Feliz quien
ha escuchado
Buenos
días, amigo/a
La vocación consagrada es un
llamado que Dios hace a quien él quiere, y que exige una gran renuncia de sí
mismo para poder amar a todos. Es un servicio, es un testimonio, es amor. Es en
definitiva, un llamado a vivir plenamente la gracia bautismal. Es vivir un
riesgo absurdo a los ojos de los hombres, pero maravilloso a la luz de la fe.
Feliz quién ha escuchado la llamada al pleno
seguimiento del Maestro,
feliz porque él, con su mirada, lo eligió como amigo
y compañero.
Feliz el que ha abrazado la pobreza para llenar de
Dios su vida toda,
para servirlo a él con fortaleza, con gozo y con
amor a todas horas.
Feliz el mensajero de verdades que marcha por
caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades, pregonando la paz
contra las guerras.
¡Vocación!
Está claro que dejándolo todo para seguirte, no sólo no pierdo nada, sino que
lo gano todo... Todas las cosas las hemos dejado para seguirte, ¿qué nos darás?
"Ustedes que todo lo han dejado para seguirme recibirán el ciento por uno
y después poseerán la Vida
eterna... Yo seré tu recompensa infinita". Todo bautizado debería
pensarlo. P. Natalio.
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