Cambio de rumbo
Buenos días, amigo/a
Hoy recordamos a san Alfonso María de Ligorio. En una ocasión hizo una opción que le cambió el rumbo que llevaba. A lo largo de tu vida Dios se hace presente invitándote a dar pasos hacia una misión que te ha preparado para hacerte feliz. Está atento para captar estos llamados del Señor, porque aparecen de la manera menos pensada.
Alfonso de Ligorio, joven y brillante abogado napolitano, en 1723 defendió al Doctor Orsini contra el gran Duque de Toscana en un famoso pleito. La defensa de Alfonso fue elocuente y contundente, seguida por un interminable aplauso. De inmediato el abogado del Duque se le acercó y, mostrándole un papel, le dijo: «Todo lo que nos has dicho con tanta elocuencia cae por su base con este documento». Alfonso leyó, se dirigió al tribunal y exclamó: «Señores, me he equivocado». A partir de ahí comienza una fuerte crisis interior. Dejó la abogacía, fue ordenado sacerdote. Organizó misiones populares. Fue hecho obispo. Fundó la congregación de los redentoristas. Al morir (1787) dejó escritos un centenar de libros orientadores.
Hay personas que al organizar su propia vida se plantean la pregunta ¿dónde puedo ser más útil a los demás? Es un buen planteo desde el vamos, porque han dejado a un lado la propia comodidad y ventaja, para centrarla en el prójimo. Es un enfoque que pone el servicio en primer lugar. Eso hizo san Alfonso y dio un nuevo rumbo generoso a su vida. P. Natalio.
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