En medio de la naturaleza…
Buenos
días, amigo/a
En verano el calor de las ciudades nos proyecta
hacia el campo, las sierras y el mar a buscar, en el contacto con la naturaleza,
descanso y renovación física y espiritual. Ahí están los amplios espacios, el
aire puro, la presencia de animales y aves en su propio ambiente. Todo en un clima
de paz, silencio, serenidad… Una anécdota para que valores y aproveches tus
vacaciones.
Una vez, el padre de una familia acaudalada llevó a su
hijo a un paseo por el campo con la intención de que su hijo viera cuán pobres
eran las gentes del campo. Estuvieron por espacio de un día y una noche
completos en la casa de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje
y de regreso a casa el padre le preguntó a su hijo: —¿Qué te pareció el
viaje? —Muy bonito, papá. —¿Viste qué pobre es la gente? —Sí. —Y ¿qué aprendiste? —Comprobé que nosotros tenemos un perro en casa,
ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una pileta que llega de un tapial a la
mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos
unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio
llega hasta la tapia de la casa, ellos tienen todo un horizonte de patio. Al
terminar el relato, el padre se quedó mudo....y su hijo agregó: —¡Gracias, papá, por
enseñarme cuáles son nuestras pobrezas!
Entrar en contacto
un poco más prolongado con la naturaleza nos acerca a una verdadera fuente de
sabiduría. Allí surgen emociones y vivencias que nos hacen amar más la vida,
para volver luego a nuestras ocupaciones habituales con nuevas energías y
nuevas ideas. Que aproveches la fuerza renovadora de estos días de descanso. P.
Natalio.
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