domingo, 3 de octubre de 2010


Alegría y paz


Buenos días, amigo/a.

La Virgen de la Paz desea que goces de esa serenidad que ofrecía su Hijo: “les doy mi paz, pero no como la da el mundo” (Juan 14, 27). Es una paz que nada puede turbar ni el más terrible vendaval. “La serenidad —escribió Kempis— no es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la paz en medio de ella”. El mensaje de hoy invita a abandonarte en las manos de Dios. Ése es el camino.

“¡Queridos hijos! Los invito a un abandono total a Dios. Los invito al gran regocijo y a la paz que sólo Dios da. Yo estoy con ustedes e intercedo cada día por ustedes ante Dios. Queridos hijitos, los invito a escucharme y a vivir los mensajes que yo les doy desde hace ya varios años. Todos ustedes están llamados a la santidad, pero ustedes todavía están lejos de ella. Yo les doy mi bendición. Gracias por haber respondido a mi llamado!

El camino de abandono total en Dios, tiene un nombre, es el camino de la santidad, porque requiere confianza y amor total a Dios, en quien hemos puesto nuestra esperanza. María Santísima intercede para que te decidas sin miedo, “como un niño en los brazos de su madre” (Salmo 131). Te deseo de corazón un día de mucha paz. P. Natalio.

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