Hubo un momento…
Buenos días,
amigo/a.
La esperanza no
muere nunca. La ilusión acaba en desilusión. Pero la esperanza es una fuerza
estable, serena e inmortal que, cuando todo está en el suelo, ella siempre
responde: no importa, comencemos otra vez, mañana será mejor, ¡arriba!, vamos
adelante, (Ignacio Larrañaga).
Hubo
un momento en el que creías que la tristeza sería eterna, pero volviste a
sorprenderte a ti mismo riendo sin parar. Hubo un momento en el que la amistad
parecía no existir. Y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar en los
mejores y peores días de tu vida. Hubo un momento en el que una pelea prometía
ser eterna. Y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo. Así
como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que aún
habrá momentos en que lo imposible se tornará maravillosa realidad. Nunca dejes
de esperar, porque esperar es el principio de alcanzar lo que se anhela.
La esperanza busca
lo bueno en la gente, en lugar de subrayar lo malo. La esperanza descubre lo
que se puede hacer, en lugar de protestar por lo que no se puede. La esperanza
obtiene su poder de una profunda confianza en Dios y en la bondad innata de la
humanidad. La esperanza considera los problemas, sean grandes o pequeños, como
oportunidades. P. Natalio.
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