viernes, 19 de julio de 2013

¿Usas todas tus fuerzas?

Buenos días, amigo/a

“¿Por qué te confundes y  te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor. Cuando te
abandones en mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis
designios. Reposa en mí y deja en mis manos tu futuro. Dime
frecuentemente: «Jesús, yo confío en ti». Déjate llevar en mis brazos
divinos, no tengas miedo. Yo te amo”.
Se cuenta la historia de un niño pequeño, que hacía un gran esfuerzo
por levantar un objeto en extremo pesado. Su papá, al entrar en el
cuarto, vio la dificultad en que estaba su hijo, y le preguntó:
—¿Estás usando todas tus fuerzas? —¡Claro que sí!  –contestó
impaciente el niño.
—No, –le respondió su padre– no me has pedido que te ayude.

Es imposible que nosotros mismos encontremos solución a todos nuestros
problemas, nuestras angustias, nuestras dudas, nuestras tristezas; por
lo tanto, entreguemos nuestras cargas a Cristo, que es la mejor
solución para encontrar alivio en todo lo que nos pesa y aflige en la
vida. P. Natalio.

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