Las dos ranas
Buenos días, amigo/a.
En tu vida se van dando posibilidades de cambiar para bien. Conviene
que te detengas, evalúes con detención las ventajas, y tomes
decisiones sabias y prudentes, porque ésa es la forma normal de
progresar. No caigas en el error de desechar todo cambio por
principio; ni tampoco en el otro extremo, de creer que toda novedad es
mejor. Aquí tienes una fábula sobre el tema.
Vivía una rana felizmente en un pantano profundo, alejado del camino,
mientras su vecina vivía muy orgullosa en una charca en el centro del
camino. La del pantano le insistía a su amiga que se fuera a vivir al
lado de ella, alejada del camino; que allí estaría mejor y más segura.
Pero no se dejó convencer, diciendo que le era muy difícil abandonar
un lugar donde ya estaba establecida y satisfecha. Y sucedió que un
día pasó por el camino, sobre la charca, un carretón, y aplastó a la
pobre rana que no había querido aceptar un cambio oportuno.
Con frecuencia Dios, por sus profetas, invitó a Israel a revisar su
estilo de vida para hacer los necesarios reajustes que exigía la
alianza solemnemente pactada. La Palabra de Dios sigue invitándonos a
cambiar para bien, y nos motiva con sabiduría a dar pasos de
crecimiento espiritual. Ábrete a su mensaje y aprovecha su fuerza
renovadora. P. Natalio.
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