Cambio de más
Buenos días,
amigo/a.
El Señor te ha
regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor, con el ejemplo y
con la palabra. Jesús te anima a hacer brillar ante los ojos de los hombres la
luz que hay en ti. Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos valiosas.
Dios ha dispuesto que las almas vayan iluminando a otras almas, como si fuesen
antorchas. P. Natalio.
Un
sacerdote ese domingo habló sobre “No robarás”. Al día siguiente, subió a un
colectivo y dio al conductor dos pesos. Este le dio el cambio y el sacerdote se
dirigió al asiento. Echó un vistazo al cambio y lo guardó. Había diez centavos
de más. Pensó que la empresa jamás advertiría la pérdida. Pero luego sintió en
su conciencia que esos centavos no eran suyos. Se levantó y dijo al chofer:
“Usted me dio cambio de más”, y le devolvió los diez centavos. Para su
sorpresa, el chofer le contestó: “Sí, lo sé. Lo hice a propósito. Ayer escuché
su homilía y lo miré por el espejo al contar el vuelto”. El sacerdote pasó la
prueba... y dio un buen testimonio de su fe.
Tanto los buenos como
los malos ejemplos moldean el ambiente en que vives. Ojalá prevalezcan los que favorecen lo bueno,
digno, noble. Porque si gana el egoísmo salvaje, llegaremos a una pérdida tal
de valores morales que la vida será muy triste, faltará lo más hermoso: el
respeto y el amor. Amigo/a, tu buen ejemplo es importante. P. Natalio.
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