miércoles, 2 de abril de 2014

Creando al ser humano


Buenos días, amigo/a.

Ayudar y servir son dos expresiones verificables de un amor que se brinda generosamente a los demás. De este olvido de ti mismo, surgirá como por magia, tu propia felicidad y alegría, tu auténtica realización. Mira, pues, a tu alrededor: cuántos hoy necesitan de tu palabra, de tu sonrisa, de tu abrazo o simplemente de tu compañía para llegar a sus metas.

Cuenta una antigua leyenda, que cuando Dios estaba creando al ser humano, tenía a su alrededor seis ángeles: Uno de ellos preguntó: ¿Qué estás haciendo? El segundo preguntó: ¿Por qué lo haces? El tercero: ¿Puedo ayudarte? El cuarto ángel preguntó: ¿Cuánto vale todo eso? El quinto dijo: No me gusta –  y el sexto se puso a admirar y a aplaudir. El primer ángel era un científico.  El segundo un filósofo. El tercero un altruista. El cuarto un comerciante. El quinto un demonio y el sexto un místico. Esos mismos personajes aparecen a nuestro alrededor cuando queremos hacer algo, y hay que aprender a reconocerlos. Pocos están dispuestos a ayudar y estimular.

Un pintoresco refrán árabe dice: “Si te detienes a recoger las piedras que te arrojan en tu camino, jamás llegarás a la meta”. Hay que bloquearse a los desprecios e insultos de los envidiosos. Es cierto, sin embargo, que a veces hay críticas que te ayudarán a progresar, a pesar de que te duelan. Es gran sabiduría aprovecharlas. P. Natalio.

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