domingo, 10 de octubre de 2010

Ahora mismo


Buenos días, amigo/a.

Uno de los defectos más comunes de la naturaleza humana es diferir lo que deberíamos y podríamos hacer ahora. Cuántas hermosas iniciativas han muerto por esta concesión a la pereza que nos lleva a dejar para después lo que podemos hacer enseguida. Aquí te ofrezco unas buenas sugerencias para aprovechar mejor cada día.

No esperes una sonrisa, para ser gentil. No esperes ser amado, para amar. No esperes estar solo, para reconocer el valor de un amigo. No esperes el mejor empleo, para comenzar a trabajar. No esperes tener mucho, para compartir algo. No esperes llegar a tal extremo, para recordar un consejo. No esperes el dolor, para rezar una oración. No esperes tener tiempo, para poder servir. No esperes ser herido por otro, para pedir perdón. No esperes una separación, para reconciliarte. No esperes… porque el tiempo es un regalo que se va y no espera.

“No pierdas un momento en lamentar las desgracias del ayer, las derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer. Haz de este día el mejor de tu vida. Los deberes de hoy cúmplelos hoy. Hoy mismo conságrate al trabajo. Hoy tienes la oportunidad de convertirme en la persona que tu bien sabes puedes llegar a ser”. Que seas hoy decidido, entusiasta y dinámico. P. Natalio.

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