miércoles, 19 de junio de 2013

Ayudar de corazón

Buenos días, amigo/a

Cuando de alguien se dice, “es una buena persona”, así simplemente, se
la está calificando con la nota más excelente: la bondad. Ser bueno es
ser de nobles sentimientos, honrado,  respetuoso con todos, amable,
generoso. La bondad sintetiza aspectos muy valiosos de la
personalidad, que generan en los demás, atracción y simpatía.

Centrados en los problemas del día, pocas veces miramos a nuestro
alrededor. Y cómo cambiaría el mundo si cada uno se alejara un momento
de sí mismo, para ayudar a los demás. Cuántos hay en el círculo de tus
relaciones que hoy necesitan tu palabra, tu sonrisa, tu abrazo o sólo
tu compañía. Cuánto ayuda la gracia del buen humor al corazón abatido,
la palabra serena al irritado, la dulzura de una voz amable al que
yace en el abismo de la desesperación. No hay mayor felicidad que no
pasar en vano por la vida de otra persona. Que fuimos para alguien una
brisa refrescante, una palabra que lo reanimó, un hombro en donde pudo
apoyarse, una mano extendida que lo rescató de las tinieblas...

Qué nobleza de alma tiene quien descubre y subraya en los demás lo que
los honra. Ojalá tú también te especialices en rescatar en los otros
ese lado bueno, simpático, agradable que todos tenemos. Es un aspecto
del amor a nuestros semejantes. Es una expresión de la norma de oro:
“Haz a tu prójimo lo que te gustaría que te hagan a ti”. P. Natalio.

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