sábado, 9 de octubre de 2010


Comenzando el día


Buenos días, amigo/a.

Empezar bien es importante, porque ayuda a ambientar positivamente la jornada. Que el clima de este día sea para ti luminoso, festivo y entusiasta. Empiézalo entonces con pensamientos de confianza, de fuerza, de alegría. Aquí tienes una oración que te reanimará cuando no te brote la inspiración y corras el riesgo de empezar tus tareas en tono menor y con el ánimo por el suelo.

Señor: me cuesta comenzar este día, porque sé que es una nueva tarea, un nuevo compromiso, un nuevo esfuerzo. Pero quiero comenzarlo con entusiasmo, con alegría reestrenada, con ilusión nueva. Sé que estás a mi lado: en mi familia, en mis amigos, en las cosas, en mi propia persona. Gracias por este nuevo amanecer. Gracias por este nuevo empezar. Gracias por esta tu presencia. Hoy quiero sembrar paz, solidaridad, amor, entre mis hermanos. Y sé, mi Señor, que esta tarea la comienzan cada día muchos hermanos míos de cualquier punto de la tierra; y eso me alienta y me empuja. También te pido por ellos, y con ellos te digo: “¡Buenos días, Señor!”. (P. Fernández).

La Biblia ofrece textos muy hermosos para el inicio del día como estos: “Confiaré y no temeré porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él es mi Salvador” (Is. 12, 2) y “Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas y desplegarán alas como las águilas: caminarán y no se fatigarán, correrán y no se agotarán” (Is. 42, 31). Que el Señor te bendiga y proteja. P. Natalio Bértolo.

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