Insultos y alabanzas
Buenos días, amigo/a.
Un pintoresco refrán árabe dice: “Si te detienes a recoger las piedras
que te arrojan en tu camino, jamás llegarás a la meta”. Hay que
bloquearse a los desprecios e insultos. Es cierto, sin embargo, que a
veces hay críticas que te ayudarán a progresar, a pesar de que te
duelan. Es gran sabiduría aprovecharlas.
Un hermano fue a buscar al abad Macario de Egipto, y le dijo: "Padre,
dime una palabra a fin de que me salve". Y el Anciano dijo: "Ve, al
cementerio e injuria a los muertos". El hermano fue, los injurió y les
arrojó piedras; después regresó para informar al Anciano. Este le
dijo: "¿No te dijeron nada?" El respondió que no. El Anciano le dijo:
"Regresa allí mañana y alábalos". Entonces el hermano fue y los alabó
diciendo: "Apóstoles, santos y justos" y regresó donde el Anciano y le
dijo: "Ya cumplí la orden". Macario le preguntó: "¿No te respondieron
nada?" El hermano dijo que no. El Anciano le dijo: "Tú sabes qué
insultos les dirigiste, sin que ellos te respondieran y qué alabanzas
sin que ellos te hablaran. Así también tú, si quieres salvarte,
conviértete en un muerto y, como los muertos, no tengas en cuenta ni
los desprecios de los hombres ni sus alabanzas".
Las alabanzas animan, pero no deben hacerte perder el sentido de la
realidad, pensando que has llegado a la perfección. Los antiguos
decían “ars longa, vita brevis”: la vida es breve para llegar a la
perfección de cualquier arte. Y el arte de las artes es tu crecimiento
como persona. Que pases un buen día. P. Natalio.
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