jueves, 1 de enero de 2015


Jornada mundial de la Paz


Buenos días, amigo/a

“La paz comienza con una sonrisa”, decía Teresa de Calcuta. Así es: la difícil meta de la paz mundial empieza cuando cada uno tiene tanta esperanza en el corazón que puede expresarla con una sincera sonrisa.  La paz anhelada y necesaria se construye solamente con el aporte de todos. Aquí tienes unas buenas orientaciones para ser un constructor de paz allí donde vives.

Mira a todos con respeto y benevolencia. No hables mal de nadie, no condenes a ninguna persona, a ningún grupo, a ninguna institución, a ningún pueblo. Perdona las injurias presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu corazón para amar; para convivir; para comenzar una vida nueva cada día. Desea sinceramente la paz con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del servicio. Ten el valor de negarte a colaborar con cualquier proyecto violento, apártate de los que enseñan y practican el odio, la venganza, el chantaje y la violencia. Crea en torno a ti sentimientos y actitudes de paz, de concordia, de convivencia, de misericordia y de consuelo.

Juan Pablo II animaba a los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad a que, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, se propusieran  construir la paz. Al comenzar este año y augurarnos la paz, dejémonos impregnar de sentimientos y actitudes fraternas que favorezcan  la tan deseada paz social. P. Natalio.

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