jueves, 21 de marzo de 2013
Mirada de fe
Buenos días, amigo/a.
San Juan Bosco en su autobiografía relató: “En mi juventud leí la
"Imitación de Cristo" y quedé admirado al darme cuenta de que este
libro trae más enseñanzas en una sola página que otros en varios
volúmenes. A este precioso libro debo el haberme aficionado a los
libros espirituales”. Esta obra que, después del Evangelio fue la más
leída por los cristianos, la escribió el monje Tomás de Kempis. Medita
estos renglones.
Ofrece el mundo cosas temporales y efímeras, y, con todo, se le sirve
con ardor. Jesús promete lo más elevado y eterno, y los corazones de
los hombres languidecen trabados por la inercia. La mayoría oye con
más agrado al mundo que a Dios, y más fácilmente siguen las apetencias
de los sentidos que el beneplácito de Dios. ¿Quién sirve y obedece a
Jesús con tanto empeño y constancia como se sirve al mundo y a sus
dueños? Avergüénzate, alma mía, indolente y quejumbrosa, de que
aquéllos sean más solícitos para su perdición que tú para la vida.
Acabas de leer un fragmento de “La imitación de Cristo”, libro que
puedes conseguirlo en la librería San Pablo. Has podido advertir
también el estilo denso y prolijo. El contenido no es más que la
esencia del Evangelio. Uno no puede sino afirmar. “Este hombre escribe
la pura verdad”. Y conmueve, llamando a la reflexión. Aprovecha su
mensaje. P. Natalio.
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