18 de mayo de 2014
Cultiva la constancia
Buenos días,
amigo/a.
El eminente
compositor Beethoven dijo una vez que el genio se compone del dos por ciento de
talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación. “La constancia es el alto precio que
hay que pagar por todas las conquistas de la vida. Todo lo más grande en
cualquier ámbito se ha conseguido por una ardiente perseverancia”, (I. Larrañaga).
Abba Poimén solía
decía a los monjes: —La naturaleza del agua es suave, mas la de la piedra es
dura. Pero, si se suspende un recipiente que deja caer agua día tras día sobre
la piedra, poco a poco la perfora. Del mismo modo, la palabra de Dios es suave,
y nuestro corazón es duro. Sin embargo, cuando el hombre oye o lee con
frecuencia la Palabra Sagrada,
se abre su corazón al santo temor de Dios. Y amonestaba: —Un hombre que predica
y no pone en práctica las cosas que enseña, es semejante a una fuente que
abreva y lava a todo el mundo, pero que no puede purificarse a sí misma.
Dios siempre está dispuesto a concederte sus
dones, pero pide tu colaboración, tu esfuerzo, tu voluntad. Leonardo da Vinci
dispuso que en su tumba se escribiera este epitafio: “Tú, Señor, regalas todos
tus dones al precio del esfuerzo”. El éxito comienza siempre con una voluntad
decidida a permanecer firme en la lucha. Cultiva la constancia. P. Natalio.
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