El perro y su imagen
Buenos
días, amigo/a
Cuántas veces
ansiamos maravillosos jardines que se ven a lo lejos en el horizonte, mientras
nos olvidamos de aspirar la fragancia y admirar la belleza del rosal plantado
junto a nuestra ventana. Gran parte de la infelicidad humana nace de no valorar
lo que tenemos y dejarnos arrastrar por la envidia, comparándonos con los
demás. Pero, ¿conocemos la realidad total de los demás, en forma objetiva?
Vadeaba un perro un río llevando en su hocico un sabroso pedazo de
carne. Vio su propio reflejo en el agua del río y creyó que aquel reflejo era
en realidad otro perro que llevaba un trozo de carne mayor que el suyo. Y
deseando adueñarse del pedazo ajeno, soltó el suyo para arrebatar el trozo a su
supuesto compadre. Pero el resultado fue que se quedó sin el propio y sin el
ajeno: éste porque no existía, sólo era un reflejo, y el otro, el verdadero,
porque se lo llevó la corriente. Nunca codicies el bien ajeno, pues puedes
perder lo que ya has adquirido con tu esfuerzo. Esopo.
Enumera tus
bendiciones, todo lo positivo y gratificante que descubres en tu propia vida, y
tendrás sentimientos de gratitud y alegría que te harán feliz. Está siempre
vigilante para no dejarte atrapar de la insatisfacción y descontento que
paralizarían tus energías. El desafío de tu vida es florecer allí donde Dios te
ha puesto. Que él te proteja y bendiga. P. Natalio.
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