miércoles, 7 de enero de 2015


Hermano de todos


Buenos días, amigo/a

Desde que Jesús nos enseñó a rezar el padrenuestro, sabemos que todos somos hijos de un mismo Padre: él quiere que nos amemos como hermanos. Te ofrezco una oración para sentirte hermano de todos, “alegrándote con los que están alegres y compartiendo el dolor de los tristes”. Es del P. Víctor M. Fernández en su libro: “Un estímulo cada día del año”.

Señor, me llamaste a ser hermano de todos. Penetra mis entrañas con tu amor, Dios de ternura, para que sienta que los demás son mi propia carne, para que me duela su dolor y me alegre con sus alegrías. Ilumina mi mirada, Jesús, para que pueda reconocerte presente en cada uno de ellos, y les ayude a llevar sus cargas como si te ayudara a ti crucificado. Regálame un oído atento, para que pueda escuchar a los demás, con amabilidad y cortesía, dándole suma importancia a sus palabras. Y coloca en mi boca la palabra justa, para decirles lo que ellos necesitan escuchar, lo que tú sabes que les hace falta. Amén.

Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder elevarnos sobre nuestros egoísmos, retraimientos, susceptibilidades… Pero cuando el amor de Dios nos invade podemos “disculpar, soportar y esperar sin límites”.  Que el Señor te bendiga y proteja. P. Natalio.

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