miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Por qué envidiar?


Buenos días, amigo/a

Hay quienes cuando están enfermos se resienten por los que rebosan salud, cuando la pareja está hundiéndose, se disgustan de las que funcionan como el primer día y cuando padecen problemas económicos sienten rencor contra los que nadan en la abundancia.

Si colocas a los otros en una posición de superioridad, abundancia y bienestar, surgirán en ti sentimientos de impotencia, frustración, desánimo y la creencia de ser inferior. La rabia y la ira acompañarán esta vivencia y te mantendrán en una enfermiza dependencia de los demás. ¿Cómo superar estos sentimientos negativos? Piensa que no estás perdiendo nada cuando a otras personas les va bien. Considera  que si  quieres ser tú mismo, el único punto de referencia para superarte eres tú.  No necesitas compararte con nadie más. Alégrate de lo que tienes. No vivas pendiente de lo que te falta. Trata de sentirte feliz por la buena suerte de los demás, porque, en definitiva, vengan de la mano de otros o de las nuestras propias, de lo que se trata es de vivir el mayor número de momentos de felicidad y alegría.

Lo correcto está en no compararte con los demás, porque todo humano tiene sus cruces y falencias, sus días de sol y de nublados, su tiempo de reír y de llorar. Enumera tus bienes y agradécelos al Señor. Valora incluso el dolor y el fracaso, porque hay también la escondida sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en resurrección y vida. Que el Espíritu Santo te dé sabiduría y prudencia. Te espero  mañana aquí mismo. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario