Hoy… cada día
Buenos días, amigo/a
“Viviré este día como si fuese el último día de mi vida. No perderé ni
un momento siquiera en lamentarme por las desgracias del ayer, las
derrotas del ayer, los sufrimientos del ayer. Olvidándome del ayer, no
pensaré tampoco en el mañana. ¿Debo preocuparme de situaciones que
quizá nunca contemple? ¡No! El mañana yace sepultado con el ayer, y no
pensaré más en él” (sigue).
Cada día hagamos algo de lo que podamos sentirnos orgullosos al día
siguiente. Cada día, pensemos que es el primero, para vivirlo con
sorpresa; y el último, para aprovecharlo como nuestra última
oportunidad. Cada día, busquemos nuestra felicidad haciendo más feliz
a alguien que está a nuestro lado. Sembremos una semilla de cuyos
frutos podamos vivir mañana. Renovemos nuestro corazón de tal manera
que no quede amargura alguna para el día que vendrá. Y no guardemos
nuestras sonrisas de hoy para mañana. Sólo podremos sonreír mañana, si
hemos sonreído hoy.
“Este día es todo lo que tengo, y estas horas son ahora mi eternidad.
Saludo este amanecer con gozo, como un preso a quien se le conmuta la
sentencia de muerte. Elevo mis brazos con gratitud por el don
inapreciable de un nuevo día. Trataré con ternura y afecto cada hora
porque sé que no retornará jamás. Haré de este día el mejor día de mi
vida”, (Og Mandino). Tienes hoy a la vista un material precioso para
reflexionar. Aprovéchalo. Y toma tus decisiones. P. Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario