Si te necesitan, no huyas
Buenos días, amigo/a.
Jesús comenzó a predicar a la gente diciendo:
“El tiempo se ha cumplido. El reino de Dios ha llegado. Conviértanse y crean en
la buena noticia”. Estas palabras que resonaron como una clarinada para
convocar al pueblo de Dios, siguen señalando el camino de la salvación: volver
al Señor, abandonar nuestros caminos equivocados, purificar el corazón…
Tú no puedes poner fin al
hambre, la guerra y la violencia que hay en el mundo. No puedes curar las
espantosas heridas que padece el mundo. Puedes sufrir por su culpa. Puedes
protestar contra ellas. Pero te duele tu impotencia. O sea que: ¡Tiene que
cambiar la sociedad! ¡Hay que cambiar estas estructuras! Pero resulta que la
sociedad se compone de personas. Y esas estructuras las hacen personas. Si no
cambia la gente, no puede cambiar nada. Y la crítica social es pura hipocresía,
si no me critico a mí mismo. Sólo cuando hayas cambiado tú de verdad, y no seas
ya tan codicioso, ni tan violento, podrás ayudar a los demás a iniciar una vida
nueva
La realidad del pecado es inseparable de la experiencia humana. Pero,
por otra parte, la realidad del perdón es inseparable de Dios. Por eso, no hay
ninguna situación de pecado que no se pueda cambiar y que no nos permita
reencontrar la paz. Nunca, jamás Dios le quita al hombre la posibilidad de ser
feliz. Esta es una maravillosa “buena nueva” de Jesús. P. Natalio.
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