Hermano
de todos
Buenos
días, amigo/a
Desde que Jesús nos enseñó a rezar el
padrenuestro, sabemos que todos somos hijos de un mismo Padre: él quiere que
nos amemos como hermanos. Te ofrezco una oración para sentirte hermano de
todos, “alegrándote con los que están alegres y compartiendo el dolor de los
tristes”. Es del P. Víctor M. Fernández en su libro: “Un estímulo cada día del
año”.
Señor, me llamaste a
ser hermano de todos. Penetra mis entrañas con tu amor, Dios de ternura, para
que sienta que los demás son mi propia carne, para que me duela su dolor y me
alegre con sus alegrías. Ilumina mi mirada, Jesús, para que pueda reconocerte
presente en cada uno de ellos, y les ayude a llevar sus cargas como si te
ayudara a ti crucificado. Regálame un oído atento, para que pueda escuchar a
los demás, con amabilidad y cortesía, dándole suma importancia a sus palabras.
Y coloca en mi boca la palabra justa, para decirles lo que ellos necesitan
escuchar, lo que tú sabes que les hace falta. Amén.
Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está
por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con
humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos
sobre nuestros egoísmos, retraimientos, susceptibilidades… Pero cuando el amor
de Dios nos invade podemos “disculpar, soportar y esperar sin límites”. Que el Señor te bendiga y proteja. P. Natalio.
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