Jornada mundial de la Paz
Buenos
días, amigo/a
“La paz comienza con una sonrisa”, decía Teresa
de Calcuta. Así es: la difícil meta de la paz mundial empieza cuando cada uno
tiene tanta esperanza en el corazón que puede expresarla con una sincera
sonrisa. La paz anhelada y necesaria se
construye solamente con el aporte de todos. Aquí tienes unas buenas
orientaciones para ser un constructor de paz allí donde vives.
Mira a
todos con respeto y benevolencia. No hables mal de nadie, no condenes a ninguna
persona, a ningún grupo, a ninguna institución, a ningún pueblo. Perdona las
injurias presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la
libertad de tu corazón para amar; para convivir; para comenzar una vida nueva
cada día. Desea sinceramente la paz con todos, la colaboración, la convivencia,
el gozo de la fraternidad y del servicio. Ten el valor de negarte a colaborar
con cualquier proyecto violento, apártate de los que enseñan y practican el
odio, la venganza, el chantaje y la violencia. Crea en torno a ti sentimientos
y actitudes de paz, de concordia, de convivencia, de misericordia y de
consuelo.
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