domingo, 17 de marzo de 2013


Vive  generosamente



Buenos días, amigo/a

La generosidad caracteriza al corazón noble y compasivo. Cada uno
tiene algo para dar. Dinero, talento, tiempo o una simple oración. La
generosidad es una virtud que nos eleva y nos pone en sintonía con
nuestra semejanza divina. Hoy te ofrezco una oración para acrecentar
esta virtud, pidiendo perdón por los límites que notas en ti. Es del
P. Víctor Fernández.

Dios mío, mira mi corazón. Tú sabes que a veces me falta generosidad,
sensibilidad frente al mal ajeno, y a veces estoy demasiado pendiente
de mí mismo. Otras veces me desanimo porque no recibo elogios o no veo
los frutos de mis esfuerzos. Dame un corazón más generoso, para que
realmente me interese la felicidad de la gente, para que de verdad me
duelan los problemas ajenos, y no solamente los míos. Tómame, Señor,
una vez más. Convénceme de que es mejor entregarse generosamente que
desgastarse en los lamentos. Utilízame, Dios mío, para derramar tu
poder y tu luz en el mundo. Así seré feliz en tu servicio. Amén.


Antes de buscar el beneficio personal, piensa cómo puedes servir. En
lugar de querer poseer empezarás a compartir, guiado por el deseo de
ayudar a satisfacer las necesidades de los otros. Lo asombroso es que
verás fluir la verdadera satisfacción a tu vida. Cuando prestas
servicio a la humanidad, te pones en onda con Dios, infinita bondad P.
Natalio.

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