Los
niños aprenden lo que viven
Buenos días,
amigo/a.
Hay un refrán que dice: “La palabras mueven,
los ejemplos arrastran”. Estos dichos populares son expresión de esa sabiduría
que tiene el aval de la experiencia cotidiana. Son irrefutables. Y es la pura
verdad que más que las palabras lo que mueve y conmueve a grandes y pequeños
son los ejemplos que vemos. Y tanto para el mal como para el bien.
Si un niño vive con
tolerancia, aprenderá a ser paciente. Si un niño vive con aliento, aprenderá a
tener confianza. Si un niño vive entre críticas, aprenderá a condenar. Si un
niño vive entre hostilidad y discordia aprenderá a pelear. Si un niño vive con
miedo, aprenderá a ser aprensivo. Si un niño vive con reconocimiento y
estímulo, aprenderá a apreciar y a tener un objetivo. Si un niño vive con
seguridad, aprenderá a tener fe. Si un niño vive con aprobación, aprenderá a
quererse a sí mismo y a encontrar amor en el mundo. Si un niño vive con amor y
amistad, aprenderá a amar a los demás.
El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con
las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es
posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un
padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando
manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”? P.
Natalio.
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