lunes, 18 de marzo de 2013
Oración y trabajo
Buenos días, amigo/a.
La oración es la llave que abre los tesoros del cielo. Es el puente
siempre accesible por el que llegamos a Dios. El arte de orar es el
arte de amar al Señor. Pero orar bien es un regalo del Señor. Como los
apóstoles implorémoslo con frecuencia. Pidamos al Padre, por Jesús,
que derrame sobre nosotros un Espíritu de oración y de alabanza, (Zac.
12, 10).
Un día el santo Abad Antonio, mientras estaba sentado en el desierto,
fue presa del desaliento y de una densa tiniebla de pensamientos. Y
decía a Dios: "¡Oh Señor!, yo quiero salvarme, pero los pensamientos
me lo impiden. ¿Qué puedo hacer en mi aflicción?” Entonces, asomándose
un poco, Antonio ve a otro como él, que está sentado y trabaja,
después interrumpe el trabajo, se pone en pie y ora, después se sienta
de nuevo y se pone a trenzar cuerdas, y después se levanta de nuevo y
ora. Era un ángel del Señor, enviado para corregir a Antonio y darle
fuerza. Y oyó al Ángel que decía: “Haz así y serás salvo”. Al oír
aquellas palabras, cobró gran alegría y aliento: así hizo y se salvó.
Alexis Carrel, médico investigador, premio Nobel, famoso por su libro
“La incógnita del hombre”, escribió: “Un constante y silencioso
milagro acontece, de hora en hora, en los corazones de hombres y
mujeres que han descubierto, con asombro, que la oración los enriquece
con una continua corriente de fortaleza que los sostiene en sus vidas
cotidianas”. El Señor te bendiga. P. Natalio.
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