viernes, 1 de febrero de 2013


La paz del corazón


Buenos días, amigo/a

La paz del corazón es un tesoro tan grande que debemos cuidarla y
defenderla. La ambición desmedida puede entregarnos de tal manera a
una vida inquieta y agitada que, por lograr objetivos imprudentes,
acabamos destruidos por dentro. Aquí tienes una oración responsorial
que, con sus reiteraciones, te invita a entrar en un sueño apacible al
amparo de Dios.

- En paz me acuesto y enseguida me duermo.
- En paz me acuesto y enseguida me duermo.

- Porque tu sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
- Enseguida me duermo.

- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- En paz me acuesto y enseguida me duermo.

La agitación y el ritmo descontrolado de las ocupaciones pueden
hacerte olvidar las cosas esenciales de la vida. No te dejes perturbar
por excesos o las preocupaciones cotidianas. La serenidad de tu
espíritu es un valor tan grande que no merece canjearse por las cosas
materiales. P. Natalio.

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