La olla caliente
Buenos días,
amigo/a.
Sufrir tentaciones es una situación normal del hombre.
Surgen de nuestra naturaleza inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o
de ese mundo que vive al margen de la ley divina. La tentación es una
incitación a pecar. También los santos pasaron por tentaciones. Pero lucharon y
triunfaron, porque recurrieron a Dios.
Abba Poimén fue un
célebre Padre del desierto. Se conocen de él más de 300 apotegmas. He aquí uno
famoso. En cierta ocasión alguien le preguntó al Abba Poimén: —¿Cómo puedo
apartar de mí las tentaciones? Él contestó: —Mientras la olla está fría, todo
el mundo puede tocarla y romperla; en cambio, cuando está bien caliente sobre
el fuego, nadie, ni el animal más feroz, se anima a tocarla. Así pues, mientras
tú ardas en amor a Dios, nada ni nadie podrá hacerte daño.
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