La cruz de cada día
Buenos días,
amigo/a.
Si de buenas ganas llevas la cruz, ella te llevará a ti y te guiará al
puerto deseado donde será el fin de todo padecimiento que aquí nunca termina.
Si la llevas contra tu voluntad, te echas encima una nueva carga, la haces más
pesada y de todos modos, tendrás que cargar con ella. Al rechazar una cruz sin
duda encontrarás otra y, tal vez, más pesada, (Kempis).
No es
posible prescindir de la cruz en la vida; pero, no nos engañemos en imaginar
cruces raras. La cruz toma la forma de las circunstancias diarias de nuestra
vida. El cumplimiento de nuestros múltiples deberes suele ser cruz que gravita
sobre nuestros hombros: la fiel ejecución de nuestras obligaciones; la práctica
sincera del amor a todos, aun a los que no nos resultan simpáticos; la puesta
al servicio de los demás, aun a costa de nuestra propia incomodidad. Feliz
aquel que sufre y sabe para qué sufre. La verdadera cruz cristiana tiene como
trazo vertical la tensión hacia el cielo y como trazo horizontal el esfuerzo
continuo por mejorar la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario