Cosecha salvada
Buenos días, amigo/a
En el evangelio leemos que Jesús dijo: “Busquen primero el reino de
Dios y su justicia, y lo demás se les dará por añadidura”. El error
del hombre consiste en buscar con afán en primer lugar las cosas de la
tierra, los intereses propios, mientras le dan a Dios las migajas de
su tiempo y de su amor. Y así le van sus asuntos… Una anécdota de Don
Bosco.
En 1864 Don Bosco predicó por tres días antes de la fiesta de la
Asunción en Montemagno. Una larga sequía amenazaba las cosechas. —Si
vienen al sermón —dijo el Santo— los tres días y se confiesan y
todos comulgan el día de la fiesta, la Virgen enviará una lluvia que
salvará la cosecha. La gente acudió con fe al triduo, y se confesó,
mientras los pueblos vecinos se burlaban. El día de la fiesta amaneció
sin una nube. Todo el pueblo comulgó. Al atardecer se cantaron salmos,
pero el cielo seguía limpio. Alguno pensó que Don Bosco había fallado.
—Cantemos el Magníficat —dijo el santo— ¡Fe en la Virgen! Una lluvia
mansa comenzó a repiquetear en las ventanas y techos. La alegría fue
grande porque la cosecha estaba salvada.
Se trata de tener un amor tan firme a Dios que lo tengamos en el
primer lugar de nuestro afecto, preocupaciones, tiempo… Hay un motivo
fundamental: Dios nos ama tanto, se ha jugado tanto por nosotros, que
no nos queda sino organizar toda nuestra vida como respuesta coherente
a su inmensa bondad. Pide al Espíritu Santo te inflame en amor a Dios.
P. Natalio.
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