sábado, 10 de mayo de 2014

Como las gallinas


Buenos días, amigo/a.

Para amar como Jesús nos enseñó, debemos aprender a vivir ciertas actitudes y sentimientos que bajan el amor a la realidad cotidiana: dulzura, humildad, paciencia, e indulgencia. Es indulgente quien es capaz de perdonar las debilidades de los demás una y otra vez, “setenta veces siete”, como respondió Jesús a su apóstol Pedro.

San Bernardino (1380-1444) fue un gran predicador. Una vez exhortó a la paz a un grupo de güelfos y gibelinos que eran acérrimos rivales políticos. Entre otras cosas les dijo: Imiten el ejemplo que les dan las gallinas. Ellas se pelean, se picotean con furia, hasta se sacan los ojos; pero, a los pocos minutos, olvidan todo y vuelven a comer, a beber y a dormir de nuevo todas juntas en el mismo palo, en el mismo gallinero. Para reconciliarse no necesitan ningún mediador. No sean ustedes peores que las gallinas.

Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros retraimientos y egoísmos. Pero cuando el amor de Dios nos invade, podemos “perdonar, soportar y esperar sin límites”. P. Natalio.

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