¿Por qué
envidiar?
Buenos
días, amigo/a
Hay quienes cuando están enfermos
se resienten por los que rebosan salud, cuando la pareja está hundiéndose, se
disgustan de las que funcionan como el primer día y cuando padecen problemas
económicos sienten rencor contra los que nadan en la abundancia.
Si colocas a los otros en una posición de superioridad, abundancia y
bienestar, surgirán en ti sentimientos de impotencia, frustración, desánimo y
la creencia de ser inferior. La rabia y la ira acompañarán esta vivencia y te
mantendrán en una enfermiza dependencia de los demás. ¿Cómo superar estos
sentimientos negativos? Piensa que no estás perdiendo nada cuando a otras
personas les va bien. Considera que si quieres ser tú mismo, el único punto de
referencia para superarte eres tú. No necesitas
compararte con nadie más. Alégrate de lo que tienes. No vivas pendiente de lo
que te falta. Trata de sentirte feliz por la buena suerte de los demás, porque,
en definitiva, vengan de la mano de otros o de las nuestras propias, de lo que
se trata es de vivir el mayor número de momentos de felicidad y alegría.
Lo correcto está en no compararte
con los demás, porque todo humano tiene sus cruces y falencias, sus días de sol
y de nublados, su tiempo de reír y de llorar. Enumera tus bienes y agradécelos
al Señor. Valora incluso el dolor y el fracaso, porque hay también la escondida
sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en
resurrección y vida. Que el
Espíritu Santo te dé sabiduría y prudencia. Te espero mañana aquí mismo. P. Natalio.
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