miércoles, 24 de junio de 2015


El perro y su imagen


Buenos días, amigo/a

Cuántas veces ansiamos maravillosos jardines que se ven a lo lejos en el horizonte, mientras nos olvidamos de aspirar la fragancia y admirar la belleza del rosal plantado junto a nuestra ventana. Gran parte de la infelicidad humana nace de no valorar lo que tenemos y dejarnos arrastrar por la envidia, comparándonos con los demás. Pero, ¿conocemos la realidad total de los demás, en forma objetiva?

Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un sabroso pedazo de carne. Vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era en realidad otro perro que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo. Y deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su supuesto compadre. Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el ajeno: éste porque no existía, sólo era un reflejo, y el otro, el verdadero, porque se lo llevó la corriente. Nunca codicies el bien ajeno, pues puedes perder lo que ya has adquirido con tu esfuerzo. Esopo.

Enumera tus bendiciones, todo lo positivo y gratificante que descubres en tu propia vida, y tendrás sentimientos de gratitud y alegría que te harán feliz. Está siempre vigilante para no dejarte atrapar de la insatisfacción y descontento que paralizarían tus energías. El desafío de tu vida es florecer allí donde Dios te ha puesto. Que él te proteja y bendiga. P. Natalio.

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