Alegría
y paz
Buenos días, amigo/a.
La Virgen de la Paz desea que goces de esa
serenidad que ofrecía su Hijo: “les doy mi paz, pero no como la da el mundo”
(Jn 14, 27). Es una paz que nada puede turbar ni el más terrible vendaval. “La serenidad —escribió Kempis— no es estar a salvo de la tormenta,
sino encontrar la paz en medio de ella”. La Virgen te señala el camino: abandonarte en Dios.
“¡Queridos hijos!
Los invito a un abandono total en Dios. Los invito al gran regocijo y a la paz
que sólo Dios da. Yo estoy con ustedes e intercedo cada día por ustedes ante
Dios. Queridos hijitos, los invito a escucharme y a vivir los mensajes que yo
les doy desde hace ya varios años. Todos ustedes están llamados a la santidad,
pero ustedes todavía están lejos de ella. Yo les doy mi bendición. Gracias por
haber respondido a mi llamado!
El camino de
abandono total en Dios, tiene un nombre, es el camino de la santidad, porque
requiere confianza y amor total a Dios, en quien hemos puesto nuestra
esperanza. María Santísima intercede para que te decidas sin miedo, “como un
niño en los brazos de su madre” (Sal 131). Te deseo de corazón un día de mucha
paz. P. Natalio.
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