jueves, 3 de abril de 2014

Si te necesitan, no huyas


Buenos días, amigo/a.

Jesús comenzó a predicar a la gente diciendo: “El tiempo se ha cumplido. El reino de Dios ha llegado. Conviértanse y crean en la buena noticia”. Estas palabras que resonaron como una clarinada para convocar al pueblo de Dios, siguen señalando el camino de la salvación: volver al Señor, abandonar nuestros caminos equivocados, purificar el corazón…

Tú no puedes poner fin al hambre, la guerra y la violencia que hay en el mundo. No puedes curar las espantosas heridas que padece el mundo. Puedes sufrir por su culpa. Puedes protestar contra ellas. Pero te duele tu impotencia. O sea que: ¡Tiene que cambiar la sociedad! ¡Hay que cambiar estas estructuras! Pero resulta que la sociedad se compone de personas. Y esas estructuras las hacen personas. Si no cambia la gente, no puede cambiar nada. Y la crítica social es pura hipocresía, si no me critico a mí mismo. Sólo cuando hayas cambiado tú de verdad, y no seas ya tan codicioso, ni tan violento, podrás ayudar a los demás a iniciar una vida nueva

La realidad del pecado es inseparable de la experiencia humana. Pero, por otra parte, la realidad del perdón es inseparable de Dios. Por eso, no hay ninguna situación de pecado que no se pueda cambiar y que no nos permita reencontrar la paz. Nunca, jamás Dios le quita al hombre la posibilidad de ser feliz. Esta es una maravillosa “buena nueva” de Jesús.  P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario