Terapia del elogio
Buenos días,
amigo/a.
Cada uno tiene sus “fortalezas” y “debilidades”.
Lamentablemente sucede que la gente se especializa en detectar y, no pocas
veces, agrandar las debilidades del prójimo. De aquí nace el defecto tan común
de la maledicencia o murmuración. También hay quienes se distinguen por
descubrir las virtudes de los demás. Esto es vital para el buen clima familiar.
Según una investigación reciente sobre las familias, resulta claro que
en general hay más intolerancia, más críticas, menos cariño. Existe un gran
desgaste por subrayar los defectos de los demás. Esto y la falta de elogio
generan relaciones muy frágiles. Así fracasan los matrimonios, y acaban
buscando en otras personas lo que no consiguen dentro de su casa. Elogia la
buena actitud, la simpatía y el comportamiento de tu cónyuge y de tus hijos.
Observa lo que agrada a los otros. Somos parte de una sociedad en la que uno
necesita del otro, y los elogios son motivación importante en la vida de
cualquiera.
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