martes, 25 de febrero de 2014

Alegría de compartir


Buenos días, amigo/a.

Existe un secreto gozo del corazón en poder alegrar a otros a pesar de nuestra propia situación. La aflicción compartida disminuye la tristeza, pero cuando la alegría es compartida, se duplica. Si deseas sentirte feliz y realizado, basta compartir tus bendiciones, especialmente ésas que no se pueden comprar con dinero.

Si dices: cada uno a lo suyo, (mi familia, mis estudios, mi porvenir, mi bienestar, etc.), no me ocupo de los demás, y perseveras en esa actitud, no te realizarás jamás, y quedarás gravemente menoscabado y atrofiado. La grandeza de un hombre se mide por su capacidad de comunión con sus semejantes. Si quieres sentirte hermano de todos los hombres, debes aceptar ser hijo de Dios, vivir y recibir la vida de él; y cuanto más hijo seas, más hermano serás. (Michel Quoist).

Antes de buscar el beneficio personal, pregúntate, ¿qué puedo compartir hoy? En lugar de querer poseer empezarás a donar, guiado por el deseo de ayudar a satisfacer las necesidades de los otros. Cada uno tiene algo para compartir. Dinero, talento, tiempo o una simple oración. La generosidad nos pone en sintonía con nuestra semejanza divina. Ánimo, inténtalo. P. Natalio

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