jueves, 31 de enero de 2013

Don Bosco te anima

Buenos días, amigo/a

Entre los múltiples talentos que tuvo san Juan Bosco está el de
escritor. Por varios años cada mes producía un opúsculo popular para
una colección llamada “Lecturas católicas”. Se empeñó en redactar con
estilo sencillo y claro para que cualquiera pudiera entender
fácilmente. Con ese fin leía los borradores a su madre Margarita, y
corregía toda palabra que no comprendiera. He aquí algunos
pensamientos simples pero luminosos de este admirable santo.

La vida es demasiado corta. Hay que hacer de prisa lo poco que se
pueda, antes que nos sorprenda la muerte. Los ociosos, al final de la
vida, experimentarán grandes remordimientos por el tiempo perdido. Las
espinas de la vida serán las flores de la eternidad. A la hora de la
muerte se ven las cosas desde otro punto de vista. ¿Quieres llevar
contigo el dinero a la eternidad? Da limosna a los pobres. Hagamos el
bien que podamos y no aguardemos la recompensa del mundo, sino
solamente de Dios. Un trocito de paraíso lo arregla todo.

Como los santos, Don Bosco vivió en la tierra sumergido en múltiples
tareas y aspiraciones, en especial buscaba la promoción de los jóvenes
humildes a una vida más digna; pero se notaba siempre que su corazón
estaba en la eternidad, en los bienes celestiales que pagarían con
creces su trabajo incansable y dedicación total a sus queridos
jóvenes. P. Natalio.

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