viernes, 8 de noviembre de 2013

Cultiva la paciencia
Las buenas relaciones humanas en el hogar y fuera del hogar necesitan
un clima de aceptación mutua, de comprensión y compasión, y en
especial de paciencia. Es una faceta del amor. San Pablo en el
magnífico himno al amor en 1ª Corintios 13, dice que “el amor es
paciente”. La paciencia es difícil. Aquí tienes una anécdota para
motivarte a cultivar esta indispensable virtud.

Había un muchacho que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una
bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia,
debería clavar un clavo detrás de la puerta. El primer día, el
muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Y a medida que aprendía
a controlar su genio, añadía cada vez menos clavos en la puerta.
Descubría que era más fácil controlar sus arrebatos que fijar clavos
en la puerta. Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante
todo el día. Entonces el padre, le sugirió que retirara un clavo cada
día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven
pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos en la
puerta. Su padre lo felicitó, lo tomó de la mano y lo llevó hasta la
puerta. Le dijo: "Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos
hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tu pierdes
la paciencia, dejas cicatrices como las que aquí ves".

¿No has comprobado que una palabra dura dicha en un acceso de ira te
trajo semanas de amargura? Un refrán tibetano afirma: “la paciencia en
un momento de enojo te evitará cien días de dolor”. Por la mañana
pídele al Señor toda la paciencia que necesites. Dile “Concédeme hoy
fortaleza, paciencia y serenidad. Que nada ni nadie me perturbe”. Que
así sea. P. Natalio.

1 comentario:

  1. Padre Bértolo, Qué linda la reflexión de hoy!! Siga con el blog que está muy lindo!!! Felicitaciones!

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