Por
los jóvenes
Buenos
días, amigo/a
Los años juveniles
son para adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado
y el que ha tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos
hábitos son la clave de todo éxito. Los malos hábitos son la puerta abierta al
fracaso. Por lo tanto es tarea ineludible y básica en tu juventud formarte
buenos hábitos y ser esclavo de ellos (Og Mandino).
Señor, ayuda a los jóvenes. Ellos poseen los tesoros del
porvenir. Son los maestros del entusiasmo y la esperanza. Tienen sed de vivir
un mundo sin superhombres, y sin subhombres.
Tú sabes, Padre, que se trata de la juventud auténtica.
Ningún facilismo venga a corromper a nuestros jóvenes. Que ninguna dificultad
los desanime. Que salgan victoriosos de las más terribles pruebas: el peligro
de instalarse, de perder el fuego, de ser jóvenes por fuera, y viejos por
dentro. Que sean siempre jóvenes.
“Las acciones del hombre son gobernadas por la
pasión, el prejuicio, la avaricia, el amor, el medio ambiente, los hábitos, y
el peor de estos tiranos es el hábito. Así pues, si tienes que ser esclavo, sé
esclavo de tus buenos hábitos. Si has adquirido algún mal hábito, destrúyelo; y
prepara surcos para la buena semilla”. Con una disciplina simple puedes
triunfar. P. Natalio.
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