Decidido y entusiasta
Buenos días, amigo/a
El buen marino de un barco de velas, está siempre atento y obra con
habilidad cuando percibe que se levanta una brisa, aunque muy suave.
Tú también permanece alerta y cuando surja en tu interior un impulso a
la buena acción, por pequeño que sea, despliega al punto tus velas y
obra decididamente. Como decía san Agustín: “La gracia pasa y no
vuelve”.
Uno de los defectos más comunes de la naturaleza humana es diferir lo
que deberíamos y podríamos hacer ahora. Más claramente es “patear la
pelota para adelante”, como suele decirse. Cuántas hermosas
iniciativas han muerto por esta concesión a la pereza. Hay quienes se
han hecho especialistas en buscar excusas para evadir lo que urge
llevar a cabo hoy. Aprovecha, pues, bien el tiempo y repite en tus
adentros una y otra vez la frase que te impulsará a la acción:
“procederé ahora mismo, ya, ya, ya”. Así harás fecunda tu vida. Para
esto Dios te regala un nuevo día.
“Procederé ahora mismo”. Con estas palabras puedes preparar tu mente
para realizar todo acto necesario para lograr tus metas; con ellas
harás frente a todo desafío que los fracasados eluden. Hoy es el
momento oportuno. Este es el lugar. El impulso inicial tómalo al
principio de la jornada, orando así: “Con tu ayuda, Señor, hoy seré
decidido y entusiasta”. P. Natalio.
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