martes, 19 de octubre de 2010

Una vida sencilla


Buenos días, amigo/a.

No pocas veces el hombre moderno corre inquieto, agitado por la locura de tener más y más. Ganarás en paz y serenidad de espíritu cuando reduzcas esas necesidades ficticias que nos imponen los que sólo anhelan vender más. Aquí te ofrezco el pensamiento del poeta español José María Pemán sobre este tema, en armoniosos y diáfanos versos.

Vida inquieta, frenesí de la ambición desmedida...
¡Qué mal comprende la vida el que la comprende así!
Vida serena y sencilla yo quiero abrazarme a ti,
que eres la sola semilla que nos da flores aquí.

Conciencia tranquila y sana es el tesoro que quiero:
nada pido y nada espero para el día de mañana.
Ni voy de la gloria en pos, ni torpe ambición me afana;
y al nacer cada mañana tan sólo le pido a Dios:

casa limpia en que albergar, pan tierno para comer,
un libro para leer y un Cristo para rezar;
que el que se esfuerza y agita nada encuentra que le llene
y el que menos necesita tiene más que el que más tiene.

¿No podrías simplificar tu vida, volviéndola más sencilla, para dedicarte a tus aspiraciones profundas? El salmista nos informa que ha llegado a “acallar y moderar sus deseos como un niño en brazos de su madre, ya no pretende grandezas que superan su capacidad, ni fomenta ambiciones desmedidas en su corazón” (salmo 131). El Señor te bendiga e ilumine. P. Natalio.

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