Abrir el
corazón
Buenos
días, amigo/a
La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la
expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de
verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera
el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de
tu jornada. La Reina
de la Paz te dice
al respecto:
“¡Queridos hijos! Oren y aprovechen este tiempo, porque este es un
tiempo de gracia. Yo estoy con ustedes e intercedo por cada uno de ustedes ante
Dios, para que cada corazón se abra a Dios y al amor de Dios. Hijitos, oren sin
cesar, hasta que la oración llegue a ser gozo para ustedes. ¡Gracias por haber
respondido a mi llamado! ”
Si amas de verdad tu mente vuela con frecuencia a la persona amada.
Que lo digan si no los enamorados. Ahora bien: Dios te ama como nadie puede
amar. En Isaías él pregunta: “¿Puede una madre olvidarse del hijito de sus
entrañas? Pues, aunque ella se olvidara —dice Yavhé—, yo jamás me olvidaré de
ti. Te llevo tatuado en mi mano”. Si descubres el inmenso amor de Dios por ti, la oración —diálogo de amor— invadirá tu vida.
Te lo deseo de corazón. P. Natalio.
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