martes, 23 de junio de 2015

Abrir el corazón

Buenos días, amigo/a

La oración que haces al comenzar la jornada y al terminarla, es la expresión de tu amor y confianza en Dios. Entre estos dos momentos, si amas de verdad a Dios con toda el alma y con todas las fuerzas, como dice la Palabra, de alguna manera el recuerdo y la presencia del Señor te acompañarán en las variadas tareas de tu jornada. La Reina de la Paz te dice al respecto:

“¡Queridos hijos! Oren y aprovechen este tiempo, porque este es un tiempo de gracia. Yo estoy con ustedes e intercedo por cada uno de ustedes ante Dios, para que cada corazón se abra a Dios y al amor de Dios. Hijitos, oren sin cesar, hasta que la oración llegue a ser gozo para ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

Si amas de verdad tu mente vuela con frecuencia a la persona amada. Que lo digan si no los enamorados. Ahora bien: Dios te ama como nadie puede amar. En Isaías él pregunta: “¿Puede una madre olvidarse del hijito de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara —dice Yavhé—, yo jamás me olvidaré de ti. Te llevo tatuado en mi mano”. Si descubres el inmenso amor de   Dios por ti, la  oración —diálogo de amor— invadirá tu vida. Te lo deseo de corazón. P. Natalio.

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