél lo pudieron, ¿por qué yo no lo
podré también?”

Entre los santos hay personas de todas las profesiones, tareas y
situaciones humanas. Hay sabios doctores y mendigos analfabetos, hay
débiles mujeres y valientes soldados, hay reyes y labriegos, hay
personas siempre fieles a Dios y pecadores que, desde sus vicios, se
elevaron a gran santidad. Es enriquecedor  y alentador conocer a
Cristo en sus santos. P. Natalio.