jueves, 14 de noviembre de 2013

Las dos alforjas

Buenos días, amigo/a

Jesús dijo “No juzguen y no serán juzgados”, y también “Felices los
misericordiosos porque obtendrán misericordia”. El que critica es
porque antes ha juzgado al prójimo. No juzgues porque no conoces la
situación real de cada uno. Eso sólo lo sabe Dios. Júzgate en cambio a
ti mismo: es lo más acertado, es el tiempo mejor empleado.

Cuentan los griegos que Zeus colocó dos alforjas a cada ser humano:
una delante, sobre el pecho y otra atrás a la espalda. Los hombres,
imprudentemente, todos han puesto en la alforja que está a la vista
los defectos de las personas que van conociendo, mientras que los
defectos propios en la alforja que tienen en la espalda. Por eso
conocen tan bien y tienen siempre presente los defectos ajenos, pero
conocen poco y se olvidan de los defectos propios. Esopo.

El conocimiento de uno mismo es llave de sabiduría, porque desde tu
realidad personal puedes crecer y superarte. Epitecto, filósofo
griego, escribió que “La cosa más difícil es conocernos a nosotros
mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es
encontrarte con tus límites y fragilidades, y también con tus logros y
fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte. P. Natalio.

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