Inesperada reacción
Buenos días, amigo/a
La anécdota que te presento hoy ilustra muy bien, que no pocas veces
nos dejamos llevar por sospechas desprovistas de toda base real.
Permitimos que vuele la imaginación y hacemos suposiciones que
perjudican nuestras relaciones humanas. Una mente amplia y sin
prejuicios es señal de gran nobleza de corazón.
En cierta ocasión invitaron al insigne y culto Juan Kieran a dar una
conferencia en la famosa Universidad de Yale. En esa época Kieran era
cronista deportivo del Times de Nueva York, y hubo alguna resistencia
entre los estudiantes, pues pensaban que la charla de un redactor
deportivo no era adecuada al ambiente humanista y clásico de la
Universidad. Kieran rebatió sencillamente estas prevenciones y quejas,
improvisando el discurso de principio al fin en perfecta lengua
latina.
Hay otro detalle. Los jóvenes universitarios tenían prejuicios sobre
la idoneidad del personal directivo para presentar un conferencista
capaz de colmar las expectativas del alumnado. Los prejuicios son
fuente de errores y, a veces, muy graves. Busca con objetividad la
verdad, confrontando continuamente la realidad. P. Natalio.
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