jueves, 8 de mayo de 2014

Elegir bien


Buenos días, amigo/a.

Con el salmo 119 suplica a Dios: “Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos; dame vida con tu palabra”. Es una realidad que muchas veces nos rebelamos contra la voluntad de Dios. Sabemos que está escrito en su ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y con todas tus fuerzas”. Pero es necesario pedirle nos ayude a elegir correctamente.

Un día el Abba Macario estaba de viaje con sus monjes y oyó a una joven que le decía a su madre: —Hay un muchacho muy guapo, bueno y rico que me quiere, pero yo lo odio; y hay otro muchacho que es un canalla y me odia, pero yo lo quiero.
Macario se sorprendió mucho por tales palabras. Los monjes le preguntaron: — ¿Por qué te sorprendiste tanto, Abba? Macario les explicó: —Es porque los cristianos cometemos igual barbaridad: Dios es hermoso, bueno y rico, y nosotros no queremos a Dios; el demonio es nuestro miserable enemigo, y, sin embargo, lo queremos con insensata locura.

Cuando cesó el diluvio, Noé salió del arca y ofreció un sacrificio de gratitud a Dios. La fragancia de la víctima inmolada subió al Señor que complacido dijo: «Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su juventud». Que el Señor sea siempre la alegría de tu corazón. P. Natalio. 

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